Alguien tan poco sospechoso de pulsiones antinucleares como el comisario de Energía, Günter Oettinger, ha celebrado el buen nivel de la seguridad de las centrales nucleares europeas [1]. Pero añadió un pero y una advertencia. Advirtió -y la advertencia y el pero son importantes- que «existe un importante margen de mejora en todas ellas». En […]
Alguien tan poco sospechoso de pulsiones antinucleares como el comisario de Energía, Günter Oettinger, ha celebrado el buen nivel de la seguridad de las centrales nucleares europeas [1]. Pero añadió un pero y una advertencia.
Advirtió -y la advertencia y el pero son importantes- que «existe un importante margen de mejora en todas ellas». En su opinión, ninguna central europea necesita ser desmantelada por razones de seguridad, «pero casi en todas partes hay un importante margen de mejora». No concretó ese «importante» margen de mejora.
Günter Oettinger habló así en Bruselas al presentar los resultados de las pruebas de resistencia de las centrales nucleares a las que se comprometieron los veintisiete países de la Unión en 2011. El objetivo de esas pruebas: identificar las medidas a tomar para evitar crisis nucleares como la vivida en marzo de 2011 -y que aún seguiremos viviendo durante décadas- en Fukushima (Corren, por cierto, estos días informaciones y análisis -no confirmados hasta el momento- en la red que apuntan hacia escenarios especialmente dantescos).
El comisario europeo llegó a reconocer, además, que tras accidentes como el de Chernóbil -aunque no solamente en este caso-, Europa «identificó» deficiencias en sus plantas atómicas pero, añadió -y el añadido es importante porque afecta a la seguridad y la vida de los ciudadanos- «no se hizo todo lo que se previó para corregir tales problemas». ¿Las razones? Podemos imaginarlas: la energía nuclear, era decían, limpia, barata y segura. ¡Ja, ja!
En el caso de las centrales españolas, el informe ofrece recomendaciones generales para todas ellas -Almaraz, Ascó, Vandellós, Santa María de Garoña, Cofrentes y Trillo- al igual que planes concretos ante escenarios de fuertes lluvias y temperaturas extremas. Así, el informe «plantea medidas para reforzar la protección exterior ante el riesgo de inundaciones» y que se «valore la inclusión de sistemas de filtrado de ventilación de contención», así como «revisar la estrategia para calcular los márgenes de tiempo para el control y mitigación de accidentes graves».
El Ejecutivo comunitario, hasta el momento, no tiene competencias para obligar a los gobiernos europeos a asumir las mejoras. La seguridad nuclear es política nacional. Se vigilará, se afirma, si se ponen en marcha las medidas. Para ello se realizará una evaluación de progreso en unos 20 meses, en junio de 2014. Los países que no cumplan las recomendaciones se verán «señalados». Veremos.
Grupos ecologistas españoles ven en el informe «un varapalo» para el CSN. En su siempre interesante y documentada opinión, el informe europeo destaca las deficiencias de las centrales nucleares españolas por la «poca exigencia» del Consejo de Seguridad Nuclear. Las asociaciones ecologistas [2] ha señalado que el informe destaca las deficiencias de las centrales españolas, lo que «deja en evidencia» la «poca exigencia» del CSN en el proceso de las denominadas «pruebas de estrés».
Carlos Bravo, el ex responsable de seguridad nuclear de Greenpeace, ha señalado que el informe supone «un varapalo para el CSN y para los consejos de seguridad equivalentes en toda Europa». No se han seguido «las directrices de la UE cuando se pidieron las pruebas de resistencia. Se pedía un análisis de la resistencia de las centrales ante impacto de aviones, ante los efectos de un ataque terrorista o en situaciones extremas relativas al cambio climático». La UE se ha dado cuenta ahora de que el CSN no ha realizado los análisis exigidos. En opinión de Bravo, el informe pone en evidencia la «connivencia que tiene el CSN con los propietarios de las centrales nucleares del país», las grandes eléctricas del sector. Carlos Bravo ha señalado también que el Consejo no ha realizado ninguna inspección: «ha solicitado un informe a la propias centrales sobre su estado y lo han aprobado. Se ha hecho una inspección sobre el papel, no se han tomado el análisis en serio». Yo me lo quiso, yo le como y yo informo de lo sucedido. Bravo apunta con optimismo que la UE exigirá a España que se ponga al día en materia de seguridad y «entonces la inversión será mucho mayor de la que se ha hecho hasta ahora y habrá centrales que no podrán seguir funcionando». El caso de Santa María de Garoña parece encajar en su predicción.
Por su parte, Francisco Castejón, portavoz de Ecologistas en Acción, ha valorado «muy positivamente» el «esfuerzo de la UE» para conseguir uniformidad en los estándares de seguridad de los diferentes reguladores. Hasta ahora, y aunque parezca increíble, había diferentes niveles de exigencia.
Castejón recuerda que «Ecologistas en Acción siempre se ha quejado de que el CSN era muy poco exigente y ahora la UE viene a dar la razón de lleno». El informe en su documentada opinión es «un tirón de orejas» para el CSN «cuando el organismo dio el asunto por cerrado diciendo públicamente que las centrales españolas habían pasado las pruebas con nota».
