Reconocidas especialistas conformaron el último panel del espacio Balcón Latinoamericano, convocado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Aunque el tema racial es, en principio, una cuestión subjetiva relacionada con la manera en que cada persona se percibe a sí misma y a las demás, las consecuencias negativas del racismo tienen expresiones concretas en la vida cotidiana, aseguran especialistas cubanas.
La afirmación trascendió en el panel La cuestión racial en la Cuba actual, que tuvo lugar el 12 de septiembre, en el espacio Balcón Latinoamericano, que organiza la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Cuba, en la Casa del Alba Cultural.
«Hay pocas nociones que, como la de raza, te permiten explicar la interrelación entre lo subjetivo y lo objetivo», comentó la escritora Zuleica Romay, directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica, de la institución cultural Casa de las Américas.
Agregó, además, que «las consecuencias del racismo son muy fácticas y materiales, desde un empleo negado, hasta las supuestas pocas posibilidades que tiene alguien para asumir determinada responsabilidad por el color de su piel».
Para la investigadora, el tema racial posibilita también «una mirada distinta al proceso de construcción de la nación», en el que muchas veces «la práctica social no está en sintonía con el precepto constitucional y los valores del país».
Afirmó que una de las cuestiones más complejas «es reconocer de qué manera la propia sociedad va reproduciendo, actualizando, mutando, pero mantiene determinados paradigmas sociales y sistemas de percepción discriminatorios que tienen influencia en la vida de todas las personas».
Romay remarcó la necesidad de contextualizar los análisis y tener en cuenta las diferencias generacionales.
«Lo que para una generacióncomo la de mi padre,de 86 años,es una conquista, para mí es un derecho», dijo.
También señaló que, «para algunas personas, los grandes cambios que trajo la Revolución Cubana (de 1959) a la población negra eran suficientes, pero no es así, porque en estos temas todo está relacionado con la experiencia vital de cada individuo en un momento dado».
«Quizás por eso ahora yo me fijo en la gran mayoría de mujeres blancas en la publicidad o que en los video clips las mujeres negras son colocadas en posturas ofensivas e inferiorizantes, temas que no son tan relevantes para mi padre», acotó.
Las investigaciones dicen
La socióloga Yulexis Almeida, una de las integrantes del panel, compartió algunos resultados de sus investigaciones sobre género y racialidad.
En su presentación, mencionó que los estudios visibilizan lo que en Cuba significa el color de la piel en cuanto a «asimetrías de poder, acceso desigual a los recursos, al empleo y a los ingresos, entre otras cuestiones, que se sustentan en prejuicios y estigmas sostenidos en el tiempo».
Reveló que, en su investigación titulada Género y Racialidad: Un estudio de Representaciones Sociales, pudo constatar que en el barrio habanero conocido como La Timba, «las concepciones estaban muy asociadas a construcciones raciales muy discriminatorias, y se le achacaba a las personas negras la mala reputación del lugar».
Argumentó que la violencia, el alcoholismo y la cantidad de pobladores sin trabajar, eran cuestiones que «en el imaginario popular se relacionaban, en buena medida, a que allí convivían un gran número de personas negras».
Además, comentó algunos tópicos de su pesquisa más reciente, en la cual analizó las desigualdades por color de la piel y género en el acceso a la Educación Superior en Cuba.
Almeida indicó que, «a medida que se avanza en los niveles de estudio, la población estudiantil se va blanqueando, con mayoría de mujeres blancas».
De igual modo, instó a reflexionar sobre el fenómeno de «feminización de la Educación Superior, porque la estadística realmente no hace referencia a todas las mujeres, sino a las de piel blanca, las más favorecidas en este aspecto».
Y subrayó que «una brecha más preocupante surge cuando se analizan los recorridos estudiantiles, es mayor la cantidad de personas negras que no concluyen sus estudios».
Debates afrodescendientes en contexto
La investigadora María del Carmen Zabala, de Flacso en Cuba, refirió que es la segunda ocasión en que el espacio Balcón Latinoamericano centra su interés en el problema racial en Cuba.
Explicó que los dos encuentros realizados forman parte de las acciones programadas como parte del Decenio Internacional para los Afrodescendientes (2015-2024), promulgado por la Organización de las Naciones Unidas.
Por su parte, Rosa Campoalegre, quien coordina la Cátedra de Estudios Afrodescendientes del estatal Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, apuntó que Cuba se inserta en un contexto continental en el que «se reconfigura el movimiento y el activismo afrolatinoamericano y afrocaribeño».
Puntualizó que, de manera general, los objetivos actuales «están orientados a fortalecer las responsabilidades colectivas, la defensa de la cultura y las identidades afro, los servicios sociales y reflexionar sobre el protagonismo de las mujeres negras».
Campoalegre instó igualmente «a reconocer el valor de la articulación entre los activismos y las academias».
En su opinión, los centros de producción de conocimiento deben prestar atención a los movimientos sociales.