Es para mí motivo de inmensa tristeza el comunicarles la fatal noticia del fallecimiento en Agen, Francia, del gran luchador antifascista José Antonio Alonso «Comandante Robert». El comandante Robert nacido en El Entrego (Asturias) en 1917, se crió en Tarragona donde fue trasladado su padre que trabajaba como ferroviario. Cuando el general Franco dio el […]
Es para mí motivo de inmensa tristeza el comunicarles la fatal noticia del fallecimiento en Agen, Francia, del gran luchador antifascista José Antonio Alonso «Comandante Robert». El comandante Robert nacido en El Entrego (Asturias) en 1917, se crió en Tarragona donde fue trasladado su padre que trabajaba como ferroviario.
Cuando el general Franco dio el golpe de estado en 1936 inmediatamente se alistó en las milicias republicanas que defendían la legalidad democrática. Participó en la batalla del Segre y posteriormente en la campaña de Cataluña. Ante el derrumbe del frente de guerra republicano tiene que iniciar junto a su batallón la retirada rumbo a Francia. Allí fueron retenidos en el campo de internamiento de Argeles sur Mer y Saint Cyprien. Poco después es destinado a las compañías de trabajo (Servicio de Trabajo Obligatorio) donde participa en la construcción de trincheras y carreteras en la Línea Maginot. A partir de la invasión nazi huye y se incorpora al XIV cuerpo de guerrilleros en la resistencia. En el año 1943 el Partido Comunista le nombra Jefe del Estado Mayor de la Tercera Brigada de Guerrilleros españoles en el sur de Francia. Su misión era la de realizar sabotajes y golpes de mano contra las tropas de ocupación nazi.
La Agrupación de Guerrilleros Españoles siempre será recordada por la heroica toma de la ciudad de Foix el día 23 de agosto de 1944 que él dirigió. Interviene también en otros combates claves y memorables como los de Rimont-Prayols y Castelnau-Durban -con los que se sella la total liberación del Departamento del Ariege- Tras la derrota del nazismo los planes del Partido Comunista se centran en la liberación de España. Es por esto que el comandante «Robert» se suma a los guerrilleros que se infiltraron en la tristemente famosa operación del Valle de Arán (reconquista de España) En esa zona se pretendía abrir una cabeza de puente que permitiera instalar el gobierno de la república en el exilio. De este modo pensaban que recibirían, por su destacado protagonismo en la Segunda Guerra mundial, la ayuda necesaria para derribar al régimen franquista. Al fracasar la operación regresa a Francia donde permanece exilado hasta la muerte del dictador Franco.
Con él se va parte de esa historia republicana, esa historia épica y legendaria en la que participaron miles de jóvenes voluntarios decididos a enfrentar hasta las últimas consecuencias al monstruo del nazi- fascismo que, como se vio posteriormente, sembró de destrucción y muerte Europa.
El comandante «Robert» por su tenacidad y entrega solidaria será eternamente recordado como aquel valiente miliciano que no dudó un instante en ocupar la primera línea de fuego. Siempre fiel a los ideales del comunismo libertario que inspiraron su lucha hasta la victoria. Con él se pierde el genio de una raza ya casi extinta e irremplazable que todo revolucionario desea imitar. El comandante «Robert» a pesar de haber cumplido 97 años todavía soñaba con el advenimiento de la III República y el derrumbe de esa monarquía espuria impuesta por Franco. Hasta los últimos días de su vida se dedicó a despertar la conciencia entre las nuevas generaciones que hoy también deben enfrentarse a ese otro monstruo insaciable que es el imperio capitalista.
Recibió en vida homenajes y condecoraciones como la Legión de Honor Francesa, Caballero de la Legión de la República Polaca, Medalla de Lealtad a la República Española, Roseta de Primer Orden Nacional Francés, Hijo predilecto de Foix y, en Asturias, gracias a la presión de los defensores de la memoria histórica (FAMYR y AGE), el ayuntamiento de Gijón le puso su nombre a un parque situado en el barrio de Contrueces. Por el contrario, el gobierno español jamás se dignó brindarle la más mínima distinción. Tal vez lo consideraba y lo considera un impertinente «forajido» Así paga la España «democrática» a los defensores de la justicia y la libertad.
No nos queda más que expresar nuestros profundos sentimientos de pena y de dolor para con su familia, amigos y allegados por tan irreparable pérdida.
¡Viva el comandante Robert! ¡Viva la República!
Ver también: Homenaje al comandante «Robert», el último guerrillero español de la resistencia contra el nazismo.
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