Debo la información a un gran gramsciano internacionalista, al arabista ibérico Andrés Martínez Lorca. A primeras horas de la mañana podía leerse en la web de La Vanguardia, el mismo diario conservador que elogiaba ad nauseam las grandes conquistas del régimen fascista español, una noticia sobre la pareja Urdangarin-Cristina de Borbón, la de la trama […]
Debo la información a un gran gramsciano internacionalista, al arabista ibérico Andrés Martínez Lorca.
A primeras horas de la mañana podía leerse en la web de La Vanguardia, el mismo diario conservador que elogiaba ad nauseam las grandes conquistas del régimen fascista español, una noticia sobre la pareja Urdangarin-Cristina de Borbón, la de la trama UTB-Esade, la que celebra estos días sus 15 años de casados mientras el duque palmesano, el señor Urdangarin, prepara concienzudamente su defensa para el juicio del caso Nóos.
Esta era la dirección de la noticia: http://www.lavanguardia.com/gente/20121004/54352265427/infanta-cristina-urdangarin-chalet-baqueira-1-millon-euros.html
AML me comentaba irónica y documentadamente su contenido: «Esta familia vive en carne viva la crisis y sufre como el más pobre de los parados. Vean la casita en la que se refugian para superar el stress. Sí, la casita fue otro regalo al papi, siempre tan afortunado en esto de trincar del presupuesto nacional y de los amigos que tiene por el mundo y que tanto lo quieren».
Cuando a media tarde se intentaba leer la noticia, el acceso ya no era posible. El mensaje que podía leerse: «Página no encontrada. Lo sentimos, la página que has solicitado no existe o ha sido borrada de nuestro servidor».
¿Cómo, qué había pasado? La respuesta es obvia: la censura, que, como señala también AML, «funciona a velocidad de rayo en todo lo referente a la casa real». La Vanguardia, la conservadora Vanguardia, el diario convergente-unionista de los Godó, uno de los vértices mediáticos esenciales junto a 8TV de la actual ofensiva nacionalista conservadora catalana, ha borrado de su página la noticia con su respectiva foto.
Rebuscando en otros sitios, AML ha encontrado un resumen, esta vez sin foto [1]. El titular: «Urdangarin y la infanta descansan en una casa de un millón de euros». Quieren dar una imagen de austeridad [2], señala la información, «pero han errado en el intento». De largo.
El yernísimo y la infanta doña Cristina de Borbón y Grecia se han ‘escapado’ unos días a Baqueira, uno de los lugares preferidos de descanso (y de negocios y contactos) de la actual realeza borbónica y de las clases privilegiadas catalanas. ¿Sin niños? ¿No tienen éstos obligaciones escolares? ¿Ha perdido permiso doña Cristina en Caixabank donde sigue siendo una directiva del área internacional?
Los Duques se han alojado, pues, en un chalet valorado en un millón de euros. ¿Y de quién es ese chalet? ¿De la pareja real? Aún no. Del padre, del suegrísimo, del Rey de España, de la primera autoridad del Estado, «una casa adosada ubicada en la exclusiva urbanización La Pleta».
¿Y cómo llegó a manos del Rey Borbón ese chalet de lujo-lujísimo? ¿Los presupuestos de la Casa Real dan para eso y pueden ser usados para ello? No es el caso. ¿Entonces? Lo han adivinado. Parece ser que «fue un regalo de los propietarios de la estación de esquí Baqueira-Beret a la Familia Real para que sus miembros eligiesen la localidad catalana de La Vall d’Aran para pasar sus vacaciones navideñas». ¿Generosa compra de voluntades se le puede llamar a esa actividad? ¿Ven como la burguesía catalana, la misma que dice clamar por la independencia y/o por las estructuras de Estado en Catalunya, cuida sus relaciones con los centros de poder?
El chalet cuenta con dos plantas, «un espectacular salón con chimenea» y, claro está, una magnífica buhardilla desde la que se disfruta de las vistas a los Pirineos. El estrés desaparece en ese entorno y la paz y la armonía surgen de las profundidades del chalet de 1 millón de euros.
En resumen: un caso evidente de censura informativa. El régimen borbónico está tan herido de muerte, tan desgastado, tan alejado de los intereses y preocupaciones populares, que presiona hasta lo indecible para que la ciudadanía no esté informada de los privilegios en los que siguen cabalgando. La Vanguardia, por supuesto, sigue en la línea de siempre: como fieles servidores del poder.
¿No deberíamos exigir dimisiones? ¿Debemos aguantar más tiempo las tropelías de una Casa codiciosa de privilegiados que parece no tener ningún límite, ninguna noción razonable de prudencia, equidad o justicia?
Notas:
[1] http://www.elboletin.com/index.php?noticia=61966&name=contraportada
[2] Los duques usan un Volkswagen Golf de hace casi 20 años para moverse por las calles Barcelona. Las apariencias son las apariencias.
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