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Nómadas. artistas del movimiento de Málaga

Fuentes: Rebelión

Escribir es algo maravilloso, una necesidad para algunos (como yo). Sin embargo, el mundo literario ya es harina de otro costal, y ahí hay que andar con pies de plomo: las navajas vuelan, los filólogos zumban con fuego de mortero a la competencia que les aparece enfrente y los egos se inflan hasta hacer estallar […]

Escribir es algo maravilloso, una necesidad para algunos (como yo). Sin embargo, el mundo literario ya es harina de otro costal, y ahí hay que andar con pies de plomo: las navajas vuelan, los filólogos zumban con fuego de mortero a la competencia que les aparece enfrente y los egos se inflan hasta hacer estallar los costurones del alma y dejarnos a todos perdidos de entrañas literarias. Acercarse al mundo editorial es duro si eres un don nadie: personalmente he practicado (corrijo: practico… y lo que me queda, después de artículos como éste) la mendicidad editorial, ofreciendo mis textos jóvenes a quien quiera publicarlos (narrativa, poesía, teatro, soy lo suficientemente inconsciente como para darle a todos los palos). He sufrido en mis carnes morenas el modus operandi de los editores andaluces, dispuestos a ayudar la creación de los jóvenes únicamente de boquilla o sólo cuando tienen delante a algún gerifalte cultural que les subvenciona algo. Después que te vayan dando, niño. Escucharles vanagloriarse de su labor en ferias del libro da entre risa y asco a quien conoce el percal. Y quien crea que soy injusto o que estoy resentido que me llame, que le contaré batallitas graciosas y nos reiremos un rato juntos. Siempre que pague un par de cervezas, faltaría más.

Por eso tienen tanta importancia ideas tan frescas como la que puso en marcha la Diputación Provincial de Málaga: Nómadas. En Nómadas cabe todo el mundo, y eso me gusta. El domingo 29 de mayo se presentó en la Feria del Libro el ejemplar de «Paradojas poco ortodoxas» de este año y fue delicioso encontrar allí tanto joven con ganas de decir cosas y a los que se permitía decirlas por escrito. Pese a todo, a alguno se le veía ya algo desencantado con la mendicidad editorial y con las luchas literarias que intuyen. Con esa inequívoca mirada que se te queda y que conozco, ya, tan bien.

Bravo Encarnación Páez y compañía. Da gusto estar entre jóvenes y creativos amigos. Pese a todo, ¿soy algo pesimista? Benedetti aseguraba que un pesimista no es más que un optimista bien informado. Sí. Pero, como buen soñador, cuando veo que crece una flor entre el cemento, se me saltan las lágrimas y todo. Seguid construyendo Nómadas, amigos. Corrijo: sigamos construyendo Nómadas. Porque Nómadas somos todos: una familia donde a nadie se le hacen pruebas de paternidad para pasar. Bravo.

 

 

http://www.papel-literario.com/Index122.html (número 122, página 1)