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Cinco meses del 11-M

Ni los antecedentes apuntaban a ETA

Fuentes: Gara

De nuevo la guerra entre PP y PSOE sirve para tirar de la manta y descubrir mentiras que, de no haber mediado este enfrentamiento, podían haber quedado definitivamente instaladas como verdades indiscutibles para el conjunto de la opinión pública. Ya ocurrió algo similar con la investigación sobre los GAL. Sólo cuando a uno de los […]

De nuevo la guerra entre PP y PSOE sirve para tirar de la manta y descubrir mentiras que, de no haber mediado este enfrentamiento, podían haber quedado definitivamente instaladas como verdades indiscutibles para el conjunto de la opinión pública. Ya ocurrió algo similar con la investigación sobre los GAL. Sólo cuando a uno de los partidos que guardaban la llave de los secretos de Estado le interesó utilizar el caso para sus fines electorales comenzaron a aparecer informaciones periodísticas, cuerpos, datos, testigos y hasta autoinculpados que contribuyeron a esclarecer parte del gran iceberg que es el terrorismo de Estado.

Ahora, el enfrentamiento que mantienen PSOE y PP tras los atentados del 11 de marzo y los hechos posteriores ha permitido que Alfredo Pérez Rubalcaba ­ex ministro con Felipe González, enlace del PSOEcon el Gobierno de José María Aznaren materia «antiterrorista» y actual portavoz del Grupo Socialista en el Congreso­ rompiera en parte su «lealtad con el Pacto Antiterrorista» y desnudara cuatro versiones oficiales mantenidas por el ex ministro del Interior Angel Acebes en torno a la actividad de ETA durante los últimos meses.

El primer y, según se supo después, único hilo que podía relacionar a ETA con las explosiones del 11 de marzo en Madrid eran los denominados antecedentes: la detención de dos presuntos miembros de ETA en diciembre de 2003 a los que se acusó de pretender colocar explosivos en un tren con destino a la estación de Chamartín en Madrid; la interceptación el 29 de febrero de una furgoneta con 536 kilos de explosivo en la localidad de Cañaveras (provincia de Cuenca) y la detención, como consecuencia de ello, de tres ciudadanos vascos acusados de pertenencia a ETA; y sus supuestos planes para colocar una docena de explosivos en la estación de esquí de Baqueira-Beret, lo que no habría sido posible por la situación climatológica.

De todo ello habló, con notable vehemencia, el ex ministro del Interior Angel Acebes en su comparecencia del 28 de julio ante la comisión de investigación del 11 de Marzo del Congreso de los Diputados. Y a todo replicó el «experto» Alfredo Pérez Rubalcaba al día siguiente. Las declaraciones que se recogen a continuación están extraídas de los diarios oficial de sesiones de la referida comisión.

Chamartín

Angel Acebes: «El atentado del 11-M es el atentado de Chamartín, sólo que cambia la estación, pero son bombas, mochilas o bolsas que se introducen en un tren y se busca que realicen su explosión cuando han llegado a la estación, para multiplicar los efectos que persigue el atentado».

Alfredo Pérez Rubalcaba: «Se ha dicho hasta la saciedad que el atentado de Chamartín, que gracias a Dios, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado evitaron, era igual que éste, y no es verdad. El atentado de Chamartín era un atentado donde ETA había previsto avisar; otra cosa es que se le olvidara poner las pilas en el magnetofón y no hubiera avisado, pero había previsto avisar. Era un atentado en el que no había bombas en el compartimento de viajeros, [sino] en el compartimento de equipajes; era un atentado que, según la Policía descubre después, [estaba preparado] para que estallara media hora después de que el tren hubiera llegado, una vez que se hubiera producido el aviso; era un atentado en el que las bombas iban sin metralla, sin clavos. Sabe usted que cuando una banda terrorista ­y que nadie me entienda mal, no estoy justificando a ETA, me parece horroroso lo que hace­ quiere matar mucho, si me permite la brutal expresión, llena de metralla como así hicieron aquí».

