Los resultados de las pasadas elecciones andaluzas demuestran la necesidad de reorientar la estrategia de Podemos. El nuevo enemigo a batir se llama Ciudadanos, un partido político fomentado por el propio sistema para reconducir el voto de los ciudadanos descontentos con la situación actual hacia posiciones que no pongan en peligro a la mafia que […]
Los resultados de las pasadas elecciones andaluzas demuestran la necesidad de reorientar la estrategia de Podemos. El nuevo enemigo a batir se llama Ciudadanos, un partido político fomentado por el propio sistema para reconducir el voto de los ciudadanos descontentos con la situación actual hacia posiciones que no pongan en peligro a la mafia que nos gobierna en las instituciones políticas y sobre todo en la sombra. Al poder económico le inquieta Podemos (IU también, pero no tanto, pues su estrategia nunca la ha llevado a ser una seria amenaza, nunca ha mostrado verdaderas posibilidades de alcanzar el poder político), y no Ciudadanos. Es más, este último partido se ha convertido en la mejor baza de la oligarquía para tener controlada la situación, para no perder dicho control. No por casualidad Ciudadanos no sólo no sufre el acoso mediático que padeció Podemos (a pesar de haber más motivos para que fuese investigado, pues tiene miembros imputados por corrupción, personajes que tienen sus cuentas bancarias en Suiza, pues es un partido que ya tiene cierta historia y ha votado ciertas cosas en el parlamento catalán, su líder tiene un pasado político, etc.), sino que es apoyado incluso explícitamente por grandes medios de comunicación. Por consiguiente, creo que es obvio que Podemos debe centrarse en el momento actual, no sólo en seguir su ofensiva contra los partidos tradicionales del sistema (PPSOE y cómplices), sino que sobre todo contra Ciudadanos, el «nuevo» partido del sistema, su recambio.
«Nuevo» partido que defiende las viejas políticas de los viejos partidos (a saber, más desregulación en el mercado laboral, eso sí disfrazada de regulación, más neoliberalismo, disfrazado de progresismo social, etc.). La verdadera novedad de este partido reside en el cambio de disfraz de los de siempre para seguir manejando a la ciudadanía a su antojo. Ahora se nos quiere vender la idea de que lo que representa Ciudadanos, como dice su líder, es el «cambio sensato», que en verdad no es nada sensato (pues seguir haciendo la misma política económica que nos ha llevado a la situación actual sólo nos condena a ahondar en la profunda crisis social creada), que en verdad no es cambio (pues éste requiere, como mínimo, un proceso constituyente, una profunda regeneración democrática, y no sólo ciertas reformas puntuales, por necesarias y beneficiosas que pudieran ser). Hay que poner en evidencia ante la opinión pública a esos falsos profetas. ¿Cómo? Acorralándolos en los grandes medios de comunicación, pero también haciendo una ardua labor de información en asambleas populares en los barrios, en los pueblos, también incitando a las bases, a los simpatizantes, a participar activamente en dicha labor. Cada uno debe aportar su grano de arena en esta titánica labor, no me cansaré de repetirlo. Podemos debe retomar la iniciativa, nunca debe perderla.
El programa de Podemos gira en torno a dos ideas principales: rescate ciudadano y proceso constituyente. Y yo creo que debe seguir siendo así. No se trata de entrar en una dinámica que consista en rebajar el programa mínimo para el cambio con tal de convencer a la ciudadanía. Esto implicaría ceder la iniciativa a Ciudadanos, que desea, por un lado, convertirse en una alternativa a Podemos, y por otro, que Podemos se vaya moderando cada vez más. La jugada maestra planteada por las élites oligárquicas es muy inteligente. Intentar frenar a Podemos, pero también, al mismo tiempo, intentar que renuncie a algunas de sus propuestas más «radicales», que son las que ponen en peligro el statu quo de dichas élites. Para poder combatir eficazmente al enemigo lo primero de todo es darse cuenta de su estrategia. Nuestro enemigo es poderoso, tiene todos los medios a su favor, mucha experiencia en manejar a la opinión pública para su propio interés, pero no es infalible. La razón, el sentido común, la ética, los hechos, están de nuestro lado, de quienes postulamos otras políticas, otro sistema. Nosotros defendemos los intereses de la inmensa mayoría social.
