Jaime Pastor

Artículos

Crisis institucional

La guerra total entre Casado y Ayuso está sacando a la luz algunas de las peores prácticas de corrupción y guerra sucia empleadas a lo largo de su historia por el principal partido de la derecha española, no sólo contra sus enemigos políticos sino también en su propio seno.

“Hay una ley no escrita por la que los gobiernos del PP se cargan de un plumazo nada más llegar las leyes progresistas, mientras los de izquierda se eternizan para apenas modificar las pautas conservadoras”.

Felipe VI sigue sin lograr frenar la erosión que sufren esta institución y su propia figura, pese a sus intentos de desmarcarse del padre fugado.

El austromarxismo fue una corriente relevante durante el primer tercio del siglo XX que se caracterizó por elaborar un pensamiento marxista propio y por desarrollar un proyecto político estratégico innovador, diferenciado tanto del bolchevismo como de la mayoría de la socialdemocracia europea.

Tras las elecciones del 4 M

La urgencia de un debate constituyente

Por mucho que haya sido alabado desde los medios de desinformación del establishment, el discurso de Felipe VI de la Nochebuena ha vuelto a demostrar la imposible tarea que tienen por delante quienes pretenden separar la institución monárquica del legado de corrupción del rey fugado, ni siquiera mencionado.

Este principio de una de las viejas referentes del neoconservadurismo norteamericano sigue siendo una de las guías de las extremas derechas de hoy, con mayor radicalidad si cabe en estos tiempos de emergencia crónica global. No conviene, por tanto, bajar la guardia, ya que si bien la moción de censura de Vox sufrió una clara derrota en el Congreso, no por ello ha quedado conjurada la amenaza que representa. El No del PP puede anunciar un cambio de táctica de esta formación, pero no desde luego un giro en su proyecto neoliberal, nacionalista español, machista y racista, en medio de una segunda ola de pandemia de la covid-19 y de una crisis múltiple que no deja de agravarse.

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