Una vida culturalmente activa, pocos medicamentos, buena nutrición y mucho optimismo están entre las claves para ser centenarios, a juzgar por los resultados de una investigación cubana y la experiencia de un círculo de abuelos sui géneris en La Habana Vieja. A las tensiones del sistema de salud cubano, analizadas por esta revista en […]
Una vida culturalmente activa, pocos medicamentos, buena nutrición y mucho optimismo están entre las claves para ser centenarios, a juzgar por los resultados de una investigación cubana y la experiencia de un círculo de abuelos sui géneris en La Habana Vieja. A las tensiones del sistema de salud cubano, analizadas por esta revista en su anterior edición, se suman las urgencias de un cambio cultural hacia hábitos de vida más sanos desde la infancia, que incluye aprender a disfrutar los años de la tercera edad con proyectos personales útiles para toda la sociedad
Sin embargo, tras los guiños irreverentes de Pastillas para no soñar, Sabina señala hábitos imprescindibles a practicar cuando se aspira a una vida larga: «Si quieres ser Matusalén», recomienda, «vigila tu colesterol», «evita el humo de los puros», «reduce la velocidad», «haz músculos de cinco a seis».
Un estudio realizado en la Isla entre cerca de mil 500 personas mayores de cien años aportó resultados que coinciden, ironías aparte, con los versos del popular músico español y que confirman que no basta con las tensiones que genera el envejecimiento de la sociedad adentro de un consultorio o un hospital, expuestas ya por esta revista en la edición anterior.
Estos resultados también entroncan con la experiencia del doctor Eugenio Selman, presidente del Club de los 120 años. Para este médico experto, atender la motivación de los adultos mayores, su alimentación, la salud, la actividad física, las aspiraciones culturales y su relación con el medioambiente es imprescindible para conseguir un envejecimiento sano. «Se puede lograr sin grandes esfuerzos ni grandes sacrificios», asevera.
Mesa mal servida
«Siempre me he mantenido activa y me gusta comer poco y bien balanceado», cuenta.
Leonela llegó por experiencia propia a una verdad acuñada muchos siglos atrás por el sabio Hipócrates: «Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina, tu alimento».
Lamentablemente, esa es una de las patas que cojea en la preparación de muchos cubanos para una longevidad cada vez más acentuada. Según datos del Centro de Estudios de Población y Desarrollo (Cepde), de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el índice de envejecimiento poblacional en Cuba, al cierre de 2008, era de 17 por ciento y la esperanza de vida al nacer, de 77,97 años, una de las más altas de América Latina. Las proyecciones de los expertos indican que para 2025, como quien dice a la vuelta de la esquina, este será el país más envejecido de la región, con alrededor de 26 por ciento de personas de 60 años y más.
En ese camino, el estudio Salud, Bienestar y Envejecimiento en las Américas (SABE), desarrollado por el propio Cepde de conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Minsap, abrió en 2006 un abanico de informaciones que permitieron escudriñar las interioridades de estos adultos mayores.
Realizado en paralelo en varios países de la región, en la Isla trabajó con cerca de un millar de ancianos de los 15 municipios de la capital, la segunda provincia con mayor acumulado de años en el país. Entre otras conclusiones, SABE determinó que, por regla general, los ancianos entrevistados se alimentaban bien, excepto en lo referente a la ingestión de frutas y vegetales. Solo el 36,3 por ciento consumía al menos uno de estos alimentos dos o más veces al día, tal y como recomiendan las Guías Alimentarias para la Población Cubana, elaboradas por el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos (INHA).
No fue una sorpresa tal resultado. Una investigación realizada por esta revista a inicios de la actual década reveló que muchos de los nubarrones que amenazan la salud del cubano y, por tanto, sus posibilidades de tener una vida larga y sana, «vienen de la mano de costumbres (…) como el consumo excesivo de grasas, sobre todo de origen animal; de sal y azúcar y un marcado déficit en la ingestión de vegetales y frutas, fuentes fundamentales de vitaminas y minerales».