Furgoneta de cuenca

Angel Acebes: «Sí, lo esperábamos [un gran atentado de ETA antes de las elecciones], teníamos esa información y habíamos tomado las decisiones correspondientes. ¿Lo confirma? Ya no lo confirmo yo, lo confirma una furgoneta con 500 kilos de explosivos que afortunadamente se detuvo en Cuenca y que querían, parece ser, colocar en una zona próxima al corredor del Henares buscando una enorme tragedia. Es decir, son 400 kilos más que los que explotaron el día 11 de marzo». (…) «Son 500 kilos montados en un cofre, y soldados a la furgoneta para que el efecto mortal sea mucho más grande al convertirse en metralla, tanto el cofre como la propia furgoneta. Los restos ha- brían sido lanzados, con efectos graves para los seres humanos, a un kilómetro y medio».

Alfredo Pérez Rubalcaba: «Ese atentado, que también es dinamita, tiene unas características muy especiales. Se ha dicho que iba a ser un atentado indiscriminado. No es verdad. En el sumario, los dos etarras no dicen nunca en sus declaraciones que fueran a hacer un atentado indiscriminado. Es más, la Policía lo que piensa hoy es que iban a intentar dinamitar una subestación eléctrica en algún parque industrial de Madrid. De hecho, traían un mapa marcado con una zona de parques industriales. Por tanto, no es verdad que fuera un atentado indiscriminado».

Baqueira-beret

Angel Acebes: «Conocíamos de horas antes, cuando nos lo habían transmitido los terroristas de ETA de Cuenca, que la organización y la banda tenían 12 mochilas preparadas para cometer un atentado. ¿Esto es una valoración? No, no, esto también es un dato. Si a usted ­aunque no somos nosotros quienes tenemos que hacer esa valoración, pero sí la Policía­ le dicen: Se conoce de horas antes que ETA tiene 12 mochilas preparadas que por el mal tiempo no ha podido instalar en Baqueira Beret, por lo tanto, las tiene y están para ser utilizadas, y en las horas siguientes hay una explosión de 12 mochilas en tres trenes, esto es un dato, no es sólo una valoración; no es una especulación, para entendernos, ya es un dato que lógicamente las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen que valorar».

Alfredo Pérez Rubalcaba: «El atentado de Baqueira Beret es la declaración de un detenido del comando en Cañaveras que dice que ha oído decir algo a ETA. Eso no se puede argumentar como precedente».

Atentado indiscriminado

Angel Acebes: «Se pensaba que era ETA por el modus operandi, por los antecedentes, por la información que disponíamos».

Alfredo Pérez Rubalcaba: «Se ha repetido mucho que ETA estaba preparando un atentado indiscriminado. Es cierto, hay una percepción en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de que eso pudiera ser, y puede ser en cualquier momento, porque son una banda de miserables y de asesinos, que quede clarísimo. Dicho esto, en la literatura de ETA que uno se molesta en leer no existe esa pretensión; es más, al contrario, algunos de los puntales últimos de la organización parece que se apartan de eso, pero no lo hemos querido rebatir».

Las palabras de Pérez Rubalcaba tienen gran interés para conocer la distancia que va de las versiones transmitidas a los medios a la realidad. Y para preguntar si, de no haber mediado el 11-M, el PSOE las hubiera contradicho.

Ibarretxe achacó a Madrid su acusación inicial, pero Acebes lo niega
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, fue el primer representante institucional del Estado español que el 11-M hizo una declaración oficial en la que atribuyó a ETA, sin dejar lugar a dudas, la autoría de la masacre de Madrid. Han sido varios los dirigentes o diputados del PP que lo han recordado repetidamente en la comisión de investigación del Congreso.

La comparecencia en Lehendakaritza se produjo a las 9,30 de la mañana. A esa hora las informaciones todavía eran confusas, la cifra de muertos aún estaba por determinar, pero antes de que Ibarretxe se pronunciara, Arnaldo Otegi ya había asegurado en Herri Irratia que no contemplaba ­»ni como hipótesis»­ que ETAfuera la autora de los atentados.

Al día siguiente, el 12 de marzo, Juan José Ibarretxe volvió a comparecer públicamente para exigir al Ministerio del Interior «con todas mis fuerzas, información fehaciente» sobre la autoría de los hechos. En aquella alocución, y en referencia a lo dicho por él mismo la víspera, el lehendakari afirmó que «ayer, el Gobierno español atribuyó a ETA sin ningún género de dudas la autoría de los atentados y, de buena fe, hicimos las correspondientes declaraciones públicas y privadas. A lo largo del día vino después la confusión, vinieron las diferentes informaciones y hoy existen dudas razonables acerca de la autoría del atentado».

