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Ondjaki: la reinvención del lenguaje

Fuentes: ViaPolítica

Traducido por Àlex Tarradellas

I

Nacido en Luanda en 1977, Ondjaki, licenciado en Sociología, prosador, a veces poeta y guionista de documentales, ya tiene poco que ver con la literatura de afirmación nacional nacida en la época de la independencia de Angola, en la que destacaron Agostinho Neto (1922-1979), António Jacinto (1924-1991), Uanhenga Situ (1924), António Cardoso (1933), Luandino Vieira (1935), Arnaldo Santos (1935), Manuel Rui (1941), Jorge Macedo (1941), Pepetela (1941), Boaventura Cardoso (1944), David Mestre (1948), Kudijimbe (1955) y otros.

En aquella época, durante los años 60 y 70, casi todos los poetas y novelistas angoleños vivieron dramas personales relacionados con el compromiso político con la independencia de Angola -la mayoría se alistó al movimiento de liberación nacional dentro y fuera del país y muchos de ellos tuvieron que cumplir duras penas de prisión, cuyas experiencias se reflejaron en lo que escribieron.

Con el fin del colonialismo, la mayoría acabó por abdicar de su libertad personal para ayudar en lo que entendía que sería la construcción del país, convirtiéndose, de ese modo, en funcionarios del Estado pretendidamente socialista. Antes de escritores, se comportaron como soldados de un régimen que prometía el paraíso en la tierra. Muchos de ellos se sirvieron de las buenas relaciones del nuevo régimen con los países de Europa del Este -que era lo que tenían a mano- para completar su formación académica o, simplemente, para participar en encuentros internacionales de jóvenes escritores en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) o en países asiáticos o en otras naciones africanas.

Como se sabe, una buena forma de disminuir la capacidad creativa de escritores es atarlos a las llamadas razones de estado. No pretendo decir que las causas, en aquella época, fueran injustas o sin méritos. Todo lo contrario. Sin embargo, pasada la euforia de la independencia, toda revolución tiende a cristalizarse con la sedimentación de los intereses de aquellos que llegaron primero o más lejos en la máquina burocrática del Estado.

Y no hay escritor que, por más imaginativo e inventivo que sea, pueda producir literatura de alta calidad si, en vez de alistarse sólo a su propia conciencia, pasa a defender las ideas o los intereses de los líderes de un partido o de un segmento político. Fue lo que ocurrió, por ejemplo, con los novelistas Jorge Amado (1912-2001) y Graciliano Ramos (1892-1953) en la época en que escribían novelas y otros textos bajo la orientación implícita del Partido Comunista Brasileño.

De cualquier manera, las amarras ideológicas, si impiden el florecimiento de la conciencia crítica, no son suficientemente tenaces hasta el punto de bloquear por completo la capacidad creativa, pues siempre se escapa algo. A fin de cuentas, es posible encontrarse con periodos de alta calidad incluso en los panfletos de Jorge Amado, como O Cavaleiro da Esperança, biografía del líder comunista Luís Carlos Prestes (1898-1990), publicada en 1944, o en Memórias do Cárcere, de Graciliano Ramos (1892-1953), publicación póstuma de 1953 que, como se sabe ahora, tuvo varios parágrafos cortados por familiares del escritor para atender a la orientación del PCB en la época «en nombre de la causa».

Por esa razón, como observa Luis Kandjimbo, notable ensayista y crítico literario de Angola, entre los escritores angoleños que surgieron del interior del movimiento de independencia del país en la década de 1970, «hay una discontinuidad apreciable en la escritura de ficción y en los patrones estéticos, provocada por la excesiva valoración de temas literarios marcados por la ideología política y su introducción en los manuales escolares». Si actualmente eso ya suena como algo excesivamente sujeto a la época y, muchas veces, como una forma ingenua e hacer literatura, por otro lado, es necesario admitir que ese servilismo a la «causa» tampoco fue capaz de impedir el florecimiento de una literatura de buena calidad de la cual los escritores más recientes son tributarios.

II

Nacido en un país ya independiente, Ondjaki, naturalmente, no podía cargar dentro de sí el sentimiento anticolonialista, aunque su infancia hubiera sido mecida por la educación popular promovida por el gobierno de su tiempo. Sin embargo, aunque ya nació libre del colonialismo -pero no del triste espectáculo de la opresión de las minorías ricas sobre las mayorías desheredadas-, pudo seguir otro rumbo en su actividad literaria, aunque no deje de repetir experiencias que, décadas antes, ya habían sido vividas por Luandino Vieira y otros novelistas inventivos de la Angola de la década de 1970, ya que los musseques (favelas), los partidos de fútbol en los terrenos baldíos, las ferias populares y la vida de los pies descalzos continuaban formando parte de lo cotidiano de Luanda de su infancia y adolescencia, como lo continúan haciendo hoy en día.

