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Un docente de la provincia de Río Negro (Argentina) abusaba de sus alumnas

Mujeres organizadas para enfrentar la violencia y hacer justicia

Fuentes: Prensa de Frente

En el pueblo de Cinco Saltos, Rio Negro la impunidad de quien tiene prestigio y dinero es una constante. Carlos Anzaldo, ginecólogo, accionista de una clínica privada y docente es un ejemplo más de la arbitrariedad que reina en estos lugares. La historia se conoció cuando una de sus alumnas se lo confesó llorando a […]

En el pueblo de Cinco Saltos, Rio Negro la impunidad de quien tiene prestigio y dinero es una constante. Carlos Anzaldo, ginecólogo, accionista de una clínica privada y docente es un ejemplo más de la arbitrariedad que reina en estos lugares. La historia se conoció cuando una de sus alumnas se lo confesó llorando a sus amigas. Ahora, ya son doce las jóvenes que lo acusaron de abuso sexual y se conformó una Comisión de Apoyo que lucha porque se haga justicia. Si bien fue detenido y está procesado las amenazas a las víctimas son permanentes y podría darse la libertad provisional.

 

En marzo de este año una joven de 17 años denunció haber sido violada por Anzaldo. Fue después de un episodio en la escuela, en donde, en forma de broma, Anzaldo le propuso que se desnudara y que utilizara su cuerpo para ejemplificar en una clase de anatomía. La joven informó del abuso del ginecólogo y pronto se conocieron más casos.

 

Según el juez que lleva la causa, Anzaldo le dijo a la menor que tenía un embarazo fuera de lugar y que le tenía que colocar una pastilla en la vagina que la haría menstruar, así ella se desvestía en su consultorio. Le habría tapado la boca mientras le decía que «no dijera nada porque a ella y a su familia le iba a ir mal», la habría obligado a arrodillarse y la habría forzado a practicarle sexo oral. Cuando la joven habría logrado zafarse, la habría tomado fuertemente de sus brazos, colocándola en posición ginecológica sobre la camilla, y la habría accedido carnalmente.

 

Entre los casos que se conocieron después está el de Florencia Lezcano, una joven docente de 26 años que acusó a Anzaldo de haberla violado a los 17. Al conocer la denuncia, Lezcano prestó testimonio y dio muestras de las similitudes en la forma de actuar del ginecólogo y de la protección que tenía por el poder político, eclesiástico y económico del pueblo.

 

Ya son once las mujeres jóvenes de la ciudad que presentaron denuncias y se cree que pueden ser más. En años diferentes, las jóvenes sostuvieron que el docente las instaba en clases a que acudieran a una consulta sin que le abonaran plus o la consulta.

 

«Anzaldo eligió a las mujeres de las cuales abusó: la mayoría proveníamos de familias humildes y la amenaza de hablar sobre lo que nos había hecho era muy fuerte. Yo le dije lo que había pasado al pastor de la Iglesia Evangélica y me dijo que lo perdonara, que hablara con él y que le aconsejara que retomara el camino del Señor», afirmó Lezcano a Prensa De Frente.

 

La escuela tampoco tomó medidas. Algunos docentes mantuvieron silencio y otros favorecieron a Anzaldo, incluso recomendando a los compañeros de curso de la menor que «no se metieran en líos» y que «no recordaran» al momento de ir a declarar como testigos en el juzgado.

 

Poco después de la denuncia, Florencia fue detenida en la calle «por averiguación de antecedentes» y la llevaron a la comisaria séptima de Cinco Saltos, donde se encontraba Anzaldo. Varias víctimas recibieron amenzas anónimas e incluso se difundieron rumores contra las víctimas para culpabilizar a las damnificadas.

 

El el juez penal de Cipolletti Guillermo Baquero Lezcano, que lleva la causa, dictó el procesamiento y prisión preventiva de Anzaldo y dio casos en donde se intentó obstaculizar la investigación de lo sucedido. Por un lado el médico habría falseado datos que incorporó en la tarjeta de la paciente y habría presionado a algunos testigos, como en el caso de la directora de la escuela de Cinco Saltos, a quien le mandó cartas documento «con la finalidad encubierta de lograr su silencio o bien con un llamado telefónico».

 

La Comisión de Apoyo se conformó por un grupo de mujeres para luchar contra el abuso y la violencia sexual y romper las cadenas de encubrimientos que garantizaron la impunidad del violador y ahora su protección. El grupo organizó marchas y escraches y este viernes se realizará un escrache a la Casa de Río Negro en el que participarán integrantes de la comisión de apoyo.