De bien jovencita llegó a los galpones. Comparte su lugar de trabajo -un cuchitril- con otras diez compañeras. Casi no pueden ni moverse. Como dicen, «les cortan el pico» para que ni de las conversaciones puedan disfrutar. Su jornada laboral no contempla ningún descanso y está prohibido faltar un solo día al trabajo. Apenas conocen […]
De bien jovencita llegó a los galpones. Comparte su lugar de trabajo -un cuchitril- con otras diez compañeras. Casi no pueden ni moverse. Como dicen, «les cortan el pico» para que ni de las conversaciones puedan disfrutar. Su jornada laboral no contempla ningún descanso y está prohibido faltar un solo día al trabajo. Apenas conocen el sol. Las lámparas que nunca se apagan son sus astros: astros de día y astros de noche. Es mucho el calor que pasan, corre muy poco aire fresco y por eso muchas enferman. Si no entregan los huevos previstos cada día serán descartadas, y claro, muchas padecen estrés. Para ellas la edad es un inconveniente, cuando su productividad baja el negocio exige su sacrificio. Todo este esfuerzo para recibir a cambio su alimentación: rancho hoy, rancho mañana y siempre rancho repetido y aburrido. Trabajan en condiciones inhumanas, son gallinas. Gallinas hembras. Gallinas ponedoras.
Trabaja en un compartimento tan estrecho que no puede ni darse la vuelta. Si lo intenta se golpea con las vallas y se hiere. Si no lo intenta los músculos se le atrofian. Su rol, reproducirse a máxima velocidad. Su jornada laboral no contempla ningún descanso y está prohibido faltar un sólo día al trabajo. Apenas conocen el sol. Las lámparas que nunca se apagan son sus astros de día y de noche. Es mucho el calor que pasan, corre muy poco aire freso, y por eso padecen enfermedades pulmonares y otros problemas respiratorios muy contagiosos. Verdaderas pestes. Pestes porcinas. Para ellas la edad es un inconveniente, cuando su fecundidad baja el negocio exige su sacrificio. Trabajan en condiciones inhumanas, son cerdas. Cerdos hembras. Cerdas reproductivas.
La ganadería industrial y capitalista en su búsqueda del máximo beneficio económico ha adoptado valores de dominación del ser que se siente superior, de violencia en el trato desde el que se cree fuerte, de opresión, etc. En realidad, como habrán observado, adoptando valores muy similares a nuestra forma de relacionarnos entre seres humanos y que mantienen las desigualdades entre hombres y mujeres. Vivimos bajo unas reglas establecidas -el patriarcado- que se asientan en la opresión sobre las mujeres y sobre la [mujer] Naturaleza, de las que espera: producción y reproducción. Para evitarlo feminismo y ecología, ecofeminismo.
Gustavo Duch Guillot
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«Porque contar es otra forma de caminar»