En su tercera novela, AvóDezanove e o segredo do soviético, publicada en 2008 por la editorial Caminho, de Lisboa, y por la editorial Nzila, de Luanda, que sigue los caminos abiertos por Luandino Vieira, Antônio Cardoso, Manuel Rui, Antônio Santos y otros, que ya habían roto con la influencia del estilo literario de Portugal, Ondjaki puede ocuparse otra vez de todas las «angolanidades» que su memoria retiene de los años 80, marcada principalmente por la presencia de soldados, profesores y técnicos soviéticos y cubanos desplazados a Angola dentro del contexto de la Guerra Fría.

Ese mundo, como se sabe, desapareció a finales de 1989 con el desmoronamiento del régimen soviético y la disolución de la URSS. Por lo tanto, las memorias de Ondjaki son anteriores a sus 12 años de edad, como se percibe por el pasaje en AvóDezanove e o segredo do soviético en el que se refiere a gigantescas obras del Mausoleo en la Praia do Bispo, «un lugar que estaban construyendo para guardar el cuerpo del camarada presidente Agostinho Neto, que durante todos estos años había permanecido embalsamado por unos soviéticos, expertos en ese arte de mantener a una persona aún con buen aspecto».

Entre los personajes hay, naturalmente, varias de esas figuras extrañas al lugar, como el Camarada Botardov, «corruptela de buenas tardes», la manera enrevesada con la que un ruso saludaba a las personas por a primera hora de la mañana o ya por la noche: «bótard». Por lo tanto, al contrario de su anterior novela, Bom dia camaradas, publicada en Angola por Edições Chá de Caxinde en 2000, en Portugal por la Editorial Caminho tres años después y en Brasil en 2006 por la Editora Agir, de Río de Janeiro, con prefacio del novelista Luiz Ruffato (1961), en el que un niño cuenta su día a día, su convivencia con los amigos y con los profesores cubanos que enseñaban en el colegio, en AvóDezanove e o segredo do soviético, la presencia de los rusos es su marca principal, hechos que, hasta ahora, por lo que se sabe, quizá porque aún son recientes, aún no habían sido registrados por la ficción angoleña. He aquí, a fin de cuentas, lo que diferencia al joven escritor Ondjaki de sus antecesores en Angola. Y lo que le ha llevado a estar traducido a otros seis idiomas [1].

Sin embargo, en AvóDezanove e o segredo do soviético, se puede percibir aquí y allí los resquicios dejados por la convivencia con los cubanos, especialmente en algunos términos. Al final, los cubanos -soldados, técnicos y profesores- estuvieron en Angola desde 1975 hasta 1991, transmitiendo expresiones que fueron incorporadas al lenguaje popular. Cabe destacar que Ondjaki guarda buenos recuerdos de esa presencia, especialmente de sus profesores cubanos, a los que se refiere como personas «muy dignas, con un sentimiento de hermandad muy fuerte».

III

Sea como sea, a pesar de ese abordaje inusitado al mirar desde fuera, Ondjaki tampoco deja de seguir una tradición en la lengua portuguesa que viene de poetas del siglo XVIII como Manuel Maria Barbosa du Bocage (1765-1805), que siempre que podía creaba un neologismo o se inventaba un verbo a partir de un sustantivo, pasando por novelistas brasileños como Guimarães Rosa (1908-1967), que recreó el lenguaje hablado en los sertones de Minas Gerais y Goiás, llegando al ejemplo actual del mozambiqueño Mia Couto (1955).

De ese modo, en AvóDezanove e o segredo do soviético podemos leer que hay «peces devagarosos en el mar» o que las personas van a «matabichar» (tomar el desayuno, en Portugal, o el café matutino, en Brasil), lo que denota la preocupación del autor en reinventar el lenguaje popular angoleño que no está preso al patrón lusitano del hablar bien, pero que, permeado por expresiones del quimbundo, lengua del grupo bantú de Angola, no deja de ser una variante auspiciosa del portugués. Y una garantía de que el idioma será preservado en el continente africano durante mucho tiempo.

