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Nosotros le dimos la bienvenida a Mandela en las calles de Miami

Fuentes: Areito Digital

La muerte de Nelson Mandela produjo recientemente en Miami un extraordinario y ridículo espectáculo de revisionismo histórico por parte de las derechas: tanto de la que queda en esta ciudad de la de los blancos estadounidenses, representada principalmente por el diario The Miami Herald, como la más vigorosa, y de hecho hegemónica, la derecha cubano […]

La muerte de Nelson Mandela produjo recientemente en Miami un extraordinario y ridículo espectáculo de revisionismo histórico por parte de las derechas: tanto de la que queda en esta ciudad de la de los blancos estadounidenses, representada principalmente por el diario The Miami Herald, como la más vigorosa, y de hecho hegemónica, la derecha cubano americana. Lo cual no deja de ser reflejo de lo ocurrido en el resto de este país, especialmente en la gran prensa, referente a la figura y obra de Mandela a raíz de su muerte. Tal pareciera que los gobiernos de Estados Unidos estaban en la vanguardia de la lucha en contra del apartheid…

Este reciente espectáculo de revisionismo histórico tiene que ver con la postura asumida por la derecha cubano americana en contra de Mandela como consecuencia de su visita a Miami en junio de 1990, a escasos meses después de haber sido excarcelado luego de cumplir 27 años en prisión por sus responsabilidades como dirigente principal de la cruenta lucha de su pueblo en contra del apartheid. En aquel entonces, estos dirigentes de la derecha cubano americana, lo denunciaron con odio visceral como un ente diabólico, y ahora, los que aún viven, lo han estimado públicamente con caras y frases santurronas como un héroe y santo, de la magnitud de Gandhi.

El 20 de junio de 1990 Mandela comenzó en la ciudad de Nueva York su primera gira a Estados Unidos, un programa de once días que incluía visitas a ocho ciudades, entre las que se incluyó a Miami. A Miami se le incluyó porque Mandela era el invitado de honor en la reunión de ese año de uno de los sindicatos más poderosos de este país, el cual había apoyado la lucha en contra del apartheid, el American Federation of State, County and Municipal Employees (Federación Americana de Empleados Estatales, Condales y Municipales -AFSCME, por sus siglas en inglés) que tendría lugar precisamente ese verano en el Centro de Convenciones de Miami Beach. Hay que recordar que la lucha en contra del apartheid seguía en pie ya que el apartheid no fue ilegalizado en Sur África hasta 1991.

La derecha cubano americana, regida entonces por Jorge Mas Canosa, quien era el presidente de la otrora poderosa Fundación Nacional Cubano Americana, siguiendo la línea del gobierno de Estados Unidos, por años había apoyado de mil maneras al régimen del apartheid así como a los demás movimientos contrarrevolucionarios en África. A Mandela ese sector lo consideraba entonces, como en su fuero interno lo considera hoy en día, un terrorista, jefe de una poderosa organización terrorista negra, el Congreso Nacional Africano, aliada del gobierno revolucionario cubano. De igual manera consideraba entonces al Congreso Nacional Africano el gobierno de Estados Unidos.

En los primeros días de su corta y apretada gira, estando en Nueva York, Mandela hizo unas declaraciones reconociendo el apoyo por años recibido por el Congreso Nacional Africano en su lucha contra el régimen del apartheid por parte de los gobiernos de Cuba, Libia y el Frente por la Liberación de Palestina, que incluyeron su lógica negativa a repudiar a sus líderes principales. Ética y políticamente Mandela tenía que ser fiel a aquellos que acompañaron a su pueblo y lucharon junto a él en la desigual lucha por su libertad.

En Miami la dirigencia contrarrevolucionaria cubano americana aprovechó esas declaraciones de Mandela y en uno de sus delirios de prepotencia tomó la estúpida decisión de no conferirle al líder negro africano los honores de rigor que se otorgan a huéspedes ilustres cuando visitan oficialmente a una ciudad.

El ayuntamiento de la ciudad de Miami, tres de cuyos cinco miembros eran cubano americanos, y los cinco alcaldes cubano americanos del Condado Dade, incluyendo los de Miami y Hialeah, rehusaron aprobar una resolución dándole la bienvenida oficial a Mandela, y en una declaración conjunta estos cinco alcaldes denunciaron y condenaron al líder surafricano por no pronunciarse en contra de la revolución cubana y exigiéndole que lo hiciese.

Por más de cuatro días antes de la llegada de Mandela a Miami las emisoras de radio y televisión cubano americanas, y a través de ellas, los dirigentes de las organizaciones políticas y cívicas contrarrevolucionarias y los funcionarios electos cubano americanos, a coro, estuvieron execrando a Mandela, al Congreso Nacional Africano y, en efecto, a todo aquel que apoyara al pueblo negro surafricano y al Congreso Nacional Africano en su lucha en contra del apartheid.

