Atrás quedó la idea de que las mujeres emigran como acompañantes de sus parejas. Un estudio de la CEPAL muestra que las gran parte de las mujeres dejan sus lugares de origen en busca de mejores oportunidades. La mayoría son jóvenes, independientes y profesionales.
Cerca de la mitad de los 180 millones de migrantes internacionales son mujeres, que emigran por su cuenta en busca de mejores condiciones de trabajo, según reveló hoy un estudio elaborado por la División de Población de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Según el informe, la causa del incremento en la migración femenina se debe a la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado.
Otros factores que influyen en la emigración de las mujeres son los conflictos armados, las precarias condiciones de vida en sus países de origen, el deterioro ambiental o desastres naturales.
El informé explica que las mujeres se ven forzadas a emigrar cuando son víctimas de violencia intrafamiliar, abuso sexual y de la explotación «por parte de delincuentes internacionales que se dedican a la trata de personas».
El estudio, elaborado por Patricia Cortés Castellanos, revela que una buena parte de las mujeres que han emigrado, «lograron cumplir con creces sus propósitos», destacando aquellas mujeres solteras, jóvenes y con formación profesional, «cuya decisión se basa en una preocupación por buscar un mejor porvenir, aventurarse y conocer el mundo».
Cortés Castellanos explicó que los destinos preferidos por las mujeres latinoamericanas son Estados Unidos, con tres cuartas partes del total del flujo migratorio, España y Japón, seguidos por Canadá y el Reino Unido.