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Mujeres de Irán

Movimiento en marcha

Fuentes: IPS

La prisión de muchas mujeres que celebraban el 8 de marzo en Teherán no detuvo la batalla de las iraníes por equidad y democracia, en un país que aplica algunas de las leyes más represivas y discriminatorias del mundo.   Aún se ignora el total de arrestos en ocasión de una marcha por el Día […]

La prisión de muchas mujeres que celebraban el 8 de marzo en Teherán no detuvo la batalla de las iraníes por equidad y democracia, en un país que aplica algunas de las leyes más represivas y discriminatorias del mundo.

 

Aún se ignora el total de arrestos en ocasión de una marcha por el Día Internacional de la Mujer, en la que cientos de personas se dirigieron del parque Daneshjoo al parque Laleh,

 

Tampoco se sabe el destino de las detenidas por las fuerzas de seguridad, que usaron extrema dureza para dispersar la pacífica manifestación.

 

Según la organización de derechos humanos Human Rights Watch, la policía vertió el contenido de basureros sobre la cabeza de las mujeres que estaban sentadas, antes de arremeter contra el grupo y golpearlas con sus bastones para obligarlas a abandonar el parque.

 

Mehri Amiri, de la Sociedad para la Defensa de los Derechos de las Mujeres en Irán, informó que tres integrantes de su organización habían sido liberadas el fin de semana, pero otras cuatro seguían en la prisión de Evin, en Teherán.

 

Amiri señaló que es probable que muchas más todavía estén retenidas, pero que su organización no puede ponerse en contacto con ninguna de ellas, pues las líneas telefónicas son controladas por el gobierno.

 

En vísperas del Día Internacional de la Mujer, la Asociación por los Derechos de las Mujeres de Irán había preparado una declaración en la que exigía poner fin a la discriminación de género y reclamando el reconocimiento de los derechos sociales y legales de todas las iraníes.

 

Bajo la sharia (ley islámica) que rige al país, las mujeres tienen prohibido postularse a la presidencia, carecen de igual derecho que los hombres para divorciarse y, tras el divorcio, pueden tener la custodia de sus hijos solamente hasta que éstos tengan siete años.

 

Como si eso fuera poco, el dinero que se paga por el asesinato de una mujer es la mitad del que suele abonarse por dar muerte a un hombre.

 

Muchas de las mujeres que repartieron unas 2.000 copias de la resolución fueron arrestadas.

 

«Desafortunadamente, pienso que su veredicto será la ejecución», dijo Zolal Habibi, del Foro para la Libertad de las Mujeres en un debate en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, para evaluar el rol de las mujeres en el combate al fundamentalismo islámico.

 

«Pese a saber lo que les pasaría, salieron a las calles para conmemorar el Día Internacional de la Mujer», dijo Habibi. «Decenas de miles de grandes mujeres sacrificaron sus vidas por el ideal de igualdad y humanidad. Pero la historia fracasó en reconocerlas a causa de la cultura dominada por los hombres en la que vivimos».

 

La Revolución Islámica de 1979 derrocó la monarquía del shah Rezah Pahlevi y creó una república, pero en la que clérigos religiosos, el primero de los cuales fue el ayatola Seyyed Ruhollah Khomeini (1979-1989), ejercieron el control político.

 

En el gobierno del actual presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, que asumió el poder en agosto de 2005, el modelo de abusos no cambió, y «la situación de los derechos humanos en Irán sigue siendo nefasta», señaló Amnistía Internacional en un informe sobre este país publicado en febrero.

 

«En los últimos 27 años, Irán fue el único país que tuvo un régimen fundamentalista en el poder, y que en realidad convirtió sus puntos de vista y abusos en la ley del país», dijo Habibi. Duros castigos, como la lapidación, pueden ser ordenados en caso de adulterio, recordó.

 

«Si eres capaz de escapar del hoyo cuando eres lapidada hasta la muerte, serás liberada», dijo Habibi. Pero «mientras los hombres son enterrados hasta la cintura, las mujeres lo son hasta el cuello.»

 

A pesar de las dificultades, las mujeres persisten en su lucha por la igualdad, señaló Habibi, recordando a Fatemeh Mesbah, una adolescente de 13 años arrestada por vender periódicos y ejecutada al día siguiente, en 1981, a «Madre» Zakeri, ejecutada a los 70 años por apoyar a la organización islamista opositora Muyahedin del Pueblo de Irán, y a la líder muyaidín (combatiente islámica) Ashraf Rajavi, ejecutada en 1982.

 

«Esas son apenas algunas de las miles de mujeres que pagaron sus ideales con la vida», señaló Habibi.

 

Unos 120.000 opositores fueron ejecutados en ese país desde 1991, según el Consejo Nacional de Resistencia de Irán. Un informe compilado por activistas por los derechos humanos en conmemoración del Día Internacional de la Mujer indicó que cuatro mujeres, todas menores de 30 años, fueron ejecutadas este año.

 

Otras 1.372 mujeres fueron arrestadas desde enero 2006, dijo la organización. Y, según Human Rights Watch, las fuerzas de seguridad reiteradamente recurrieron a la violencia para eliminar manifestaciones pacíficas.

 

«La lista de personas que sacrificaron sus vidas continúa, atravesando todas las edades», afirmó Habibi, «pero lo bueno es que las mujeres no se sentaron y aceptaron esto, sino que todavía se plantan con fuerza contra las injusticias».

 

Pese a las frecuentes medidas enérgicas contra el disenso público por parte de las fuerzas de seguridad del gobierno, la manifestación del 8 de marzo convocó a tantas participantes como el año pasado, según el servicio de noticias sin fines de lucro Iran Focus.

 

Habibi dijo que la manifestación envió un mensaje claro de que las iraníes están hartos, «y esta resistencia, que procede de todos lados, funciona como presión, que terminará creciendo hasta lograr un completo cambio de régimen».

 

«La fuerza femenina creciente en la resistencia inspira a las mujeres de la sociedad iraní a gran escala a aspirar a un cambio democrático y a transformarlas en una fuerza importante para liberar a Irán», dijo Maryam Rajavi, presidenta electa del Consejo Nacional de Resistencia de Irán, con sede en París, en un discurso en vídeo presentado en el debate de la ONU.

 

«La resistencia iraní tiene la necesaria capacidad política y social para realizar el cambio democrático en Irán», continuó. «Pero el espíritu que transforma estos potenciales subyacentes en realidad es el liderazgo femenino.»

 

La manera de vencer el fundamentalismo islámico es «eliminar la cultura dominada por los hombres, como una cultura inhumana, a través del liderazgo de las mujeres», señaló Rajavi. Porque «el establecimiento de la democracia sin el rol activo de las mujeres en el liderazgo de la sociedad es imposible».