Bangkok, Tailandia 15 de octubre de 2008. (Ecoceanos News)- Organizaciones de pescadores de artesanales, de pueblos indigenas y ONGs, de diferentes continentes presentes en la Conferencia de Pesca de Pequeña Escala que organiza la Oficina de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), esta semana en Bangkok, rechazaron la intención de la industria […]
Bangkok, Tailandia 15 de octubre de 2008. (Ecoceanos News)- Organizaciones de pescadores de artesanales, de pueblos indigenas y ONGs, de diferentes continentes presentes en la Conferencia de Pesca de Pequeña Escala que organiza la Oficina de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), esta semana en Bangkok, rechazaron la intención de la industria del salmón de expandir sus operaciones en Chile y llamaron al gobierno a no dar créditos estatales estas empresas nacionales y multinacionales.
Las organizaciones además cuestionaron la declaración final de la Cuarta sesión del Subcomité de Acuicultura del Comité de Pesca (COFI) de la FAO, realizada desde el 6 al 10 de octubre de 2008 en Varas, donde se apoyó los procesos de certificación y se decidió trabajar para que la acuicultura industrial siga «creciendo y desarrollándose».
«Estos dos puntos son elementos que apoyan un sistema económico de crecimiento infinito que actualmente está demostrando su fracaso» afirma el documento que fue promovido por la Confederación Nacional de Pescadore Artesanales (Conapach) y el Centro Ecoceanos, que están participando en la reunión en Bangkok.
Las declaración de ONGs, pescadores y pueblos indígenas afirma que ven «con alarma la contaminación de las zonas costeras, marinas, lacustres y fluviales, generada por la industria que cultiva salmón en el sur de Chile. Esta situación se expresa en la introducción de diversas enfermedades y virus, como la Anémia Infecciosa del Salmón; la aparición masiva del piojo de mar, la contaminación de fondos marinos y playas, el escape masivo de salmones, que depredan sobre las especies nativas y potencialmente pueden traspasar enfermedades exóticas a los peces silvestres; la introducción de cientos de toneladas químicos y antibióticos a estos ecosistemas; y la utilización masiva de tóxicas pinturas anti-incrustantes utilizadas en las jaulas salmoneras».
Esta situación ha sido causada por compañías de capitales chilenos y multinacionales de origen noruego, español, japonés y norteamericano.
Respecto al escándaloso crédito de 250 millones de dólares que esta solicitando esta industria al Estado, las organizaciones señalaron que esto «es un atentado a la democracia chilena, a la equidad social y a los derechos económicos, sociales y ambientales del pueblo de Chile» yh exigieron «una revisión respecto a los subsidios que los Estados le entregan a las compañías tanto en el lugar donde producen, como donde se originan sus capitales».
También le hicieron recuerdo al gobierno de Chile para que implemente ahora las recomendaciones que le aconsejó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el año 2005.
Los pescadores además brindaron su solidaridad con los trabajadores del salmón y solicitaron al gobierno que su «principal prioridad sea la responsabilidad social directa con los sectores más vulnerables como son los obreros y obreras» de esta industria que están siendo despedidos masivamente.
Por último los pescadores, pueblos indigenas y ONGs reunidas en Bangkok, «expresaron su apoyo a las organizaciones chilenas que exigen una moratoria a la entrega de más concesiones marinas para la industria del salmón y rechazaron la apertura de nuevos centros de cultivo de esta especie exótica, tal como se acordó en el Taller de Pesca Artesanal de América Latina que se realizó en la localidad de Punta de Tralca, San Antonio, Chile».