I. Una excelente razón que abona para bien las diversas y heterogéneas aguas del independentismo catalán (no todo él nacionalista como es sabido). Aviso de la OTAN: una Cataluña independiente quedaría automáticamente fuera de la organización atlántica. II. Una pregunta del padre de Yassir que nos traslada Clara Valverde y otra actuación controvertido de los […]
I.
Una excelente razón que abona para bien las diversas y heterogéneas aguas del independentismo catalán (no todo él nacionalista como es sabido). Aviso de la OTAN: una Cataluña independiente quedaría automáticamente fuera de la organización atlántica.
II.
Una pregunta del padre de Yassir que nos traslada Clara Valverde y otra actuación controvertido de los Mossos d’Esquadra..
«¿Cómo puede ser que mi hijo entrase sano en la comisaría y saliera muerto?» El padre de Yassir pregunta. La policía dijo que fue suicidio pero nuevas evidencias apuntan a…. http://www.youtube.com/watch?v=BiDKdDN05X8 ¿Qué ocurrió el 31 de julio de 2013 y por qué han tenido que hacer este video nuestros compañeros para enterarnos? #JustíciaYassir
III.
Se calcula que sólo en Catalunya más de un millón de ciudadanos y ciudadanas están pasando frío en estos momentos en unos hogares que no pueden usar la calefacción. No pueden pagar las abusivas cuotas impuestas por los grupos organizados que integran el poderoso holding de la energía.
Don José María y don Felipe, como se recuerda, son miembros de los consejos de Administración de dos compañías eléctricas.
No son los únicos ex políticos profesionales. Doña Elena Salgado, la que fuera Ministra de Economía, también presta sus servicios en uno de estas corporaciones.
IV.
Barcelona, miércoles, 4 diciembre 2013.
Ante silencio de sindicalismo oficialista, varios miembros del comité de empresa de Telefónica (Co.bas, En Construcción y CGT) protestan ante César Alierta, el Príncipe Felipe, el alcalde barcelonés de CiU y algunos cargos políticos. Sus motivos: contra los despidos de trabajadores por bajas médicas que no han sido readmitidos a pesar de las sentencias; contra los «fichajes» de Rodrigo Rato y de don Urdangarin; contra los salarios millonarios de directivos; contra la precariedad e incumplimiento legal de subcontratas.
Los manifestantes exigieron la creación de empleo como corolario de la denominada (¿publicitariamente?) responsabilidad social de empresas con miles de millones en beneficios
Las imágenes grabadas por TV3 y por varias cadenas más, señala Josep Bel, han sido ocultadas en todos los medios de comunicación. ¿Por qué? Un esfuerzo de no dañar más la más que deteriorada «imagen» de la Casa Real, con los últimos avatares de las declaraciones de doña Cristina de Borbón y las actuaciones de Hacienda.
V.
Gonzalo Martín-Villa es hijo de don Martín, el neofranquista eléctrico, de larga, dura y conocida carrera en las entrañas del franquismo. El hijo, está en sus memes, mantiene también excelentes relaciones con Telefónica-timofónica. Fue él, según parece, quien trajo al Príncipe, el cuñado del yernísimo, a Barcelona
Don Gonzalo es «CEO» (director ejecutivo) de Wayra, la aceleradora de start-ups de Telefónica, me cuentan los sindicalistas combativos y revolucionarios de la corporación. ¿Qué es una start-up? Les cito: «Son empresas de reciente creación, que suelen operar en el campo de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación). Tienen ante sí, según dicen, grandes posibilidades de crecimiento». ¿Y qué es lo que hacen Wayra y don Gonzalo exactamente? «Dar financiación inicial a los proyectos que se le presentan, a cambio de una participación en esos proyectos».
Según don Gonzalo Martín-Villa, «Wayra aporta su granito de arena para crear ecosistemas similares a Silicon Valley». ¡Ahí es nada! ¡La modernidad tecnológica y financiera avanzada de la postmodernidad!
VI.
Tomo el paso de la sabatina intempestiva del pasado sábado de Gregorio Morán: «La política en Catalunya cada vez tiene más visos de convertirse en un chiste, pero como se trata de una frivolidad que afecta a millones de personas y a algunas de ellas les puede costar muy caro, no se puede calificar más que como un chiste macabro». Acaba de morir, recuerda Morán, a los 51 años uno de esos médicos, Albert Jovell Fernández. «Unía a su condición de experto en Salud Pública doctorado en Harvard, amén de licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universitat Autònoma de Barcelona, la de organizador de cuanta iniciativa pública -repito, pública- se hiciera entre médicos, pacientes y desesperados frente a la enfermedad implacable». Una cita de Jovell: «Los pacientes -había escrito- queremos que nos cuiden. Yo acepto que no me curen, pero me costaría aceptar que no me cuidaran».
