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Organizaciones ecologistas piden una certificación ambiental obligatoria para los biocarburantes

Fuentes: Energías Renovables

WWF/Adena ha pedido a la Unión Europea que, además de fomentar el uso de biocarburantes, apruebe una certificación ambiental obligatoria para todos los que se utilicen dentro de la UE. La organización asegura que su clasificación automática como «renovables», con independencia de cómo se hayan producido, es una práctica contraproducente. La organización European Environmental Bureau […]

WWF/Adena ha pedido a la Unión Europea que, además de fomentar el uso de biocarburantes, apruebe una certificación ambiental obligatoria para todos los que se utilicen dentro de la UE. La organización asegura que su clasificación automática como «renovables», con independencia de cómo se hayan producido, es una práctica contraproducente. La organización European Environmental Bureau (EEB) también apoya estas medidas.

 

Según los ecologistas -que parten de las intenciones de la UE para fomentar el empleo de biocarburantes-, a pesar de que resalta la importancia de mitigar el impacto ambiental de su producción, se queda corta al no pedir explícitamente que lleven una certificación ambiental obligatoria, tanto si provienen de materias primas de importación como domésticas.

«Es fundamental que la UE establezca un sistema de certificación legalmente vinculante tanto para biocombustibles importados como domésticos», comenta Heikki W. Mesa, experto en Energía de WWF/Adena. «El sistema de certificación deberá basarse en destacar el potencial de los biocombustibles para disminuir las emisiones de CO2, evitando impactos mayores en su producción. Esto ayudará a proteger el entorno en países desarrollados y a reducir las emisiones de CO2 de la UE».

Ojo con las importaciones


Debido a que es improbable que la UE cubra todas sus necesidades mediante fuentes domésticas, cualquier esquema diseñado para asegurar productos sostenibles deberá incluir los importados. Ya se han talado millones de hectáreas de bosques tropicales para hacer sitio a plantaciones de aceite de palma, soja y azúcar -fuentes de biocarburantes- llevando a inmensas pérdidas de la biodiversidad. De hecho, se contaminan tierras y aguas y el uso de pesticidas en los cultivos amenaza la riqueza biológica.

El sistema de certificación que propone WWF/Adena debe cubrir el potencial que el biocombustible tendría en la lucha contra el cambio climático, ya que en muchos casos producir biocarburantes consume más energía de la que produce, y esto puede significar que no ofrezcan muchas ventajas frente a los combustibles fósiles en términos de gases de efecto invernadero.

«La actual práctica de clasificar automáticamente a todos los biocarburantes como ‘renovables’ sin tener en cuenta cómo se han producido es contraproducente», apunta Heikki W. Mesa. «Si la UE quiere cumplir con Kioto, deberá promocionar los biocombustibles que ahorren el máximo de CO2, tal como las fuentes de biomasa, los residuos de los bosques y productos de madera producidos sosteniblemente, o los cultivos extensivos de secano, como el cardo mariano». WWF/Adena también expresa su preocupación por el consumo de agua que suponen estos cultivos en regiones mediterráneas que ya cuentan con mucho estrés hídrico.

Los esquemas de certificación deberían ser fáciles de llevar a cabo y ser flexibles para tener en cuenta situaciones locales. WWF/ Adena ya se ha involucrado en montar un foro de debate sobre aceite de palma sostenible que, junto a productores, compradores, distribuidores, instituciones financieras y ONG, se reúne para desarrollar criterios prácticos para la producción responsable de aceite de palma.