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Perú, miradas radicales y nuevas formas de hacer política desde la diversidad sexual

Fuentes:

En el Perú entramos en un nuevo ciclo político a medio año de las elecciones presidenciales, sin embargo paralelo a la apatía de la población frente a las mismas vemos que existen corrientes más dinámicas, que se ubican en el campo de los movimientos sociales y que podrían ser cruciales para la definición de la […]

En el Perú entramos en un nuevo ciclo político a medio año de las elecciones presidenciales, sin embargo paralelo a la apatía de la población frente a las mismas vemos que existen corrientes más dinámicas, que se ubican en el campo de los movimientos sociales y que podrían ser cruciales para la definición de la agenda política del Perú post dictadura y post conflicto armado interno, un claro ejemplo de ello es el creciente protagonismo de los movimientos de defensas de los recursos naturales, las comunidades que resisten a las transnacionales y los productores de hoja de coca. Dentro de esta nueva oleada de emergencia de nuevos movimientos sociales, también se ubican aquellos que se estructuran en relación a los derechos de las personas discriminadas por su orientación sexual o identidad de género, los cuales se les ha denominado genéricamente movimientos de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales (LGTB). El objetivo del presente artículo es presentar una visión general de las ap uestas políticas que han surgido en los movimientos LGTB en los últimos años. Luego de analizar los discursos y prácticas de las organizaciones de la diversidad sexual hemos podido identificar que existen diferentes apuestas políticas a su interior, sin embargo abordaremos las características de las dos principales, las cuales sin dudas serán determinantes para las nuevas formas de hacer política en el Perú.

I. La apuesta progresiva de inclusión en las políticas públicas.

Esta apuesta se comienza a plasmar luego de la caída de la dictadura (2001) cuando se empieza a discutir la agenda de lo que debería ser la transición democrática y el frustrado cambio constitucional, si bien la misma la podemos encontrar en la mayoría de agrupaciones que existen en Lima, sin embargo quien la ha expuesto de manera más explicita es el Movimiento Homosexual de Lima (MHOL), la organización más antigua del activismo peruano, la cual la ha hecho explícita en algunas publicaciones virtuales. Esta propuesta en realidad ha sido ensayada ya por los activistas europeos y los sectores hegemónicos del activismo en algunos países latinoamericanos. Esta estrategia en realidad apunta a una igualación con respecto a lo que consideran los derechos ciudadanos básicos (civiles y políticos), es decir integrar a la población LGTB a la ciudadanía desde la perspectiva democrática liberal, para ello consideran como importante el logro de niveles de incidencia política entendida como la capacidad para colocar el tema de los derechos de las personas LGTB en el espacio político formal, por tanto su estrategia prioriza el trabajo con las instituciones públicas, los partidos políticos y los denominados líderes de opinión. Desde esta mirada el activismo están en relación a la generación de capacidades para la interlocución con aquellos que ejercen la representación política en el espacio formal. En este último aspecto es que encontramos la debilidad de la propuesta ya que el sistema de representación política está en crisis y que las brechas sociales existentes son tan grandes que las iniciativas legales relacionadas a los derechos civiles podría tener un valor simbólico, pero su efecto en la vida cotidiana de l@s LGTB podría ser nulo.

II. La apuesta de inclusión en los movimientos sociales.

La denominada «apuesta radical» es más reciente y surge desde la experiencia de formación de grupos de izquierda LGTB en Chile, Argentina y Perú. Ya desde la experiencia local podemos decir que esta apuesta empieza a ser perfilada con claridad en el 2004 por el Colectivo Raíz Diversidad Sexual, agrupación de izquierda que plantea la necesidad de hacer visible la presencia LGTB al interior de los movimientos sociales y las fuerzas críticas al sistema capitalista. La propuesta parte de entender que en el Perú hay una profunda crisis social, caracterizada por la emergencia de nuevos actores sociales que cuestionan el modelo neoliberal y que apuestan por la transformación radical del sistema político. Es por ello que esta perspectiva da prioridad a visibilizar la situación de vulneración de los derechos económicos, sociales y culturales, de la población en general y los LGTB en particular, entendiendo que la exclusión es la suma de diversos factores entre los cuales destaca la cl ase, la etnia y el género. Desde esta ubicación dos temas prioritarios son: la resistencia al Tratado de Libre Comercio (TLC) y la construcción de un nuevo referente político y social con capacidad de transformar el país en la perspectiva de construir nuevas relaciones económicas, sociales, culturales, y de género.

A diferencia de la apuesta de la inclusión vía políticas públicas, esta alternativa mira al revés las formas de hacer política y promover cambios, en este sentido entiende como necesaria la ruptura con la política formal y la necesidad de promover articulaciones con las fuerzas antisistémicas. En este sentido no aspira a la inclusión de los movimientos LGTB dentro de las estructuras de los partidos políticos, ya que confía en la capacidad de acción política autónoma desde la diversidad sexual, sin embargo no entiende la autonomía como sinónimo de aislamiento, sino por el contrario desde la autonomía se plantea la necesidad de comprometerse en la construcción de alianzas sociales y políticas, donde participen en igualdad de condiciones los movimientos sociales y los partidos de izquierda. Este tipo de referente no basaría su unidad en la ideología sino en la necesidad de generar los mecanismos de representación social y política que nos permitan construir una sociedad cualita tivamente distinta, lo que much@s denominamos el Socialismo.