La imagen de toros acosados por una multitud o con los cuernos goteando fuego no se repetirá en Paterna. Al menos mientras Lorenzo Agustí (PP) sea su alcalde. Esto es lo que prometió en rueda de prensa tras conocer que el 68% de la población abomina de estas prácticas frente al 31% que las defiende […]
La imagen de toros acosados por una multitud o con los cuernos goteando fuego no se repetirá en Paterna. Al menos mientras Lorenzo Agustí (PP) sea su alcalde. Esto es lo que prometió en rueda de prensa tras conocer que el 68% de la población abomina de estas prácticas frente al 31% que las defiende . Se trata del resultado de un referéndum no vinculante convocado desde hace dos meses para determinar el apoyo a la celebración de «bous al carrer» (toros en la calle). La consulta se realizó a través de la página web del ayuntamiento y sumó 8.305 votos, un 15% del censo municipal.
Durante las últimas semanas, Paterna ha vivido de manera efervescente el debate sobre el sí o el no a una fiesta que dejó de celebrarse hace años y que está oficialmente prohibida desde marzo de 2007 gracias a una ordenanza que protege a los animales del municipio. Pese a ello, los miembros de la peña taurina confiaban en ganar el referéndum y revertir la situación.
Por eso, el vicepresidente de la Federación valenciana de fiestas taurinas, Carlos Zorrilla, acusó al primer edil de «esconderse en una encuesta para tomar una decisión política». También defendió que los espectáculos taurinos «son cultura y representan tradiciones que un municipio no puede negar».
Satisfacción
Los opositores a este tipo de festejos, aglutinados en la plataforma antitaurina de Paterna, se mostraron satisfechos. Su representante, José Carot, subrayó que la consulta «demuestra que la sociedad entiende que los animales sufren maltrato y que no es de recibo negociar con su sufrimiento» . Además, el resultado contó con el aplauso de la Coordinadora en Defensa de los Bosques del Turia, que exigió en un comunicado que Paterna «sea declarada ciudad antitaurina».
El País Valenciano es una de las tierras con un mayor arraigo de espectáculos taurinos. Durante el verano, abundan los sucesos cuyos protagonistas son jóvenes muertos o heridos por asta de toro y animales torturados.
En el resto de España, algunos de los actos donde se destila más crueldad hacia los animales se pueden ver en el Toro de la Vega de Tordesillas (Valladolid), el Enmaromado de Benavente (Zamora) y el Toro de Júbilo de Medinaceli (Soria). Son tres ejemplos de los 22.000 actos populares con presencia de toros que se celebraron en el 2008 . La mayoría, según denuncia la Fundación Altarriba, subvencionados desde diferentes administraciones.