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Pesadilla en Los Huetos street

Fuentes: Alternatiba Araba

Nada nuevo bajo el sol. A lo largo de la historia de la humanidad solo dos vías han encontrado los poderosos para acallar a un pueblo en momentos de convulsión social, a saber; cediendo en parte a las demandas de los oprimidos, las menos, y en la mayoría de los casos imponiendo un clima de […]

Nada nuevo bajo el sol. A lo largo de la historia de la humanidad solo dos vías han encontrado los poderosos para acallar a un pueblo en momentos de convulsión social, a saber; cediendo en parte a las demandas de los oprimidos, las menos, y en la mayoría de los casos imponiendo un clima de terror que frene y retenga las ansias de cambio. De este último método nos sobran ejemplos; emperadores, reyes, autócratas, pseudo-democracias de diferentes colores e ideologías, todos han utilizado en algún momento el terror como argumento para defender el statu quo imperante. Cierto es que, en el imaginario colectivo, al referirnos a la imposición de la paz por medio del terror, rápidamente nos vienen a la cabeza imágenes de violencia extrema ejercidas por el gobierno contra su propio pueblo. Matanzas en el nombre de la paz, la Francia pos-revolucionaria, Casas Viejas, Tian´anmen… o más recientemente Libia y Siria. Sin embargo, el terror no tiene por que ir unido irremediablemente a la violencia. Existen medios más sibilinos de ejercerlo y, como se está demostrando en estos años de crisis, mucho más eficaces.

Como si de grandes directores de cine del género se tratase, los capitalistas y sus siervos gobernantes, están sabiendo explotar un miedo generalizado en la sociedad, el paro y el desempleo, para infundirnos terror ante un horizonte que se avista negro si no satisfacemos las necesidades de «los mercados», esos entes sin rostro pero poseedores de grandes cuentas corrientes en algún paraíso fiscal, sino poseedores de algún club de fútbol, baloncesto o petanca, que de todo hay. Y prestos acuden a socorrernos con sus consejos y antídotos. «Ante todo; no se muevan, no levanten la voz, trabajen y no enfaden a quien tiene el dinero. Apriétense el cinturón y cedan sus derechos, que no están los tiempos para lujos superfluos como lo son los derechos sociales». Y claro está, si a alguien se le ocurre levantar la voz en sentido contrario al marcando rápidamente lo acallamos con una dosis de realidad, de «su» realidad.

De todo lo dicho anteriormente sabemos mucho los que residimos por estos lares. Por si no fuese suficiente la cantidad de sufrimiento que está provocando a nuestro alrededor el cierre de decenas de empresas a los que hemos asistido en estos tres años de crisis por las apreturas económicas, ahora desayunamos con una nueva multinacional dispuesta a deslocalizar su producción sin pestañear siquiera ante las 150 familias a las que abandona a su suerte. Daewoo es además uno de los casos más sangrantes que nos podemos encontrar ya que esta «modélica» empresa ha percibido todas las ayudas posibles, al tiempo que fomentaba como ninguna otra la precariedad laboral. Su historia en Araba es la de un conflicto constante con sus trabajadores, merecedores de nuestro apoyo y solidaridad. Y ahora, decide marcharse sin mirar atrás, sin asumir ninguna responsabilidad para con los alaveses en general y sus trabajadores en particular. Pero como esto no es bastante, recientemente almorzamos viendo a casi un centenar de trabajadores de Esmaltaciones San Ignacio, de pie ante las puertas cerradas de la empresa. Bonita forma de acabar las vacaciones. Sin un aviso, sin ningún tipo de negociación, solo una puerta cerrada. Por que en esta provincia parece que las únicas puertas que se abren son las de la nueva cárcel de Zaballa, lástima que en esas habitaciones el rico nunca entra y el pobre nunca sale.

Y claro, ante este clima, ante la posibilidad de que las personas que vivimos y trabajamos aquí podamos revolvernos, ante esa hipótesis, se nos adelantan infundiendo el terror. Así, nos cenamos día sí y día también con el peligro que significaría para esta provincia la posibilidad de que Mercedes decidiese deslocalizar. Los medios de comunicación le dedican sus portadas y hasta incluso un especial de varias páginas, recordándonos que la negociación del convenio está enquistada. Aseveran sin cortarse, que el «advenimiento» del nuevo modelo a la planta de Los Huetos depende de que los trabajadores estén dispuestos a seguir recortando sus derechos y salario, y confían en la «responsabilidad» de la plantilla, obviando la responsabilidad de la dirección. Nos hablan de los salarios y condiciones laborales de sus trabajadores, como si de auténticos privilegiados se tratase, olvidándose sin descuido de mencionar los muchos y variados esfuerzos realizados por estos. Nos informan pormenorizadamente de las necesidades que dice tener la multinacional, pero obvian con indisimulado interés, las prebendas y ayudas concedidas a lo largo de su permanencia en el territorio. Los constantes viajes de los diferentes lehendakaris pasados por Ajuria Enea a Alemania para «negociar» diferentes paquetes de ayudas. Y es tan larga la lista de beneficios que para los alaveses tiene que una multinacional como la Mercedes este sita en nuestro territorio, que me pregunto porque aún seguimos honrando a San Prudencio el 28 de Abril, y sino sería más apropiado honrar a Nuestra Señora de las Mercedes cada 24 de Septiembre, siempre y cuando tengan la bondad cristiana de no largarse con los beneficios de lo que han sembrado aquí.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.