Concretando es cómo la ciudadanía podrá ver que la política económica planteada por Ciudadanos es esencialmente la misma que la del PPSOE. No por casualidad hasta Esperanza Aguirre, la patronal o las empresas del IBEX-35, la alaban. Pero es importante que no sólo recurramos a las afirmaciones de los viejos políticos para corroborar que Ciudadanos no es el cambio sino el recambio. Además, para que no quede ninguna duda, debemos concretar, hablar de las propuestas de este partido prosistema y sus posibles consecuencias. Podemos debe recurrir en ciertos momentos a las viejas maneras de hacer propaganda (el recurso a ciertas frases que sinteticen las ideas de una manera un tanto simplista, el recurso a ciertas etiquetas), pero también debe diferenciarse de sus enemigos corroborando dichas afirmaciones con datos, explicando qué proponen nuestros enemigos y qué proponemos nosotros. Podemos debe hacer una enorme labor pedagógica, a diferencia de sus enemigos que necesitan sobre todo despertar los prejuicios de la gente. Quienes luchamos contra el sistema establecido necesitamos que la gente juzgue en base a ideas y hechos concretos, debemos despertar la capacidad de raciocinio de los ciudadanos. A diferencia de nuestros enemigos. Razonar, emocionar, contrastar y concretar, con paciencia e insistencia, debe ser nuestra continua labor. Sólo así podremos vencer a nuestros enemigos. Éstos saben perfectamente que la razón está más de nuestro lado que del suyo. Aunque, por supuesto, nunca nadie la tiene por completo.
Hablemos de qué proponen Ciudadanos y Podemos para rescatar a la ciudadanía, para ir hacia una sociedad más libre e igualitaria. Hablemos de cómo combatir las crecientes desigualdades económicas con propuestas muy concretas. Hablemos de qué proponen Ciudadanos y Podemos para regenerar nuestra democracia. Veamos si Ciudadanos está a favor de un proceso constituyente para que la ciudadanía tenga la última palabra en todo, sin límites, sin tabúes. Ciudadanos tiene un serio límite: no puede atentar contra las élites que le apoyan, a las que sirve en verdad. Éste es su talón de Aquiles, el cual habrá que explotar todo lo posible. Saquemos a la luz pública sus trapos sucios si no lo hacen los «periodistas» de los grandes medios. Nos han declarado la guerra y debemos defendernos y contraatacar. Sin complejos. No podemos fallar. Debemos volver a tener mucha más presencia en los grandes medios de comunicación (enviando a nuestros líderes más elocuentes) para desenmascarar a Ciudadanos, el recambio del sistema para que nada cambie en verdad. Como bien ha demostrado Podemos, no hace falta, por ahora, un programa muy ambicioso para iniciar la senda del cambio sistémico, basta con reivindicar otras políticas económicas que den prioridad a la ciudadanía, basta con prohibir los desahucios, basta con recuperar y desarrollar el Estado de bienestar, basta con luchar contra el gran fraude fiscal para obtener los recursos económicos necesarios que nos permitan invertir las prioridades, basta, por ahora, con un programa económico socialdemócrata (al cual han renunciado los llamados partidos socialdemócratas, al servicio sumiso del capital), basta, por ahora, con renacionalizar empresas de servicios básicos en caso necesario.
Lo que le da más miedo a la oligarquía es la cuestión de la democracia. El peligro que entraña para ella Podemos no es tanto su programa económico (aunque desde luego sería un estorbo, un tropiezo en el camino del neoliberalismo, es decir, del capitalismo más agresivo hacia una sociedad de esclavos al servicio de una minoría ociosa) sino que sobre todo el planteamiento de un proceso constituyente. El enemigo número uno de las élites capitalistas es la auténtica democracia. Pues ésta, con el tiempo, puede exterminar al propio capitalismo. Tarde o pronto, si el poder económico deja de dominar al resto de poderes (político y prensa sobre todo) las ideas pueden empezar a fluir libremente por la sociedad y ésta puede «descubrir» que lo único que puede hacer que una sociedad sea realmente civilizada es la democracia llevada hasta sus últimas consecuencias. Y no podrá haber una democracia completa si no llega al núcleo de la sociedad: la economía. Y la democracia económica es la antítesis del capitalismo, la dictadura económica ejercida por los poseedores de los grandes medios de producción (y comunicación). Es, por tanto, el radicalismo democrático lo que de verdad puede diferenciar a Podemos, el cambio, de Ciudadanos, el recambio. Podemos no sólo debe seguir organizándose de la manera más democrática posible, dando ejemplo, practicando lo que predica, sino que debe también decirle a