La última reunión del Consejo Político Federal de IU ha marcado un nuevo retroceso en la práctica de la democracia interna y ha revelado una falta casi total de autocrítica por parte del sector que representa Llamazares tanto por los métodos empleados en la toma de decisión de cuestiones importantes como por la orientación táctica […]
La última reunión del Consejo Político Federal de IU ha marcado un nuevo retroceso en la práctica de la democracia interna y ha revelado una falta casi total de autocrítica por parte del sector que representa Llamazares tanto por los métodos empleados en la toma de decisión de cuestiones importantes como por la orientación táctica que lleva desarrollando desde hace tiempo. La aprobación del Informe por sólo el 54 % de miembros de ese órgano reflejó no obstante el mantenimiento de una situación de división interna, mientras que sólo el consenso con las posiciones de los sectores de Felipe Alcaraz y Angel Pérez (abiertamente reticentes a reconocer el derecho a decidir de Catalunya) permitió la aprobación ampliamente mayoritaria de una Resolución sobre el Estatut que contó con el rechazo de Espacio Alternativo y las abstenciones, entre otros, del sector mayoritario de Ezker Batua. Los nueve representantes de CUT de Andalucía en este órgano no asistieron a la reunión.
El inicio de la sesión marcó ya cuál iba a ser el «talante» de la mayoría de la Mesa. Esta decidió que sólo se iban a someter a votación dos temas: el Informe del Coordinador General y las Propuestas de Resolución sobre el Estatut (3 al principio). Se excluía así dos propuestas de resolución que habíamos presentado 19 miembros del CPF, una sobre la Ley de Defensa Nacional (pidiendo la reprobación del voto a favor de los parlamentarios de IU tanto por el contenido de la ley como por la ausencia de deliberación y decisión previa en ningún órgano de dirección de IU) y otra sobre los Presupuestos Generales del Estado (solicitando también la crítica a la actuación mantenida por los parlamentarios de IU).
El Informe presentado por Llamazares (cuyo texto se puede encontrar en el sitio web de IU Federal: www.izquierda-unida.es ) destacaba la estrategia de desestabilización de la derecha para a continuación justificar la táctica de «oposición exigente e influyente» mantenida ante el gobierno de Zapatero (que seguiría combinando sus «dos almas»), si bien reconociendo ahora la necesidad de «salir a la calle» en temas como la lucha por una enseñanza pública y laica. En el documento se hacía una firme defensa de la posición mantenida ante la Ley de Defensa y ante los Presupuestos para luego hacer una dura crítica de la propuesta de reforma laboral del gobierno; finalmente, se manifestaba la voluntad de reconstruir una dirección colectiva integradora, pero sin concreción alguna.
A continuación la Mesa hizo la «concesión» de dejarnos intervenir a quienes habíamos presentado propuestas de resolución (incluidas una sobre la LOE y otra del Area Federal de la Mujer, especialmente crítica de la ausencia de relación orgánica con la dirección), pero manteniendo su decisión de no someterlas a votación. Pedro Montes y Jaime Pastor defendieron la propuesta sobre los PGE y la relativa a la Ley de Defensa respectivamente. Posteriormente se abrió el debate en el que, en líneas generales, se podría distinguir diferentes «sensibilidades», además de la representada por Llamazares.
Una es sin duda la expuesta por la mayoría de Andalucía (Alcaraz, Romero, Meyer, Valderas…), que manifestó su desacuerdo con las prácticas empleadas por el sector de Llamazares tanto por el fondo (apoyo a la Ley de Defensa…y al Estatut) como por la forma («baja calidad democrática»), constatando que en la práctica aparecemos como «la muleta del PSOE». Otra, la de la mayoría de Madrid (Angel Pérez, Marín, Reneses…), que llamó la atención ante lo que definió como «la crisis del proyecto», debida al seguidismo respecto al gobierno, pero sin concretar críticas de contenido más allá del tema del Estatut.
Una posición distinta fue la mantenida por los diez miembros del CPF que suscribimos un documento de reflexión («Sobre la difícil situación de IU y la urgente necesidad de construir una salida colectiva»; ver www.espacioalternativo.org) en el que proponíamos «recuperar nuestra autonomía ante el gobierno del PSOE», construir una plataforma de acción cuyo objetivo sea «mostrar los límites crecientes de ese gobierno a la hora de hacer frente a la ofensiva de la derecha y de responder a las necesidades de la mayoría social» y apuntar al horizonte de una «segunda transición» tanto en el plano político como en el ecológico-social. Manolo Monereo explicó los contenidos básicos de esa aportación insistiendo en la necesidad de construir un «tercer espacio» desde la removilización social frente a la ofensiva de la derecha y a la crisis del proyecto Zapatero, y Susana López y otros compañeros intervenimos también en el mismo sentido, poniendo también como ejemplo la falta de una posición abiertamente beligerante frente al gobierno ante la tragedia de las muertes en Ceuta y Melilla y el apoyo mostrado por Zapatero y Moratinos al régimen marroquí (y criticando, por cierto, la utilización de la expresión racista «avalancha migratoria» al referirse al intento de entrada de los africanos subsaharianos en el texto del Informe). Diosdado Toledano llamó la atención sobre la Conferencia de Jefes de Estado del Mediterráneo que se va a celebrar en Barcelona el próximo fin de semana y la implicación creciente del gobierno ZP en los acuerdos sobre seguridad e inmigración que se van a adoptar allí con regímenes nada fiables en el respeto de derechos humanos básicos. José Cabrero y María Dolores Nieto, miembros de la Corriente Convocatoria por Andalucía y firmantes también de ese documento, resaltaron también la contradicción en que se encuentran dirigentes de la mayoría de su Federación a la hora de criticar a la dirección federal cuando en su propio ámbito no respetan en muchos casos y lugares la democracia interna.
