Recomiendo:
0

Nueva okupación en Madrid: CSO Milano

Fuentes: Kaosenlared

El 8 de marzo, un grupo de activistas anticapitalistas anunciamos la okupación del antiguo Salón de bodas Milano, situado en la calle Huerta de Casteñeda, 4 (junto al metro Alto de Extremadura). Un lugar que llevaba años abandonado y que pretendemos convertir en un espacio político y social al servicio de los vecinos tanto del […]

El 8 de marzo, un grupo de activistas anticapitalistas anunciamos la okupación del antiguo Salón de bodas Milano, situado en la calle Huerta de Casteñeda, 4 (junto al metro Alto de Extremadura). Un lugar que llevaba años abandonado y que pretendemos convertir en un espacio político y social al servicio de los vecinos tanto del barrio como del resto de Madrid.

Anunciamos esta okupación el 8 de marzo, en homenaje a los que luchan contra la especulación inmobiliaria que día a día devora Madrid, y cómo no, en homenaje a las mujeres feministas, trabajadoras y revolucionarias.

¿Qué entendemos por okupación?

Vivimos en un sistema que ha privatizado el suelo que pisamos convirtiéndolo en una mercancía más, y ha implantado un modelo desarrollista salvaje que se manifiesta en la masiva proliferación de urbanizaciones, campos de golf, autopistas, puertos deportivos… y una serie de infraestructuras, en su inmensa mayoría innecesarias, generando graves problemas ambientales y sociales. Los gobiernos de turno implementan estas políticas en beneficio de los intereses empresariales, provocando, entre otras cosas, que las desigualdades entre la clase político-empresarial y la clase trabajadora sean cada vez mayores.

En el desarrollo y consolidación de esta política, el sistema necesita paralelamente apagar toda expresión de resistencia popular. Mientras cientos de edificios se encuentran en una situación de abandono esperando su recalificación (y por lo tanto el aumento de su valor especulativo), los locales públicos donde poder reunirse, organizarse y tomar parte en las cuestiones que afectan a nuestras vidas, están mayormente controlados por la burocracia del orden institucional en sus distintos entes, estatal, autonómico y local.

Por eso okupamos. Porque creemos necesario denunciar y luchar contra la especulación urbanística con hechos además de con palabras. Porque necesitamos espacios donde aglutinar e impulsar las protestas existentes, crear puntos de encuentro para la transformación revolucionaria de la sociedad. Porque a pesar de que en los medios privados y públicos de desinformación dicen que este sistema es democrático, creemos que es hora de conquistar la democracia real con la participación popular en la política anticapitalista, activando la lucha en los barrios y construyendo así la verdadera democracia directa.

Porque creemos que okupar es recuperar lo que nos pertenece, lo que pertenece a la mayoría de la población, la que trabaja por un miserable salario construyendo los edificios donde vivimos y amasando el pan que comemos, y que sin embargo luego no es dueña de lo que produce (más bien cada día nos cobran más por todo). A penas somos dueños de nuestros propios cuerpos, que nos obligan a poner a disposición de empresarios y banqueros que se llenan los bolsillos a nuestra costa. Okupar es, sencillamente, recuperar lo que nos han quitado.

Okupamos porque queremos atacar el pilar principal del sistema capitalista: la propiedad privada (que por encima de los cuentos de hadas es la excusa para enriquecer más a quienes más tienen y ahogar a quienes menos tienen).

¿Que luchas queremos impulsar?

En la sociedad hay multitud de conflictos abiertos, así como colectivos que luchan por una sociedad mejor. Queremos servir de soporte a campañas unitarias anticapitalistas en la medida de nuestras posibilidades, poniendo el eje en las siguientes áreas:

Anticapitalismo y oposición al estado burgués: Entendemos que el capitalismo es un sistema basado en el acrecentamiento constante de riquezas sin tener en cuenta las necesidades humanas, es decir, pone nuestras vidas y los recursos naturales al servicio de las empresas y no de las personas. El estado no es otra cosa que un conjunto de leyes e instituciones que pretenden garantizar la perpetuación de este modelo, ya sea con instrumentos ideológicos (control de la educación, la cultura, los medios de comunicación…) o represivos (leyes, despidos, policía, jueces, cárceles, ausencia de derechos, etc.). Abrimos las puertas a todxs aquellxs que, lejos de cualquier dogmatismo, día a día intentan hacer frente a este orden social, ya sean marxistas, autónomxs, libertarixs, antiglobalización, etc.

Movimiento de los trabajadorxs: Entendemos que la riqueza se crea única y exclusivamente desde los centros de trabajo, con el esfuerzo tanto de nativos como de inmigrantes (entendiendo que ambos constituyen una única clase trabajadora), y por tanto debemos ser conscientes de que tomando bajo nuestro control democrático estos centros de creación de riqueza podemos poner en jaque el sistema, cuestionando la relación injusta existente entre los empresarios capitalistas y trabajadorxs. Deseamos aportar un granito de arena a debatir y organizarnos junto al resto de trabajadorxs para emprender este camino, que históricamente ha sido y nos sigue pareciendo vital.