los ciudadanos: debéis tener todo el poder, debéis tener la posibilidad de revocar en cualquier momento a los cargos públicos que ya no merezcan vuestra confianza, debéis tener la garantía de que cualquier partido político aplique o defienda el programa en base al cual fue votado, debéis poder elegir a todos los cargos públicos (incluido el jefe de Estado), debéis poder participar directamente en todas aquellas cuestiones trascendentales que os incumban con referendos frecuentes y siempre vinculantes, debéis poder participar cada vez más no sólo en la elección de la solución entre ciertas alternativas que se os plantee sino que también en el mismo proceso de discusión de las mismas (fomentando las iniciativas legislativas populares, desarrollando la democracia deliberativa y directa, por lo menos, por ahora, en los ámbitos más locales donde sea factible), todos los votos, por supuesto, deben tener siempre el mismo valor, los poderes deben ser independientes entre sí para poder controlarse mutuamente (todos los poderes, incluidos el cuarto y el poder económico) pero, sobre todo, todos ellos deben ser controlados todo lo posible por el propio pueblo,…
Son muchas las medidas concretas que se deben tomar para dar ese necesario salto de la «democracia» actual a la DEMOCRACIA en mayúsculas. En esta «carrera democrática» Ciudadanos tarde o pronto se bajará del tren, simplemente porque su destino es distinto. Es Podemos quien debe llevar a su terreno a Ciudadanos, y no al revés. Debemos convencer a la ciudadanía de la necesidad de un cambio real (explicándola que lo que nos ha llevado a la situación actual, la causa profunda, la madre de todas las causas, es la falta de auténtica democracia, es la poca y mala democracia que tenemos) y de que ese cambio real no forma parte del programa de Ciudadanos, el recambio del sistema. Cambio vs. Recambio es el dilema. ¡No está todo perdido! ¡Ni mucho menos! No podíamos pretender que la oligarquía se quedara de brazos cruzados, nunca lo está. Ciudadanos le brinda una oportunidad a Podemos para demostrar al pueblo que el cambio sensato es el cambio real, y no el recambio.
Lo sensato es cambiar las políticas que han empobrecido y seguirán empobreciendo a la mayor parte de la población. Esas políticas que convierten los derechos humanos en papel mojado. Lo sensato es que paguen más impuestos quienes más tienen, y no al revés. Lo sensato es rescatar a la ciudadanía, a las víctimas, y no a la banca, no a los responsables. Lo sensato es hacer leyes para que la corrupción no sea posible, para prevenirla y castigarla ejemplarmente, y no pactos, brindis al sol. Lo sensato es que todas las personas sean iguales ante la ley, en la teoría y en la práctica. Para lo cual, lo primero es que nadie sea inviolable e irresponsable. Lo sensato es regular los mercados financieros en vez de seguir desregulando el mercado laboral. Lo sensato es que la gente gane un salario digno para que el consumo sea suficiente y la economía funcione. Lo sensato es que la gente esté motivada para que sea productiva, para lo cual debe tener unas condiciones dignas de trabajo. Lo sensato es trabajar para vivir, y no al revés. Lo sensato es distribuir el trabajo. Lo sensato es tener una economía al servicio de las personas, y no al revés. Lo sensato es desarrollar la democracia todo lo posible, sin límites, sin parar. Lo sensato es poner el destino de la humanidad en manos de toda ella y no sólo en manos de minorías irresponsables y egoístas que han demostrado con creces su insensatez. Lo sensato es cambiar un sistema que no funciona, que condena a miles de millones de personas a la pobreza, a la inseguridad económica, un sistema donde unos pocos acumulan tanta riqueza como países enteros, que amenaza a la humanidad con retroceder a los tiempos de Espartaco, que pone en peligro su hábitat,… Lo sensato es que una especie inteligente construya una sociedad civilizada en la que todos sus individuos puedan vivir dignamente y realizarse como seres humanos y no como ovejas. Lo sensato es una sociedad que se rija por el bien común, de la mayoría, y no por el de ciertas minorías, al mismo tiempo que respetando los derechos humanos de todas las personas. La ley de la jungla no debe regir una sociedad civilizada. Una sociedad es civilizada cuando la ley del más fuerte da paso a la igualdad en las relaciones sociales. La libertad en la vida en sociedad no puede existir sin la igualdad. Es sobre todo en la defensa (práctica y concreta) de esta igualdad donde los falsos profetas pueden ser puestos en evidencia.
Blog del autor: http://joselopezsanchez.
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