Los vendedores de pescado de Alejandría, bañada por el mar Mediterráneo, tienen ejemplares del tamaño de una sardina, que en la edad adulta deberían llegar a los dos kilogramos. Mohsen se enoja al explicar que los pescadores no autorizados usan las llamadas redes de niebla de nylon, conocidas como el-shabah (fantasma, en árabe) para atrapar […]
Los vendedores de pescado de Alejandría, bañada por el mar Mediterráneo, tienen ejemplares del tamaño de una sardina, que en la edad adulta deberían llegar a los dos kilogramos.
Mohsen se enoja al explicar que los pescadores no autorizados usan las llamadas redes de niebla de nylon, conocidas como el-shabah (fantasma, en árabe) para atrapar a los peces diminutos.
«Nos arruinan el mercado. Si los pescas demasiado jóvenes, no valen mucho, y se impide que lleguen a la adultez y se reproduzcan», explicó.
La pesca decae desde los años 90 en Egipto.
En 2009 solo pudo pescarse en esta zona 81.000 toneladas, 10 por ciento menos que el año anterior, según la estatal Autoridad Nacional para el Desarrollo de Recursos Pesqueros. Al parecer, la captura de 2010 será aún más baja.
Los menores ingresos llevaron a los pescadores a utilizar técnicas ilegales y destructivas para mejorar su situación. Los métodos preferidos son el uso de red de niebla, focos para atraer a los peces de noche, dinamita y varios venenos de acción rápida, según la Autoridad de Recursos Pesqueros.
«Algunos pescadores tiran grandes cantidades de insecticida al agua y esperan unos minutos a que los peces muertos suban a la superficie», explicó Mohsen. «Se imagina lo que le puede pasar a la gente que come esa producción envenenada», apuntó con temor.
Los puertos del mar Mediterráneo están muy controlados, pero el vasto mar de la costa norte de Egipto está fuera del alcance de las autoridades.
Los barcos costeros que patrullan la zona solo están atentos a buques israelíes y despachos ilegales de armas al territorio palestino de Gaza. Confiscar la captura de pescadores no está dentro de sus prioridades ni de su jurisdicción.
«Las autoridades sólo controlan el lugar de llegada», señaló el biólogo marino Alaa el-Haweet, consultor de la Autoridad de Recursos Pesqueros. «No hay control en el agua ni en el mercado, entonces básicamente los pescadores pueden atrapar lo que quieran, donde lo deseen», apuntó.
El gobierno se limita a dar permiso a 4.000 buques pesqueros y a 40.000 barcas sin motor. Las autoridades portuarias revisan al azar los permisos de las embarcaciones y de los equipos de seguridad obligatorios, pero rara vez de la captura. Incuso en estos casos, se evitan multas con sobornos.
El gobierno impuso hace unos años una moratoria de 45 días al año a los productos del mar Mediterráneo para proteger las reservas. La mayoría de los propietarios aprovechan el periodo del 1 de mayo al 15 de junio para realizar trabajos de mantenimiento a sus barcos, que tienen prohibido salir de puerto.
«La veda coincide con la época de desove de las 20 especies más comercializadas», explicó el-Haweet.
«De hecho, la temporada dura tres meses, pero la veda no puede extenderse tanto porque los pescadores tienen que alimentar a sus familias», añadió.
Los funcionarios señalaron que encontraron una férrea resistencia cuando trataron de hacer cumplir la norma este año.
El derrocamiento del presidente Hosni Mubarak en febrero distorsionó los precios y empeoró la situación de los pescadores. Cuando las protestas de estos últimos se tornaron violentas, la Autoridad de Recursos Pesqueros decidió levantar la prohibición.
La producción pesquera aumentará esta temporada, pero el futuro de las reservas está en peligro, señaló el especialista Madani Ali Madani, de la Autoridad de Recursos Pesqueros.
«Tratamos de explicarles que la prohibición era para beneficiarlos, pero los Pescadores aprovecharon la revolución para desobedecer las normas», dijo Madani a IPS. «Algunos alegaron que seguirían pescando porque usaban sedal, que no afecta a los peces que desovan», apuntó.
Madani negó los rumores de que la falta de autoridad tras la partida de Mubarak haya llevado a muchos capitanes a usar redes de neblina.
«La red es uno de los elementos más caros de la pesca», indicó. «Por lo general se usa hasta que esté totalmente destruida, unos dos o cuatro años. No conocemos pescadores que cambien antes su aparejo», añadió.
Desde el triunfo de la revolución, la costa egipcia del mar Mediterráneo se convirtió en un «campo de batalla», dijo a IPS el experimentado pescador Gomaa. La competencia hace que los capitanes utilicen todo tipo de aparejos destructivos.
Gomaa conoce los perjuicios que acarrean esos elementos, pero señaló que los utilizará si la captura sigue disminuyendo.