Una de las máximas más conocidas de la democracia burguesa es la proclamación de la igualdad de todos los «ciudadanos» ante la ley. Pero esto, que es una irrealidad en todos los regímenes burgueses, es descaradamente falso en nuestro caso. Los privilegios de la monarquía Aquí hay unas personas intocables, el monarca y su familia, […]
Una de las máximas más conocidas de la democracia burguesa es la proclamación de la igualdad de todos los «ciudadanos» ante la ley. Pero esto, que es una irrealidad en todos los regímenes burgueses, es descaradamente falso en nuestro caso.
Los privilegios de la monarquía
Aquí hay unas personas intocables, el monarca y su familia, como recoge el código penal en sus artículos 490 y 491. Mientras para el común de los mortales se distingue entre falta y delito de injurias, para toda la Familia Real cualquier injuria se considera delito y está castigado con multas o penas de prisión.
Tan escandalosa situación ha llevado incluso a que prominentes juristas como el catedrático de Derecho Penal de la Universidad Complutense , Enrique Gimbernat, denuncie los «privilegios» de la casa real como «intolerables y antidemocráticos». Privilegios que han ido a más ya que «el Código Penal de 1995, en vez de restringir la desigualdad, la extendió, y ampara ahora no sólo al rey, sino a toda su familia, algo a lo que no se habían atrevido ni los Códigos Penales de la monarquía autoritaria del siglo XIX, ni siquiera el de 1928, de la Dictadura de Primo de Rivera». Gimbernat continúa diciendo que «todos esos privilegios no son nada comparados con el artículo 56.3 de la Constitución , que declara que la persona del rey «no está sujeta a responsabilidad», esto es, que el rey puede matar, violar o robar sin que por esos hechos sea posible abrir diligencias penales contra él, algo que apenas tiene paralelo en el Derecho comparado actual».
Represión creciente
Hemos visto en este verano tres casos que nos han devuelto a la cruda realidad de un régimen que heredó las principales instituciones del franquismo. Primero fue el secuestro de la revista El Jueves y el procesamiento de los periodistas responsables de la portada alusiva al Príncipe y a su señora. Ahora, es la criminalización y procesamiento de dos jóvenes de Girona que quemaron una fotografía del rey en una manifestación antimonárquica de la izquierda independentista catalana. Otros dos periodistas del diario vasco Deia deben también declarar ante la Audiencia Nacional por un fotomontaje, publicado el año pasado, en la que aparecía el rey ebrio cazando osos en el mismo estado en Rumania. Hay que destacar que en todos los casos es el Gobierno de Zapatero quién ha tomado la iniciativa a través de la Fiscalía.
La monarquía, una institución antidemocrática y parasitaria
Los crecientes rasgos autoritarios del régimen salido de la Transición son evidentes: ley de partidos que ilegalizó a la izquierda abertzale, cierre de periódicos vascos, encarcelamiento de Otegi y persecución de otros dirigentes, defensa a ultranza de la monarquía y persecución penal de sus críticos… medidas llevadas a cabo por los distintos gobiernos monárquicos, sean éstos del PSOE o del PP.
La Constitución monárquica de 1978 es quien consigna la inviolabilidad del rey y ampara los privilegios de la monarquía desarrollados en el Código Penal. Una muestra más de que el régimen que padecemos no es esa democracia que pretenden enseñarnos en la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía. Nos sobra la monarquía. Más que nunca hay a seguir luchando por una III República que dé al traste con esta monarquía parasitaria, con los aparatos estatales heredados del franquismo y con privilegios inadmisibles como los de la jerarquía católica. Exigimos el sobreseimiento inmediato de todos los casos de «injurias a la corona» actualmente en curso.
* A Luchar por el Socialismo es una publicación mensual del PRT-Izquierda Revolucionaria, sección oficial en el Estado Español de la Liga Internacional de los Trabajadores – IV Internacional (LIT-CI)