Aunque en su declaración inicial del 11 de marzo Ibarretxe no hizo mención a haber mantenido ningún contacto con el Gobierno español ­sólo apuntó que había hablado con el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón­, de sus palabras del día 12 se desprende que atribuyó a ETA el atentado «de buena fe» porque así lo hacía el Ejecutivo de Aznar.

Sin embargo, hay dos hechos que ponen en duda esta versión. El primero de ellos es que, como publicó este diario el 25 de julio, al mediodía del 11-M Arnaldo Otegi se puso en contacto con el lehendakari, para manifestarle, por una parte, que la izquierda abertzale negaba la autoría de ETA, y para preguntarle, por otra, si tenía algún dato que sustentara la atribución de responsabilidades que había hecho horas antes. El lehendakari, según fuentes de la izquierda abertzale, respondió que no tenía ningún dato.

Acebes señala a Balza

El segundo hecho que contradice lo expuesto por Ibarretxe es la declaración del ex ministro del Interior Angel Acebes ante la comisión de investigación, en la que recuerda que el lehendakari compareció a las 9.30 de la mañana y que él no atribuyó el atentado a ETA hasta las 13.30 horas. Dijo que a las 11 horas habló en Atocha pero recordó que entonces «yo no hago esa imputación, yo no digo que es ETA».

El diputado del PNV Emilio Olabarria salió entonces en defensa de Ibarretxe asegurando que «el lehendakari no disponía de información propia, la información del lehendakari necesariamente tenía que ser proporcionada por los servicios policiales que estaban ya actuando en el Estado español con carácter general».

La respuesta de Angel Acebes es la que sigue: «No sé si a las 9.30 tenía información, como usted dice, de alguna fuente policial, lo que le digo es que conmigo no había hablado, esto con toda seguridad. Sé que en algún momento se ha dicho que la información había sido transmitida por el ministro del Interior. Le aseguro que yo no había hablado antes de las 9:30 con el lehendakari para transmitirle esta información (…) En fin, eran momentos realmente confusos, pero no cabe duda de que el lehendakari, tras el análisis que hiciese con la policía autonómica vasca, con los responsables de la lucha contra el terrorismo ­supongo que también preguntaría a los responsables policia- les, al consejero de Interior­, hizo una valoración y era la valoración lógica, la que hizo todo el mundo: que era la organización terrorista ETA».

A lo largo de su comparecencia ante la comisión, Acebes negó varias veces que, por lo que él sabía, alguien del Gobierno español hubiera hablado con alguien de Lakua. El único contacto que se produce es con el consejero de Interior, Javier Balza, y tiene lugar después de la rueda de prensa de las 13.30 horas del ministro. Y en esa conversación, según Acebes, «no hubo ninguna duda con respecto a la autoría» atribuida a ETA.

El Departamento de Interior de Javier Balza, según datos de GARA, mantuvo la autoría de ETA, «con total seguridad» hasta bien entrada la tarde.

En resumen, Ibarretxe atribuyó el atentado a ETA cuando, según manifestó a Otegi, no tenía datos. Luego se escudó en Madrid, pero Angel Acebes niega que hablara con Lakua. Quien sí sostenía la autoría de ETA fue el consejero de Interior de Lakua, Javier Balza.

El PP ha introducido la sombra de la gran confabulación
Fue el diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo quien, en el interrogatorio al primer compareciente en la comisión de investigación, introdujo en escena la posibilidad de que hubiera habido algún tipo de colaboración entre ETA y los autores del atentado. El ex ministro Angel Acebes abundó en la materia extendiendo la confabulación a otros agentes indeterminados que planificaron incluso la cronología de la aparición de las pistas para hacer caer el Gobierno de José María Aznar. Algunos consideraron inadecuada esta estrambótica estrategia del PP. Hubo incluso quien desde dentro del partido acusó a los diseñadores de la misma de venderse a los intereses editoriales de «El Mundo», que ha venido alentando esta sospecha sin haber podido aportar prueba alguna de la conexión. El Ministerio del Interior ha negado que haya ningún indicio en esa dirección. Otros expertos de la propia órbita del PP lo han negado también. Pero las encuestas demuestran que la estrategia ha servido para introducir la duda en la sociedad española.