– El pasado 12 de diciembre se cumplieron 10 años del Acuerdo de París, en un planeta que ya ha superado el límite de 1,5°C y donde las emisiones globales continúan aumentando, alejándose cada vez más de los compromisos climáticos necesarios.
– Ecologistas en Acción ha presentado el informe ‘París, 10 años después: un balance entre la inacción y la urgencia’, un exhaustivo análisis de la implementación del Acuerdo de París que coincide con la reciente celebración de la COP30 en Belém (Brasil).
– A pesar de algunos avances en litigación climática y financiación, el informe concluye que el marco del Acuerdo de París sigue siendo insuficiente y advierte de que sin una transformación urgente y justa los escenarios climáticos más catastróficos serán inevitables.
Diez años después de la adopción del Acuerdo de París, Ecologistas en Acción presenta ‘París, 10 años después: un balance entre la inacción y la urgencia’, un documento que repasa los avances, bloqueos y deficiencias del acuerdo climático internacional. El informe constata una paradoja preocupante: aunque se ha conseguido establecer una arquitectura normativa internacional y se han producido cambios en las narrativas y dinámicas de inversión, las reducciones de emisiones necesarias (las marcadas por la ciencia) no se están produciendo. Aunque la comunidad internacional había marcado la COP30 como el momento para que todos los países presentaran nuevos compromisos, solo 63 de ellos lo hicieron, y algunos como el de EE UU están desactualizados y no reflejan el actual negacionismo climático. El compromiso de la UE no llegó a tiempo y, a diferencia de las propuestas iniciales de su comité científico, el nuevo equilibrio político del Parlamento y el Consejo mina la integridad del compromiso permitiendo la incorporación de créditos de carbono adicionales.
El informe señala cómo las nuevas NDC apenas han movido la aguja y que, según los cálculos de Naciones Unidas y el IPCC, la falta de compromisos a la altura nos conducen a un calentamiento global de 2,8°C, que descendería a 2,5ºC si se cumple la financiación climática comprometida. La organización ecologista recuerda que no sólo se está lejos de cumplir con el objetivo de 1,5 ºC, sino que ya se ha sobrepasado ese incremento de la temperatura global lo que nos debe llevar a acelerar aún más la acción climática.
El Acuerdo de París no solo incluye la reducción de las emisiones, sino que establece la necesidad de activar muchos más mecanismos para afrontar la emergencia climática que son detallados con profundidad en el informe. Uno de los más críticos fue el establecimiento del nuevo objetivo de financiación climática internacional que quedó fijado en 1,3 billones de dólares anuales para 2035, de los cuales solo 300.000 millones provendrían de fuentes públicas. Un fondo que, para Ecologistas en Acción, muestra la hipocresía del Norte global que compromete miles de millones para financiar la industria de la guerra mientras ofrece una financiación climática internacional que, considerando la inflación, en 2035 representará el mismo esfuerzo que el acordado en 2010.
El informe destaca como aspecto positivo los cuatro pronunciamientos judiciales históricos de 2024-2025 que establecen que la crisis climática constituye una violación masiva de derechos humanos. La Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia confirmó que el umbral de 1,5°C es jurídicamente vinculante y que los Estados tienen obligaciones claras de actuar. El informe concluye que el Acuerdo de París ha establecido un marco normativo importante y ha modificado narrativas e incentivos económicos, pero resulta “dramáticamente insuficiente” frente a la magnitud del desafío climático.
“Los obstáculos son fundamentalmente políticos, no técnicos”, subrayan las autoras del informe. “Las tecnologías, técnicas y conocimientos existen y son viables. Lo que falta es voluntad política para enfrentar los intereses de las industrias fósiles y priorizar el interés colectivo sobre los beneficios particulares”.
“El Acuerdo de París ha demostrado que la cooperación multilateral puede generar marcos de referencia compartidos y modificar tendencias económicas de fondo, pero su efectividad última dependerá de que estos marcos se traduzcan en políticas nacionales vinculantes con mecanismos de cumplimiento efectivos y recursos suficientes, algo que hasta el momento no se ha materializado en la escala y velocidad necesarias para evitar los escenarios climáticos más peligrosos identificados por la ciencia”, concluye el informe.