Antipatriarcado: El sistema capitalista y el patriarcal van de la mano. El primero diseña los puestos de trabajo, y el segundo los distribuye basándose en la concepción de género impuesta: normalmente las mujeres desarrollan sobre todo trabajos de cuidados y los hombres de gestión (tanto dentro como fuera de casa). Esta lógica se mantiene a través de la presión mediática, la violencia física o psicológica (esta última la más peligrosa), que coloca a la mujer en una situación de desigualdad y explotación, con menos derechos, menos autonomía y menos reconocimiento social. Damos la bienvenida a colectivos que proponen herramientas de lucha feminista, la autoorganización de las mujeres y la autodefensa física y mental.

Antimonarquía: Vivimos en un régimen cuyo jefe de estado, el rey Juan Carlos I, fue educado en las fuerzas armadas franquistas y nombrado directamente por Franco en 1969 como su sucesor. La monarquía es una institución medieval y totalmente antidemocrática, que pretende simbolizar la armonía de un sistema heredero de la dictadura y remendado en la llamada Transición (que fue un pacto entre la oligarquía y las fuerzas que se llamaban de la izquierda para dar continuidad al capitalismo e impedir un proceso de lucha revolucionaria). Queremos, por tanto, dar apoyo a movimientos que denuncian esta imposición, ya sean antifascistas, republicanos anticapitalistas, de recuperación de la memoria histórica, etc…

Antiimperialismo: No podemos quedarnos impasibles cuando las grandes potencias, entre ellas España, controlan -por la vía de la fuerza y la imposición- las economías de los países empobrecidos y saqueados. Creemos que la OTAN (incluídas sus bases destacadas en territorio español) es un instrumento militar que garantiza el dominio del Norte sobre el Sur por la vía de la violencia extrema. Queremos apoyar a los movimientos que denuncian el papel imperialista del estado español y se solidarizan con los pueblos en lucha por su independencia y su autodeterminación.

Ecologismo: El capitalismo no es sostenible a nivel ambiental. Cientos de especies animales y vegetales se encuentran en peligro de extinción por la sobreexplotación abusiva, innecesaria e irracional de los recursos naturales. El capital no entiende de sostenibilidad sino de productividad, de sacar el maximo rendimiento al mínimo coste. Es nuestro deber impulsar iniciativas que acaben con esta dinámica depredadora y empezar a denunciar el terrorismo ecológico de las empresas, entidades e instituciones que contaminan los ríos, queman los bosques, dejan el suelo estéril para siempre y torturan animales, a la vez que fomentan un modo de vida insostenible con el ecosistema.

¿Cuáles son nuestras herramientas de trabajo?

Acción directa: No podemos seguir esperando lo imposible, que las instituciones resuelvan un problema que ellas mismas generan y defienden, por lo tanto hemos decidido actuar directamente sin su mediación y control. Nos organizamos y demostramos que es posible tomar las riendas de nuestras vidas directa y colectivamente.

Asamblearismo: Somos asamblearixs porque las decisiones políticas las tomamos horizontalmente entre todxs y no hay más efectivo y democrático órgano de decisión colectiva que la asamblea.

Apoyo mutuo: Queremos recuperar la cultura de la solidaridad y el compañerismo, como forma de hacer frente al individualismo salvaje que opera en esta sociedad y porque creemos que debemos apoyarnos unxs a otrxs en el largo camino de construir un movimiento anticapitalista amplio y plural.

Coordinación política: Para salir del aislamiento al que el poder capitalista pretende someter a las luchas locales, creemos que es fundamental unir fuerzas a través de la creación de espacios de confluencia con otros colectivos u organizaciones en pos de sacar adelante campañas de lucha tanto defensivas (de resistencia) como ofensivas (de avance). Deseamos, en definitiva, participar e impulsar activamente espacios de coordinación anticapitalistas.

Difusión de nuestro trabajo e ideas: A través de charlas, fancines, webs, videofórums, carteles, murales, teatro, videos, música, etc… pretendemos dar a conocer aquello que a los medios oficiales intenta tapar (injusticias y resistencias), para mantener el orden asesino y explotador.

Debate, reflexión y autoformación: Nos mantenemos alerta contra el dogmatismo. Revisar nuestros conceptos, conocer y aprender de otrxs compañerxs y de otras luchas ya sean actuales o pasadas, así como de lxs muchxs teóricxs y prácticxs revolucionarixs que han existido, es también una forma de acción anticapitalista. Conocer nuestra historia para no estar condenados a repetir los mismos errores, adquirir habilidades técnicas para mejorar nuestra actividad cada día, mantenernos siempre en movimiento…


* El Colectivo 8 de marzo (antes Quilombo) se define como un espacio de encuentro entre activistas anticapitalistas (mujeres y hombres) de varios colectivos y organizaciones, que pretenden contribuir a la activación de la resistencia social en los barrios de Madrid.