Una posición más matizada fue la expresada por Concha Caballero, portavoz del Grupo Parlamentario en Andalucía, que defendió el apoyo al Estatut pero a la vez la necesidad de hacer enmiendas al modelo de financiación y recordó cómo el presidente de la Junta de Andalucía utiliza el apoyo de Llamazares a ZP como argumento para criticar la táctica de oposición que desarrolla IU-CA en esa Comunidad Autónoma.
El resto de intervenciones se situaron en posiciones más o menos próximas a cada una de las cuatro mencionadas, destacando especialmente los intentos de los representantes de las mayorías de EUiA y EB por mantener su apoyo a Llamazares y seguir justificando su participación en el gobierno vasco con el PNV o con PSC y ERC en Catalunya. Pese a ello, hay que reconocer que al menos Madrazo mantuvo su crítica a la actitud de los parlamentarios de IU ante el Plan Ibarretxe y que Oskar Matute exigió solidaridad con el diario Egunkaria y con las personas procesadas por el Sumario 18/98. No faltaron intervenciones, como las de Virginia Díaz y Enrique Santiago, que incidieron también en la necesidad de una posición firme de IU en la defensa de los derechos humanos ante la actuación del gobierno en distintos ámbitos y, en concreto, en su connivencia con la monarquía marroquí. Dentro del sector Llamazares cabe mencionar las breves aportaciones escritas de 11 miembros del CPF (entre ellos varios miembros del POR) que intentaban presentar un perfil propio en temas como el Estatut y los PGE pero que sin embargo no les impidieron votar a favor del Informe de Llamazares, pese a que en él se incluía la posición mantenida en los PGE y la Ley de Defensa.
En el debate relacionado con el Estatut finalmente las tres partes autoras de las distintas propuestas de resolución llegaron a un «consenso» que suponía básicamente obligar a los parlamentarios de IU a introducir enmiendas al Estatut en el Parlamento español que fueran en el sentido de forzar a Catalunya, pese a reconocerla como «nación», a adaptarse a un «modelo» de federalismo homogéneo, simétrico y multilateral, utilizando para ello demagógicamente temas como la necesidad de mantener la Caja Unica de la Seguridad Social (ver sobre esto el esclarecedor artículo de Joan Fradera en el número 17 del periódico quincenal Diagonal) y, por supuesto, sin mencionar en ningún momento el respeto al derecho a decidir, o sea, el derecho de autodeterminación de Catalunya. Nuestro voto en contra de esa Resolución no iba, por tanto, contra el Estatut (aunque tengamos diferencias notables con partes del texto) sino contra la intención de modificar el mismo desde el Parlamento español con determinadas enmiendas que no sólo implican cuestionar la soberanía de Catalunya sino que corren el riesgo de ir acompañadas de un discurso que puede confundirnos con tesis nada federalistas, como las de Alfonso Guerra. Por eso no nos parece justificado el voto a favor de los dirigentes de EUiA, los cuales además de haber participado en la elaboración del Nou Estatut y dado su apoyo en el Parlament, habían exigido respeto al texto durante su paso por el Congreso de diputados; quizás ello se haya debido a que la preservación de la alianza con Llamazares esté por encima de las convicciones y de la defensa de lo aprobado por el parlament catalán. En cuanto a Espacio Alternativo, su posición ha quedado suficientemente explicada en la declaración «Por el reconocimiento de los derechos nacionales de los pueblos. Por el respeto a la soberanía de Catalunya», publicada en Corriente alterna, nº 38 (ww.espacioalternativo.org).
Los resultados concretos de las votaciones fueron los siguientes: En el Informe, 98 a favor, 67 en contra y 14 abstenciones; en la Resolución sobre el Estatut, 139 a favor, 7 en contra y 33 abstenciones.
En resumen, esta reunión del CPF ha sido una nueva sesión en la que la coincidencia en el diagnóstico (IU está en una crisis que no deja de profundizarse) conduce sin embargo a diferentes propuestas terapéuticas (para unos, seguir de socios preferentes de Zapatero y hacernos callar a quienes nos oponemos a ello; para otros, combinar la alianza con el PSOE con cierto grado de perfil propio…en temas como el Estatut; para otros, en fin, entre quienes nos incluimos, la necesidad de un «tercer espacio»). El problema está en que quienes han ganado esta vez han sido de nuevo los principales responsables de que la enfermedad siga agravándose y, como decía Quevedo, «peor que estar enfermo es tener un mal médico», al menos en lo que a política se refiere.
Por nuestra parte, estamos convencidos de que el futuro de IU se juega no tanto en estos órganos cupulares como en las Federaciones, en las asambleas y en la implicación que éstas y sus militantes vayan teniendo con la necesidad cada vez más sentida de volver a salir a la calle frente a la derecha y a la creciente impotencia, cuando no acercamiento, que ante la misma muestra el gobierno. Sólo así podremos ir reconstruyendo una izquierda anticapitalista y alternativa digna de llamarse así. Paralelamente, creemos también necesario que las gentes que podamos seguir reconociéndonos en las posiciones que hemos defendido en los documentos presentados en este CPF nos esforcemos por coordinarnos mejor, reflexionar y tomar iniciativas en común y demostrar así que «otra IU todavía es posible».
Jaime Pastor, Teresa Rodríguez-Rubio y Diosdado Toledano son miembros de Espacio Alternativo y de Revolta Global