Comunidades indígenas mayas de los estados surorientales de Campeche y Yucatán celebraron la decisión de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) de suspender provisionalmente los permisos otorgados a la transnacional Monsanto para cultivar soja transgénica. El tribunal argumentó que cuando se dio la autorización – durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón (2006-2012)- la Secretaría […]
Comunidades indígenas mayas de los estados surorientales de Campeche y Yucatán celebraron la decisión de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) de suspender provisionalmente los permisos otorgados a la transnacional Monsanto para cultivar soja transgénica. El tribunal argumentó que cuando se dio la autorización – durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón (2006-2012)- la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) no consideró el derecho a la consulta que tienen las comunidades indígenas, establecida por la Constitución mexicana.
La Segunda Sala de la SCJ ordenó que se lleve a cabo una consulta a las comunidades mayas afectadas, aunque el fallo, publicado el 4 de noviembre, no tomó en cuenta los daños al medio ambiente que causa la producción de soja transgénica.
«¡Lo logramos!», anunció en las redes sociales Gustavo Huchín Cauich, apicultor maya del municipio de Hopelchén, en Campeche, quien había encabezado una campaña contra Monsanto a través de Change, plataforma de peticiones en internet.
«La Suprema Corte decidió que teníamos la razón las comunidades mayas que nos amparamos contra los permisos que el gobierno federal había dado a Monsanto para sembrar soya transgénica. Esto significa que Monsanto no podrá sembrar soya transgénica en la península de Yucatán y que la única forma de otorgar esos permisos sería haciendo una consulta previa a nosotros como integrantes de las comunidades que se podrían ver afectadas», dijo Huchín Cauich.
Miel orgánica en peligro
Más de 25,000 familias indígenas dedicadas a la apicultura orgánica se han visto afectadas por los cultivos transgénicos de Monsanto que superan las 250,000 Ha en el sureste del país. En el 2011, la Unión Europea interrumpió la importación de ese producto al encontrarle trazas de polen genéticamente modificado, tras lo cual los agricultores presentaron una serie de recursos de amparo solicitando que se prohibiera la siembra de soja transgénica.
Según Huchín Cauich, «la siembra de soya transgénica afecta la apicultura, una práctica histórica y tradicional del pueblo maya y viola el derecho a un medioambiente sano, por el uso excesivo de plaguicidas y la deforestación que implica. Actualmente ya son miles de hectáreas de selva que han sido deforestadas para establecer este cultivo. Nuestra selva, que es la última del país».
Diversos estudios han demostrado que la soja transgénica afecta la producción de miel al cambiarle el sabor y la calidad. Requiere del herbicida glifosato que ha sido considerado como probablemente cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud, además de afectar a las abejas y ser fuente de contaminación del suelo.
«Este año hemos sido testigos de cómo los productores de soya, en su mayoría grandes agroempresarios ajenos a la región, han aumentado las fumigaciones de plaguicidas con avioneta, poniendo en gran riesgo la salud de la población y de las abejas, que son nuestra principal fuente de ingresos», precisó Huchín Cauich.
México es el sexto productor mundial de miel y el tercer exportador después de Argentina y China, aportando el 10% de las 300,000 TM que se comercializan cada año a nivel global. El 90% de su producción se destina a Europa.
Fuente original: http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=7237