Hasta aquí todo correcto, señala Morán. El detalle macabro «es que quien hizo su necrológica, elogiosa hasta el delirio, con el curioso detalle de poner entre los dos apellidos una «y», por lo que resultaba «Jovell y Fernández» -una cursilada en castellano que determina que estamos abocados a convertir la gramática en actividad militante, a tenor de la ola de estupidez que nos amenaza- fue nada menos que el actual conseller de Salut, Boi Ruiz». Dedicado desde su nombramiento a echar abajo todo lo que Albert Jovell Fernández había intentado con éxito poner en pie, añade Morán sin ninguna exagerción.
¿Desvergüenza? No, va de natural… o acaso «la misma que le consiente blindar los superlativos sueldos de sus 50 ejecutivos sanitarios y reducir los del resto. Esta costumbre cristiana -por católica y luterana- de que sean los verdugos los que escriban de sus víctimas una vez echen ortigas, es una práctica frecuente entre nosotros. Los muertos son instrumentos de una utilidad infinita, muy superior a la que tuvieron en su difícil vida».
Lo que está haciendo el consejero de Salut Boi Ruiz, señala el periodista de La Vanguardia, «no es otra cosa que la programación que Esperanza Aguirre y su delegado Ignacio González cumplen en la comunidad madrileña; la otra joya de la corona de la Sanidad Pública ahora comprometida por una banda de expertos en cohabitación entre el choriceo de lo público y la esbeltez de sus empresas privadas. Aquellos que han asumido el tránsito de beneficios y la necesidad de disolver los pacientes».
Morán recuerda dos «reflexiones» del conseller Boi Ruiz: «Los médicos rechazan los recortes porque les tocan el bolsillo» y «La salud es un bien privado que depende de uno mismo y no del Estado». Lo nombró don Artur Mas para su primer gobierno; lo ratificó en su puesto, tras su devastadora práctica política, dos años después.
Las palabras con las que Morán finalizaba su artículo. «El auténtico dilema de la izquierda catalana, si es que en algo quisiera diferenciarse de la derecha que no fuera en su vestimenta, es cómo abordar la historia y cómo afrontar el presente. Si la Sanidad es negociable pero los presupuestos para fastos patrióticos no, demostrarían que aquí ganaron los que ganaron. Pero no sólo en lo inmediato, sino en la revisión histórica: dominaron en la guerra, se instalaron de nuevo en la posguerra, y la transición fue un buen llevar entre familias que se conocían de toda la vida. Casi me atrevería a decir que ese insigne estafador, Fèlix Millet, del Palau de toda la vida, sentó cátedra con aquella frase digna del viejo Palermo siciliano…». La frase: un asunto entre las doscientas familias que mandan en el país.
VII.
Una testigo, Caroline C, borró fotos del caso Raval. Dieciséis en total. Lo hizo delante de una mosso. La agente, imputada por obstrucción a la justicia, toleró que eliminara la prueba.
Los forenses han establecido que Juan Antonio Benítez falleció a causa de una dolencia cardiaca, el consumo de cocaína y los golpes a los que se vio sometido por los Mossos, y, claro está, el estrés que la situación conllevó.
VIII.
Más de 9.000 familias catalanas se quedarán sin la ayuda que hasta ahora recibían para pagar la vivienda. La ayuda se les concedió hace cinco años y se podía renovar para cinco más si las familias seguían sufriendo una más que difícil situación económica.
Un ejemplo: la familia de Jesús Barragán. Tiene que pagar una hipoteca de 475 euros mensuales (fue expropiado por el Ayuntamiento de Barcelona en 2007 de su piso de Torre Baró) e ingresa mensualmente 426 euros. Dejará de recibir la ayuda que hasta ahora recibía.
IX.
Santi Vila, el conseller del Territorio, es la cara amable y simpática del gobierno de la Generalitat.
Sus declaraciones del pasado 28 de noviembre son un «toque de distinción»: privatizar es signo de modernidad y su gobierno es muy moderno. No es sólo una necesidad financiera, no, es el programa de la hora: vender y concesionar activos de la administración pública para dejarlos, en ocasiones a precio de saldo, en las sabias manos privadas de la modernidad.
Privatizar no es solo es necesario para ingresar sino que es algo bueno en sí mismo. Vila dixit. De hecho, es el programa anunciado por el genio de Harvard, don Andreu Mas Colell, hace un par de años en el Círculo de Economía. Ni más ni menos.
Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra, director Jordi Mir Garcia)
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