La encuesta, realizada en el año 2000 en cuatro provincias: Ciudad de La Habana, La Habana, Villa Clara y Santiago de Cuba, detectó en los jóvenes entre 15 y 20 años preferencias culinarias aún más peligrosas que las de sus mayores. Al desprecio por frutas y hortalizas, sumaban la predilección por la llamada mundialmente «comida chatarra», y por refrescos instantáneos de dudoso valor nutricional, por solo poner un ejemplo.
Y lleva décadas, muchas décadas, cambiar costumbres. Según cálculos del INHA, hacen falta cinco años de arduo trabajo para traer al buen camino de la nutrición a solo un cinco por ciento de la población.
Muévete, muévete…
Súmate a mi actividad, muévete, muévete. Si de música se trata, no queda duda alguna, los Van Van tienen la clave de cómo durar mucho tiempo «y seguir ahí». La invitación de la popular orquesta es válida para quienes quieren llegar a viejos… y seguir bailando.
Según conclusiones preliminares de un reciente estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los modos de vida sedentarios son una de las diez causas fundamentales de mortalidad y discapacidad en el mundo. Datos de esa organización revelan que aproximadamente dos millones de muertes pueden atribuirse cada año a la inactividad física.
El meollo del asunto está en empezar a moverse temprano y con cuidado.
«Las personas toman medidas preventivas para evitar un problema de hoy, pero no para dentro de 20 años», señala el doctor Alberto Fernández Seco, jefe de la Dirección Nacional del Adulto Mayor del Minsap. «Los jóvenes que corren sin tenis sobre el asfalto, por solo poner un ejemplo, pueden tener mañana un problema en las rodillas que les impida disfrutar la vejez».
Para Juan Carlos Alfonso Fraga, director del Cepde, «lo más importante es ver el envejecimiento en toda su dimensión, que la sociedad se proyecte para superar la visión asistencial de la tercera edad, concretada al enfoque de salud, y sustituirla por una más abarcadora que permita la integración plena del adulto mayor a su comunidad. Y este enfoque integral también se refiere a una educación para el envejecimiento».
Y también un grupo de holguineros -a mayoría bien entrados en las seis décadas de vida- que ha decidido mantenerse en movimiento… bailando danzón.
El Club del Danzón José María Ochoa Correa ya suma 28 años y reúne a decenas de abuelos, cada miércoles en la noche, en la Casa de Cultura de la provincia. Estos bailadores también son habituales en actividades culturales de relieve en la provincia, como las Romerías de Mayo o la Fiesta Iberoamericana.
Maritza Pérez Velázquez, su actual presidenta, confiesa que además de movimiento, el club les ha dado mucha felicidad. «El grupo también ha hecho nacer algunas parejas».
No por gusto insiste Maritza en este punto. Su actual esposo llegó hace unos años desde Santiago de Cuba a la llamada Ciudad de los Parques y se lo presentaron «como uno de los mejores bailadores del país». Milagrosamente, cuando la música suena, el bastón que ayuda a caminar a Joaquín Álvarez Colás queda olvidado en el respaldo de la butaca y el danzonero se luce en el salón.
«Bailando nos unimos, a pesar del bastón», asegura Maritza.
Quizás el secreto de la alegría de esta, y otras parejas otoñales, tiene que ver con una clave también aportada por el Estudio de los Centenarios Cubanos.
«Algo muy interesante que coincide en todos estos adultos mayores es el optimismo ante la vida. La forma de enfrentarla positivamente tiene una gran importancia en el envejecimiento satisfactorio», asegura el doctor Alberto.
Con él coincide la mayoría de los expertos que se dedica a investigar el envejecimiento.
La motivación aparece, sin duda, como uno de los aspectos fundamentales vinculados con la longevidad satisfactoria, sostiene la psicóloga Teresa Orosa Fraiz, máster en Gerontología y jefa de la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana.
Lo otro es proponer vivir, y hacerlo con muchas ganas, moviéndose con los Van Van y siguiendo, sin tomarlo muy a pecho, el consejo de Sabina: «Si lo que quieres es cumplir cien años, no vivas como vivo yo».
Fotos: 1 ANTONIO PONS, 2 y 5 RANDY RODRIGUEZ PAGES, 3 y 4 ARIEL TERRERO
Fuente: http://www.bohemia.cu/2009/11/11/encuba/cuba-envejecimiento-salud.html