A través de la historia se ha podido constatar que el imperialismo norteamericano no ha dudado en realizar cualquier tipo de acción en función de sus mezquinos intereses de poder, cualquier fórmula es válida cuando se trata de mantener su hegemonía como sistema imperial a nivel mundial, esa es su razón de ser. Nada debe […]
A través de la historia se ha podido constatar que el imperialismo norteamericano no ha dudado en realizar cualquier tipo de acción en función de sus mezquinos intereses de poder, cualquier fórmula es válida cuando se trata de mantener su hegemonía como sistema imperial a nivel mundial, esa es su razón de ser.
Nada debe asombrarnos viniendo de la mayor potencia capitalista,- que pretende erigirse como baluarte de los derechos humanos en el mundo y tiene el cinismo de juzgar a otros países- que utilice e incite a personas como Orlando Zapata, una de sus víctimas, y ahora a Guillermo Fariñas, para agredir una vez más a Cuba, una espina en su garganta, porque ha cometido la gran falta de no plegarse a los designios imperiales y construir el socialismo.
Estas personas han sido utilizadas por los elementos de poder de EE.UU. para orquestar una vez más la campaña de descrédito contra la Revolución cubana, a quienes presentan como «presos políticos», «presos de conciencia», cuyos derechos humanos han sido violados.
Ahora veamos. A estas personas que alentados por la maquinaria de la propaganda enemiga se declararon en huelga de hambre, el Estado cubano le ha proporcionado toda la atención médica y medicamentos necesarios a fin de salvar sus vidas, sin importar que sus acciones contribuyan a los objetivos enemigos, lo más importante para Cuba es salvar la vida de un ser humano. Este principio humano y ético ha estado presente en todo el proceso revolucionario desde que se inició la lucha por la independencia.
¿Puede EE.UU. decir lo mismo sobre el respeto a los Derechos Humanos? Categóricamente No. Sobran los ejemplos dentro y fuera de EE.UU. que demuestran la flagrante violación de los derechos más elementales de los seres humanos y del derecho primordial a la vida, el cual es transgredido por esta potencia sin escrúpulos de ningún tipo, ahí están las víctimas de la política discriminatoria contra los inmigrantes en la frontera de México, la guerra en Iraq, Afganistán, el golpe de estado en Honduras, los escuadrones de la muerte formados en la Escuela de las Américas, maniobras contra Irán, la acciones genocidas contra el pueblo palestino, solo por citar algunas.
Por supuesto, que para quienes están acostumbrados a los menesteres de lograr sus objetivos con menosprecio de la vida ajena, no es nada llevar a la muerte a personas mediante la huelga de hambre, aún cuando sea por una causa ajena y nada loable.
Lo peor de todo esto, es cómo utilizan, irrespetan y manipulan el dolor de las madres, que ven morir a sus hijos sin poder hacer nada. Habría que preguntarse, si en la mezquindad de los responsables de estas muertes, hay una pizca de comprensión de lo que significa para una madre perder a un hijo.
La madre de Fariñas, Alicia Hernández, en declaraciones a una televisora colombiana, refleja a través de su tono pausado, una aparente resignación ante el hecho inevitable del agravamiento de la salud de su hijo, a pesar de los esfuerzos de los profesionales y el sistema de salud cubano por evitarlo. Reconoce, con la pericia que le aporta su profesión como enfermera, todos los cuidados en la institución hospitalaria, y expresó que los médicos hacen todo lo posible por atenderlo de la mejor manera, actuando con total dedicación, lo que fue reconocido por el propio Fariñas a la agencia DPA.
Cuanto dolor para una madre, que con todo su amor implora al hijo abandone la huelga de hambre que pone en peligro su vida, y obtiene una respuesta negativa.
Por supuesto señores imperialistas que a ustedes no les importa el dolor desgarrador de una madre que, en los momentos en que está en peligro la vida de ese ser que empezó a querer desde que lo llevaba en su entrañas, no logra entender por qué elementos inescrupulosos lo alientan a morir. Por qué cegar la vida que ella procreó y cuidó con tanto amor. Claro está, a los responsables de la posible muerte de Fariñas solo les interesa lograr sus objetivos políticos: tratar de desacreditar a una pequeña isla, cuyo pueblo ha decidido ser libre para siempre y no someterse a los designios ni chantajes imperiales.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.