Las medidas voluntarias para la lucha contra el cambio climático no son suficientes Desde casi todos los sitios nos envían mensajes sobre lo que tenemos que hacer para combatir el calentamiento global. El gobierno dice que es una de sus prioridades, nos dice que cambiemos las bombillas de nuestras casas, que reciclemos y que seamos […]
Las medidas voluntarias para la lucha contra el cambio climático no son suficientes
Desde casi todos los sitios nos envían mensajes sobre lo que tenemos que hacer para combatir el calentamiento global. El gobierno dice que es una de sus prioridades, nos dice que cambiemos las bombillas de nuestras casas, que reciclemos y que seamos responsables pero por otra parte construyen más carreteras amplían aeropuertos y construyen centrales térmicas. Desde los grupos ecologistas nos dicen que seamos respetuosos con el medio ambiente, que consumamos sosteniblemente, que utilicemos el transporte público y que las energías renovables van a solucionar el problema.
Pues bien tras años de proclamar las mismas soluciones, la realidad es que las emisiones continúan aumentando y que lo seguirán haciendo hasta que sea demasiado tarde, cuando hayamos alcanzado el temido aumento de 2º C sobre los niveles pre-industriales, entonces quizás se den cuenta que las medidas voluntarias no han funcionado. Pero entonces ya no habrá marcha atrás.
Si de verdad queremos tener alguna posibilidad de evitar un cambio climático catastrófico, debemos elevar el problema a un asunto de preguerra, por duro que pueda parecer es la única solución, los gobiernos tienen que tomar medidas drásticas e inmediatas, pero para ello deben hacer del cambio climático primero una cuestión de estado y segundo una emergencia planetaria, sin luchas partidistas, deben alcanzar un consenso e implementar unas políticas que vayan en la misma dirección. El objetivo debe ser un acuerdo global que este listo para la cumbre de Copenhage en 2009.
Para conseguir esto sólo vale la movilización social para obligar a los gobiernos a que tomen las medidas necesarias y el que no lo quiera ver así, es que necesita revisarse la vista, aunque como dice el refrán ‘no hay peor ciego que el que no quiere ver’.
La última prueba que demuestra que las medidas voluntarias no funcionan la tenemos en Madrid con motivo de la huelga del SER (Servicio de Estacionamiento Regulado), el pasado viernes el tráfico aumentó un 17,7% (una media del 15,4 desde que comenzó la huelga) ya que no había que pagar por aparcar y además llovía, (nunca he entendido ese miedo al agua).
Así que desgraciadamente, esa esta es la conclusión, penalizar el uso del transporte privado económicamente. Que se cobre un peaje diario al estilo de Londres, pagar más dinero por aparcar y que aumente el precio de los combustibles, (de esto ya se encarga el mercado). El ser humano no está, ni estará concienciado – en los suficientes números- sobre la protección del medio ambiente si esto supone modificar sustancialmente sus vidas.
Así que dejémonos de parches e hipocresías, estamos perdiendo la batalla contra el cambio climático, caminamos sonámbulos hacia el abismo y sólo una gran catástrofe sería capaz de despertarnos. Quizás todavía sea posible la reacción y seamos capaces de movilizarnos como nunca antes lo hayamos hecho, empezando hoy, hablando con nuestros familiares y amigos, saliendo a las calles, organizándonos y exigiendo al gobierno a que tome las medidas que son necesarias, ¿estáis dispuestos? Si es así adelante, no hay tiempo que perder, en caso contrario seguid disfrutando de vuestro estilo de vida mientras podáis o celebrando el día de la Tierra, tampoco hay nada que celebrar, y como dice otro refrán: una vez al año no hace daño.