Siguiendo el ejemplo de los novelistas angoleños más antiguos, Ondjaki no ignora la influencia de la literatura brasileña. En AvóDezanove e o segredo do soviético deja explícitas sus deudas literarias a Clarice Linspector (1920-1977), que está presente desde el principio hasta el fin del libro, no sólo con un epígrafe sustraído de un trecho de Uma aprendizagem ou o livro dos prazeres (1969), sino que también en la apertura de una carta dirigida por la poeta e historiadora angoleña Ana Paula Tavares (1952) al autor, en un diálogo en el que ambos recuerdan la Luanda de sus vidas y de sus sueños («una sierra antigua, el aroma de la guayaba, niñas y missangas«, dice la poeta).

Como ya indicó Luiz Ruffato, se pude desconfiar de que Ondjaki también ya haya leído a los brasileños Manoel de Barros (1916), Adélia Prado (1935) y Raduan Nassar (1937), además de a los poetas canonizados como Carlos Drummond de Andrade (1902-1987) y Manuel Bandeira (1886-1968). Sin embargo, eso también puede ser la manía que todos los críticos literarios tenemos de clasificar y etiquetar a autores, de situarlos dentro de celdas metafóricas.

Aunque haya producido un relato lírico y, al mismo tiempo, divertido, Ondjaki no deja de adentrarse en su libro con una cierta ironía en relación al poder limitado del régimen del partido único, al colocar un personaje que dice que el JornalDeAngola no publicaba mentiras, sino «verdades que el camarada presidente autorizaba para que salieran allí».

En resumen: siguiendo el ejemplo de su segunda novela, Bom dia camaradas, y de su tercera novela, Quantas madrugadas tem a noite, AvóDezanove e o segredo do soviético se trata de una biografía ficcionada, en la que el autor recrea tipos que poblaron su infancia, en una Luanda que aún se encuentra con sus barrios degradados en medio de una urbe que ya se muestra moderna y que puede sonar familiar no solo al lector brasileño, sino también al portugués, que en los último años se ha acostumbrado a convivir con una extensa colonia de angoleños y otros africanos que han transformado el día a día de ciudades periféricas de Lisboa, como Oeiras, Agualva-Cacém, Odivelas y otras, dejándolas menos europeas y más africanas.

IV

Ondjaki, que en umbundu significa «guerrero», es el nombre literario de Ndalu de Almeida, descendiente de portugueses y angoleños que aún carga en su árbol genealógico un bisabuelo cónsul holandés. Por lo tanto, es un ejemplo perfecto del mestizaje patente en el pueblo angoleño. Además de desarrollar estudios de doctorado en la Universidad Oriental de Nápoles, Ondjaki escribe textos para el cine y ya ha correalizado un documental sobre la ciudad de Luanda (Oxalá crescam Pitangas – histórias de Luanda, 2006). Al mismo tiempo, también es miembro de la Unión de los Escritores Angoleños.

Además de las novelas Bom dia camaradas y Quantas madrugadas tem a noite, ha escrito la novela corta O assobiador (2002), los libros de cuentos Momentos de aqui (2001) y E se amanhã o medo (2004), el libro de relatos Os da minha rua (2007) y también los libros de poesía Actu sanguíneu (2000) y Há prendisajens com o xão (2002) y la obra infantil-juvenil Ynari, a menina das cinco tranças (2004). También tiene intereses en la interpretación teatral y la pintura.

Algunos libros suyos han sido traducidos al francés, el español, el italiano, el alemán, el inglés y el chino. Con Actu sanguíneu obtuvo una mención honrosa en el Premio Antônio Jacinto (Angola, 2000). Ya con E se amanhã o medo conquistó el Premio Sagrada Esperanza (Angola, 2004) y el Premio António Paulouro (Portugal, 2005). Fue finalista del premio Portugal Telecom (Brasil, 2007). Con Os da minha rua, ganó el Gran Premio de Cuento Camilo Castelo Branco de 2007 en Portugal.

AVÓDEZANOVE E O SEGREDO DO SOVIÉTICO, de Ondjaki. Lisboa: Editorial Caminho, 198 págs., 2008, 12,90 euros. Luanda: Editorial Nzila. www.editorial-caminho.pt

[1] N.T. Bom día camaradas (Buenos días camaradas) está traducida al español por Ana M. García Iglesias y ha sido publicada en Uruguay por Ediciones de la Banda Oriental (2005) y en México por la Editorial Almadía (2008). E se amanhã o medo (Y si mañana el miedo) está traducida al español por Félix Romeo y publicada en España por Xordica Editorial (2007).

Fuente: http://www.viapolitica.com.br/artigo_view.php?id_artigo=81

Artículo original publicado el 4 de septiembre de 2008

Sobre el autor

Àlex Tarradellas es miembro de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcalala red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor, al revisor y la fuente.