Estalló una tormenta política y social en extremo peligrosa. Las relaciones entre las comunidades afro americana y la cubano americana por décadas habían sido tensas. Cualquier confrontación habría hecho explotar un polvorín de viejos resentimientos. La comunidad afro americana, a través de sus líderes y organizaciones de base denunciaron la postura y las declaraciones de la dirigencia contrarrevolucionaria cubano americana y la consideraron un grave insulto al resto de la comunidad, especialmente a ellos, y por tanto inaceptables.

Ese mismo día, 26 de junio, un día antes de la llegada de Mandela a Miami, la Brigada Antonio Maceo, en conferencia de prensa, denunció la actitud de estos funcionarios públicos y, en nombre de todos los otros cubanos en Miami que no compartían esas posiciones, se unió al llamado de la comunidad afro americana para darle un digno recibimiento a Mandela.

Y así fue. Miembros de la Brigada Antonio Maceo y de la Alianza de Trabajadores de la Comunidad Cubana, con carteles dándole la bienvenida a Mandela en nombre de los cubanos de Miami, se unieron a una jubilosa multitud estimada en 4,000 personas, preponderantemente afro americanos, que se reunió a darle una digna bienvenida a Miami a Nelson Mandela el 28 de junio frente al Centro de Convenciones de Miami Beach, auditorio donde tenía lugar la reunión de la AFSCME en la que Mandela, como invitado de honor, pronunció su discurso a más de 6,000 sindicalistas e invitados. La de afuera, la de las calles, fue la manifestación más grande de la comunidad afro americana que hasta entonces había tenido lugar en Miami. La derecha cubano americana manifestó ese día su repudio a Mandela reuniendo, también frente al Centro de Convenciones, a un poco más de cien personas en un área fuertemente protegida por la policía.

Pero eso no es todo sobre cómo ahora la derecha cubano americana y sus dirigentes hipócritamente tratan de falsear la historia de la visita de Nelson Mandela a Miami en junio de 1990. De lo que no hablan es que los agentes de la seguridad personal de Mandela del Departamento de Estado federal estimaron que la vida de Mandela corría mucho peligro durante esa visita a Miami, especialmente la amenaza siempre presente por parte de los terroristas de la extrema derecha cubano americana activos y viviendo en Miami. Por lo tanto, del Centro de Convenciones de Miami Beach lo llevaron al aeropuerto y lo montaron en un avión para Detroit, ciudad donde tendría lugar su próxima actividad pública. Por esa razón, Mandela no pudo participar en Miami en otro acto multitudinario en el cual iba a ser uso de la palabra en un parque de Liberty City, el ghetto afroamericano más grande de Miami. De eso no hablan nunca.

Nosotros sí estuvimos presentes en las calles, junto con otros miles de personas, en la bienvenida de la base a Nelson Mandela en su visita a Miami. Y lo hicimos para honrarlo por su infatigable lucha y la sabia conducción de su pueblo para lograr su libertad.

Para concluir este trabajo, para mejor recordar y dejar constancia de aquella trascendental visita de Nelson Mandela a nuestra ciudad, presento a continuación el Comunicado de Prensa de la Brigada Antonio Maceo hecho público en Miami en una singularmente concurrida conferencia de prensa el 26 de junio de 1990:

«Son varias las razones por las cuales hemos llamado a esta rueda de prensa. En primer lugar está la bochornosa actuación del ayuntamiento de la ciudad de Miami en cuanto a la negativa a rendir el reconocimiento oficial de rigor a un huésped ilustre de nuestra ciudad, Nelson Mandela. Nelson Mandela es héroe de la lucha del pueblo sudafricano por su libertad: es ejemplo para todos los hombres y mujeres de nuestro planeta.

Esta decisión del ayuntamiento de la ciudad de Miami lo iguala, en el orden moral, al ayuntamiento de la ciudad de Pretoria y a todos los demás ayuntamientos dominados por el régimen del apartheid en Sur África.

A nosotros no nos sorprende esta decisión, era de esperar de un ayuntamiento integrado por el tipo de personas que lo componen. Individuos que apoyan, por citar sólo un ejemplo, la excarcelación del terrorista Orlando Bosch, haciéndose así cómplices de los objetivos homicidas de ese desvergonzado personaje.

Esta decisión, además, es una bofetada a todos los hombres y mujeres de buena voluntad de nuestra ciudad, y especialmente un insulto a nuestra comunidad afro americana que tan paciente y respetuosa siempre ha sido con nuestros sufrimientos e imposiciones durante nuestra estancia de más de treinta y un años en el sur de la Florida.

Por estas razones hacemos prerrogativa de nuestros derechos democráticos uniéndonos al sentir de miles de cubanos, otros latinoamericanos, y miles de otros ciudadanos de nuestra ciudad en darle una calurosa bienvenida de base a Nelson Mandela. Esperamos que se nos unan en esta bienvenida a Mandela el próximo jueves, día 28, frente al Centro de Convenciones de Miami Beach a las siete de la mañana»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.