En la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se celebra en Hong Kong del 13 al 18 de diciembre, Oceana ha pedido a los representantes de los países reunidos y al Director de la OMC, Pascal Lamy, que se eliminen los subsidios pesqueros que promueven la sobrepesca y otras prácticas de […]
En la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se celebra en Hong Kong del 13 al 18 de diciembre, Oceana ha pedido a los representantes de los países reunidos y al Director de la OMC, Pascal Lamy, que se eliminen los subsidios pesqueros que promueven la sobrepesca y otras prácticas de pesca destructiva.
Xavier Pastor, Director de Oceana para Europa señaló que «un mayor control de los subsidios permitiría eliminar prácticas de pesca que no sólo resultan destructivas para los recursos pesqueros y los ecosistemas marinos, sino que además evitaría que muchas subvenciones se utilicen directamente para actividades claramente ilegales financiadas con dinero de los contribuyentes». Por su parte Marcel Claude, director de Oceana para América Latina, expresó que desde el punto de vista económico «los subsidios son incentivos perversos que no representan ningún aporte desde el punto de vista del desarrollo sustentable y de la protección de los recursos naturales, y muchas veces producen efectos inversos a los planteados originalmente».
Los miembros de Oceana que se encuentran como observadores en la reunión de Hong Kong han preparado para los delegados un detallado dossier en el que se muestran pruebas de cómo cientos de millones de euros, pagados por los impuestos de los ciudadanos de la Unión Europea, son destinados a la pesca destructiva. Un ejemplo son los subsidios otorgados por los gobiernos de Italia y España para financiar las actividades de buques arrastreros involucrados en pesca pirata o de redes de deriva que utilizan artes prohibidos por la Unión Europea y las Naciones Unidas.
Oceana mantiene que las grandes flotas y sus armadores deberían dejar de recibir estas subvenciones, que abarcan desde la construcción y reforma de sus barcos, el pago del combustible y la contratación de campañas de prospección pesquera. Esos fondos, por el contrario, deberían ser redirigidos e ir destinados a la promoción de actividades de pesca sostenible, y en particular al mantenimiento de flotas artesanales que utilizan artes de pesca de bajo impacto ambiental, generan abundantes puestos de trabajo, fijan a las poblaciones en sus localidades costeras y garantizan la seguridad alimentaria de las poblaciones.
Los especialistas afirman que las pesquerías de todo el mundo se acercan a un colapso irreversible. La FAO estima que más del 75% de los stocks pesqueros están sobreexplotados o en límite máximo de su explotación, mientras que más de mil millones de personas en el planeta dependen de la pesca como su fuente primaria de proteinas. Los subsidios a las flotas industriales que promueven capturas abusivas e insostenibles, junto a la destrucción de los hábitats marinos, ponen en riesgo la viabilidad a medio plazo de esta fuente esencial de alimentación.