El 8 de marzo abre el calendario de luchas comunes de los movimientos sociales en 2009, en todo el mundo. En el espíritu de la Declaración de la Asamblea de Mujeres, realizada en el Foro Social Mundial de Belém, las manifestaciones de este año se posicionarán fuertemente contra el modelo de desarrollo capitalista, responsable de […]
El 8 de marzo abre el calendario de luchas comunes de los movimientos sociales en 2009, en todo el mundo. En el espíritu de la Declaración de la Asamblea de Mujeres, realizada en el Foro Social Mundial de Belém, las manifestaciones de este año se posicionarán fuertemente contra el modelo de desarrollo capitalista, responsable de la crisis que afecta todo el planeta, y que tiene en la opresión de las mujeres una de sus bases de sustentación.
Denunciaron también las respuestas superficiales a la crisis -como la retirada de los fondos públicos para salvar a bancos y grandes empresas, la tentativa de retirada de los derechos del trabajo, la reducción de los salarios y los recortes del gasto público en las áreas sociales- que solamente generan más concentración de riquezas y reproducción del sistema capitalista patriarcal al incrementar el trabajo de reproducción y sustentabilidad de la vida. Frente a esas medidas, las mujeres afirman que es urgente avanzar en la construcción de alternativas socialistas a ese modelo como la garantía de la soberanía alimentaria y el desarrollo de la producción agroecológica, la protección del trabajo, el derecho a una renta digna o las inversiones públicas en salud y educación.
Las mujeres estarán en las calles para reafirmar el mundo que quieren construir a partir del feminismo, libre de explo tación, desigualdad y discriminación, sin violencia y racismo. Reivindicarán igualdad de hecho, libertad y el fin de la criminalización de las mujeres que luchan por tener autonomía sobre sus cuerpos y sexualidad.
El 8 de marzo será un momento también de defensa de la paz y de la soberanía popular frente a las guerras que mantienen y profundizan la desigualdad en el mundo, y de expresar la solidaridad con todas las mujeres que viven en regiones en conflicto, como en Haití, República Democrática del Congo y, especialmente, Palestina, donde los bombardeos de Israel ya dejan como resultado miles de muertos y heridos, sobretodo mujeres, viejas/os y niñas/os.
Para la Marcha Mundial de las Mujeres, este 8 de marzo inaugura un año de trabajo intenso de construcción de la acción internacional que se realizará en 2010. Las acciones internacionales de la Marcha son momentos de expresión de la fuerza colectiva de las mujeres organizadas en asociaciones, grupos, movimientos, con experiencias, culturas políticas y etnias diferentes, pero con el deseo común de superar el orden actual injusto. Son también expresión de la solidaridad internacional para con las mujeres que están en las diversas partes del mundo.
En ese sentido, recuperan el propio significado del 8 de marzo, de afirmación de la lucha, de celebración de las iniciativas y conquistas de las mujeres, de actualización de la agenda de lucha por igualdad y por la construcción de otro mundo donde todos y todas puedan vivir con dignidad y plenamente. «En las calles y en nuestras casas, en las florestas y en el campo, en el proseguir de nuestras luchas y en el cotidiano de nuestras vidas, mantendremos nuestra rebeldía y movilización» (cierre de la llamada para el 8 de marzo de las compañeras de Sao Paulo, Brasil).
Cien años de lucha internacional feminista
En 2010, coincidentemente, se celebrará también el centenario de la declaración del día internacional de las mujeres, propuesto en 1910 por Clara Zetkin, durante la II Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas, realizada en Copenhague (Dinamarca). Clara se había inspirado en el ejemplo de las socialistas estadounidenses, que ya tenían un día de lucha que rescataba la capacidad de organización autónoma de las mujeres, su intensa participación en manifestaciones y huelgas y su batalla por el derecho al voto. Desde aquel año, las manifestaciones de las mujeres empezaron a tener un carácter internacional, pero realizadas en fechas distintas en los diversos países.
El 8 de marzo se firmó como fecha fija del día internacional de las mujeres a partir de 1922, en homenaje a las operarias rusas que en 1917 habían iniciado una huelga general contra el hambre, la guerra y el zarismo. La acción fue una iniciativa de las trabajadoras más explotadas y oprimidas -las operarias textiles- que se lanzaron a las calles de Petrogrado sin apoyo de las direcciones, movilizando alrededor de 90 mil personas.
Y fue así que en el día 8 de marzo (en el calendario gregoriano; o el día 23 de febrero en el calendario ruso) las mujeres inauguraron la Revolución Rusa.