El indulto concedido por Mireya Moscoso a cuatro conocidos terroristas ha provocado una inmensa indignación en la conciencia de la gente de buena voluntad. La actitud de Mireya Moscoso es consecuente con sus antecedentes; no hay margen para asombrarse. Muñidora política, arribista social, nueva rica, su oportunismo político comenzó con en el arnulfismo, organización patriarcal […]
El indulto concedido por Mireya Moscoso a cuatro conocidos terroristas ha provocado una inmensa indignación en la conciencia de la gente de buena voluntad.
La actitud de Mireya Moscoso es consecuente con sus antecedentes; no hay margen para asombrarse. Muñidora política, arribista social, nueva rica, su oportunismo político comenzó con en el arnulfismo, organización patriarcal que nunca ha tenido en cuenta los verdaderos intereses de Panamá, país controlado por una oligarquía servidora del imperio. Si bien algunos panameños, llevados por la exaltación, califican a la Moscoso de «vieja ladrona», ahora hay quienes la están motejando de «nueva terrorista».
Su educación ha sido mínima, apenas un diploma de bachiller en comercio. Su carrera profesional irrisoria: secretaria de una caja de seguro social. En ese oscuro rincón burocrático se le despertaron sus apetitos de encumbramiento y comenzó a laborar en la politiquería barriotera y se subió al carro de Arnulfo Arias, demagogo derechista, autoritario y campeón en el conteo de las escapatorias vertiginosas de la casa de gobierno.
Muy joven, Mireya Moscoso descubrió lo que otras mujeres (desde Cleopatra a Mesalina), han reconocido antes que ella: uno de los caminos más cortos al poder pasa por la horizontalidad venérea. Primero fue compañera sentimental de Arias y en 1966 entró a administrar su distribuidora de café Prijanca. Cuando dos años después Arias llegó por tercera vez al trono panameño, ella ya estaba firmemente a su lado. De nuevo el edén arnulfista duraría poco y el coronel Torrijos le puso fin, instaurando una era de independencia política y soberanía nacional. El inmediato destino de la pareja era lógico: Miami. Allí contrajeron matrimonio en 1969. Era el olimpo protector, donde moraban terroristas y narcotraficantes, y allí el matrimonio se sintió muy a gusto hasta que retornó a Panamá, en 1978, para disfrutar de sus propiedades cafetaleras en Boquete y en Chiriquí.
En 1984 Arias intentó hacerse elegir otra vez y perdió los comicios. Cinco años más tarde Arias falleció, (en Miami, naturalmente), y la Moscoso heredó sus numerosas propiedades, así como su legado político. El corrupto arnulfista Guillermo Endara había sido compinche de Arias y Moscoso, tanto como el sórdido Noriega lo fue del vicepresidente Bush. Fue Endara quien asumió el poder, sostenido por las bayonetas de los marines, tras la vergonzosa invasión de 1989. En indecorosas manipulaciones y gobiernos inmundos ha transcurrido la más reciente historia de Panamá que ha logrado, gracias a la gestión patriótica de Torrijos, reivindicar la soberanía del canal.
Mireya Moscoso pertenece a Asociación de Cafetaleros de Boquete, de Productores de Leche y Nacional de Ganaderos. En 1992 ejerció de Comisaria General de Panamá en la Exposición Universal de Sevilla. Su ignorancia, incultura e inexperiencia política se han reflejado en su gobierno forajido, nepotista y felón. Mireya Moscoso se ha apropiado de terrenos como el de la hacienda Arenosa de Chorrera, así como cuarenta y dos fincas en San Felipe.
En el reciente informe final de su desgobierno pudo saberse de las cuentas alegres de su mandato. Un ejemplo de latrocinio inescrupuloso. Solamente en la llamada «partida discrecional» Moscoso gastó, en sus cinco años de gobierno, 23 millones 185 mil 814 dólares, de los cuales 3 millones 738 mil 532 se utilizaron en veinte viajes al extranjero, lo que representa el 16% de esta partida. Muchos consideran esos itinerarios como turismo disfrazado de misiones de estado.
El renglón de uso por servicios profesionales, asesoría y reuniones de trabajo fue de 3 millones 214 mil 425 dólares. Mientras que en apoyo médico local y en el extranjero se utilizaron 2.3 millones de dólares. En las actividades deportivas de la señora, 230 mil 700 dólares y en programas de estudios escolares, 236 mil 342 dólares. En eventos, músicos, alquileres de equipos, flores, decoración y limpieza del palacio presidencial, 407 mil 345 dólares.
No puede hallarse mayor evidencia del desparpajo rapaz, la malversación desmedida, el saqueo del patrimonio nacional panameño que ha llevado a cabo el desgobierno cleptómano de Mireya Moscoso que ha cerrado su manchada carrera asociándose moralmente al crimen y el terrorismo internacionales.