El escritor caribeño Édouard Glissant ―uno de los símbolos de la cultura caribeña y criolla, escritor imprescindible para el pensamiento y las letras americanas― murió este jueves 3 de febrero en París
El poeta, narrador y ensayista Édouard Glissant, uno de los autores más trascendentales del Caribe francés, murió hoy a los ochenta y dos años, según informan los medios galos. Nacido en la isla de la Martinica, Glissant desarrolló la teoría de la «créolisation» y en sus novelas, poemas y ensayos abordó los temas de la esclavitud, el racismo y el colonialismo, cuestionándose la identidad postcolonial.
«Murió esta mañana. Estaba en un estado crítico desde hace un tiempo, pero trabajamos juntos hasta el final», declaró Emmanuelle Collas, directora de la editorial Galaade (París), que publicó parte de la obra del escritor.
Glissant fue autor de una vasta obra poética y narrativa. Sus ensayos se encuentran reunidos en Soleil de la coscience (1956), L´intention poétique (1969), Poétique de la Relation (1990), Discours de Glendon (1990), Falkner, Mississippi (1996), Introduction à une poétique du Divers (1996), Traité du Tout-Monde (1997), Mémoires des esclavages (2007) y Philosophie de la relation (2009).
En sus trabajos es notable su interés, tanto en la ficción como en el ensayo, por la identidad antillana, la condición postcolonial, la relación entre el espacio Caribe y su historia, las cuestiones del lenguaje, de los nexos entre el esclavismo caribeño y el de América Latina, entre otros importantes temas. Es sin duda, uno de los representantes vivos que simboliza una generación de escritores caribeños que repensaron el Caribe desde su riqueza y diversidad cultural.
Nació en Sainte-Marie, isla de Martinica, el 21 de septiembre de 1928. Estudió etnología en el Museo del Hombre de París y Filosofía en la Universidad de la Sorbona. A lo largo de su vida fomentó la solidaridad de los pueblos y el respeto a la diversidad. Destacó además por mantener un intenso activismo cultural, formó parte de los círculos y foros literarios y artísticos del movimiento negro de emancipación y en los años 50 participó en las protestas de la izquierda francesa.
Su militancia artística dio lugar a reflexiones que apuntaban que «el Caribe es una realidad cultural» abierta «siempre a otras culturas» y que reforzaban la idea de que «un negro de Cuba, un blanco de Guadalupe y un indio de Haití participan de la misma identidad», según escribió el propio Glissant. Ese espíritu le llevó a engendrar una obra artística a caballo entre lo poético y lo político, en las que las imágenes metafóricas y las leyendas conviven con las reflexiones teóricas.
Fue un activo militante anticolonialista que se opuso a la guerra de Argelia. Lo expulsaron de las Antillas francesas por sus ideas independentistas y fue sometido a arresto domiciliario en Francia metropolitana.
En 1958, su novela La Lézarde le hizo merecedor del premio Renaudot y dio a conocer internacionalmente a este intelectual. Su trabajo abrió la senda para que otros escritores criollos desarrollasen su trabajo, como Patrick Chamoiseau, ganador del premio Goncourt en 1992.
Radicado en la capital francesa desde los años cuarenta, regresó a su país natal a mediados de los sesenta. Allí fundó el Instituto Martiniqueño de Estudios y la revista Acoma. Fue director de El correo de la Unesco entre 1982 y 1988, del Centro de Estudios Franceses y Francófonos de la Universidad del estado de Luisiana. Desde 1995 trabaja como Profesor Distinguido en la Universidad de la Ciudad de Nueva York.
Por su enorme contribución intelectual, Glissant ha merecido numerosos reconocimientos, entre ellos los Doctorados Honoris Causa de la Universidad de York (Toronto, Canadá) y de la Universidad de las Indias Occidentales en St. Augusthine (Trinidad y Tobago), así como la distinción Laurea ad Honorem de la Universidad de Boloña (2004).
Édouard Glissant vivió sus últimos años entre París, Nueva York y Martinica. Desde 1995 impartió clases de literatura francesa en la Universidad CUNY, de Nueva York. En 2007 fundó en París el Institut du Tout-Monde, destinado a poner en práctica sus principios humanistas y fomentar la difusión de la diversidad de los pueblos.
En Cuba se tradujo su novela El Lagarto (Arte y Literatura, 1980) y el volumen de poesía Fastos y otro poemas (Casa de las Américas, 2002). Artículos y poemas suyos han sido recogidos en las publicaciones de la institución habanera, como la revista Casa y Anales del Caribe.
En ocasión de cumplir ochenta años de vida, en noviembre de 2008 el escritor martiniqueño recibió un homenaje en la Casa de las Américas. Dos años después, el pasado 30 de octubre de 2010 fue presentado en La Habana El discurso antillano (Fondo Editorial Casa, 2010), por primera vez la traducción íntegramente al español de la monumental obra de Édouard Glissant.
Fuente: http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=5967