En la misma línea que Carlos Bravo, Castejón apunta que «el CSN tiene una actitud histórica de demasiada comprensión con los propietarios de las centrales». Es «muy sensato», sostiene, que Europa pida ciertos exámenes de seguridad a las centrales españolas y está de acuerdo, además, con un importante nudo del documento: se recomienda «una interrupción de la actividad de las centrales mientras se realizan las mejoras propuestas».
En un escenario vinculado, Chile, Filipinas y Holanda están entre los países que promocionan candidatos para encabezar el organismo internacional establecido que supervisa una prohibición global de pruebas de armamento nuclear. También hay funcionarios de alto rango de Burkina Faso y de Mongolia en la carrera por el puesto de secretario ejecutivo de la Comisión Preparatoria de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO). La elección se producirá a finales de mes. Tibor Toth, húngaro, es quien ocupa el cargo actualmente.
¿Ratificará Estados Unidos finalmente el tratado? ¿Se imprimirá el impulso necesario para convertirlo en una ley internacional? El tratado se negoció en la década de los noventa del siglo pasado y hasta ahora ha sido ratificado por 157 países. Estados Unidos, la principal potencia nuclear del mundo, no lo ha firmado. Tampoco lo han hecho, por ejemplo, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte.
(El asunto es esencial. Un breve apunte sobre Chomsky al final de esta nota nos da cuenta de esta esencialidad).
En otro orden de cosas, Luxemburgo -un país sin centrales nucleares- está movilizado contra la central nuclear francesa de Catenom [3].
En Metz, los habitantes del país han previsto asociarse a la manifestación para denunciar «las condiciones de seguridad absolutamente sorprendentes de la central de Cattenom», según los términos de Herni Kox, alcalde de la comuna de Luxemburgo de Remich, a 10 km de la ciudad nuclear francesa, quien recuerda que «aproximadamente el 75% de la población de nuestro país vive en el primer perímetro de seguridad de la central, establecida a 25 km». En su opinión, «el emplazamiento de los cuatro reactores de Cattenom, que se encuentran a la vez cerca de Luxemburgo, de dos Lander alemanes -la Rhenania-Palatina y el Sarro-, de Valonia y de Lorena, presentan unos planos de evacuación de la población que no son extrapolable en la realidad».
La población está en pie de resistencia. Las ventanas de la casa de Philip Urhausen dan a la central. Este ciudadano luxemburgués comenta: «Los muros de protección de la población en caso de accidente parecen absolutamente irrisorios. Yo no me hago ninguna ilusión en cuanto a la eficacia de mi refugio en mi bodega». Desde comienzos de los ochenta, la mayoría de la ciudadanía se ha opuesto a la construcción del primer reactor de Cattenom. El 27 de marzo de 2012, el Parlamento luxemburgués adoptó una moción estipulando que Cattenom pone en peligro la soberanía de la nación y su misma sostenibilidad. Exigen «el refuerzo de la acción gubernamental para su cierre definitivo».
Según los resultados de los tests de resistencia efectuados por la Unión Europea, la misma ASN francesa ha reconocido recientemente -4 de octubre de 2012- que algunas mejoras eran necesarias para mejorar la robustez de las centrales europeas frente a algunas situaciones extremas. Eso sí, a continuación ha arrojado agua al análisis y ha señalado que el nivel de seguridad de las instalaciones era «suficiente». No ha exigido su parada inmediata.
Dieter Majer, un experto nuclear independiente ha cuestionado esas conclusiones. Ha llevado a cabo una auditoría para examinar «la eficacia de los tests de resistencia que se han realizado desde 2011 por el ASN, EDF, la explotadora de las centrales nucleares francesa y la Unión Europea». Los resultados de su estudio exigen el cierre inmediato de la central hasta que se realicen los trabajos necesarios.
En una carta recientemente enviada a la Asamblea nacional francesa, el presidente del parlamento luxemburgués señala que los «recientes tests de seguridad efectuados por la Comisión europea son en cierto grado más críticos hacia la central nuclear de Cattenom que hacia la de Fessenheim, por lo que el gobierno francés se compromete por tanto a cerrar de aquí a 2016».
Para comprobar que la cosa atómica va en serio, muy en serio, basta leer el documentado trabajo del maestro Noam Chomsky sobre la crisis de los misiles en Cuba: «La crisis de los misiles en Cuba: EE.UU. jugó a la ruleta rusa con la guerra nuclear» [4]. Magnífico, extraordinario. La pregunta con la que cierra su análisis cierra también esta nota: «En 1962 se logró evitar la guerra por la determinación de Kruschev para aceptar las demandas hegemónicas de Kennedy. Pero no podemos contar que un criterio similar estará siempre presente. Es casi un milagro que no se haya producido hasta ahora la guerra nuclear. Existen más razones que nunca para escuchar la advertencia formulada hace unos 60 años por Bertrand Russell y Albert Einstein: el dilema es «crudo, horrible e ineludible: ¿se va a poner fin a la raza humana; o la humanidad deberá renunciar a la guerra?»».
Notas:
[1] http://www.publico.es/ciencias/443420/las-nucleares-espanolas-no-estan-preparadas-para-una-meteorologia-extrema
[2] csn»http://www.publico.es/ciencias/443422/grupos-ecologistas-ven-un-varapalo-para-el-csn
(Traducción de Carmen García Flores: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=157862)
[4] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=157882 (traducción de Silvia Arana).
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