Para Raimon, t’he conegut sempre igual, te he conocido siempre igual [https://www.youtube.com/watch?v=DK-AdW2OXZY&spfreload=10] Estos ataques terroristas no solo ocurren en Europa. Ocurren cada día en Irak, Siria, Afganistán, Pakistán, Yemen y Bahrein. Todos deploramos la pérdida de vidas inocentes. Es así. Todos lo hacemos. Pero no podemos tener un doble discurso según el cual sostenemos que si […]
Estos ataques terroristas no solo ocurren en Europa. Ocurren cada día en Irak, Siria, Afganistán, Pakistán, Yemen y Bahrein. Todos deploramos la pérdida de vidas inocentes. Es así. Todos lo hacemos. Pero no podemos tener un doble discurso según el cual sostenemos que si alguien muere en Europa, su vida es más valiosa que las vidas de las personas que mueren en gran parte del mundo musulmán. Y a menos que Occidente comprenda que este doble discurso provoca y enoja cada día a más personas, esto seguirá sucediendo.
Tariq Alí (2017)
De 1995 a 2016, la deuda pública española ha aumentado en 811.349 millones (de 295.604 millones a 1,106 billones de euros) y en ese periodo España ha pagado 509.730 millones de euros en intereses. Es decir, que 62 de cada 100 euros del incremento que ha tenido la deuda pública española corresponden a intereses. Dicho de otra manera, eso significa que si nuestra deuda pública es tan elevada no es porque el gasto social o el público en general hayan sido muy grandes sino porque se renunció a que lo financiara el banco central, que puede hacerlo sin intereses. Es fácil deducir que si eso hubiera ocurrido, si el Estado español hubiera sido financiado en las mismas condiciones en que el Banco Central Europeo financia actualmente a la banca privada, la deuda pública española no sería superior al 100% del PIB sino que ni siquiera pasaría de la mitad.
Juan Torres López (2017)
Inevitablemente el discurso de Puigdemont, que enfatizó el carácter democrático del proceso soberanista y el respeto a la pluralidad lingüística y cultural del nacionalismo catalán, se vio contradicho por el contenido del citado borrador. Nada extraño, pues el catalanismo nos tiene acostumbrados a un doble discurso, políticamente correcto de cara al público y rabiosamente identitario para los iniciados, como solo por ilustrarlo mostraron las declaraciones del ex juez y ex senador Santiago Vidal.
Antonio Santamaría (2017)
Tengo una sabatina pendiente sobre un artista tan grande -y tan nuestro- como la copa de un pino: Raimon-Et recorde Amanda-Com un puny-Diguem no. Gràcies Raimon, gràcies. Tarea apuntada.
No tengo muchos problemas en que se piten algunos himnos y menos uno que me recuerda inevitablemente el franquismo (aunque sé que muchos ciudadanos, mucho más jóvenes que yo, no tienen ni de lejos ese sentimiento y conviene tenerles en cuenta también: no son fachas y punto). Pero si uno pita el himno de otros (por ser español, harían lo mismo si sonara el de la II República), en un acto político nada espontáneo sino muy bien organizado (como en otras ocasiones), tiene que aceptar que otros grupos piten su propio himno y no cabe hablar, sin matices, de fascistas, neofranquistas o españoles de mierda (o cazurros con otra genética, como señaló en su día el muy ilustre y aún más equilibrado Xavier Sala i Martín) cuando machacan el himno de uno, y, girando 180 grados, de demócratas, antifascistas, luchadores hacia Itaca y combatientes antipeperos cuando se pita el himno de otros. No cabe y, además, que es lo importante, es falso.
Paso pantalla y aplaudo entusiasmado dos buenas, dos excelentes noticias: 1. El Ayuntamiento de Barcelona ha comprado una finca en la calle Leiva de Hostafrancs para impedir que el propietario (BBVA, recuerden las siglas) lo venda a un fondo de inversiones y eche a los inquilinos. El edil de vivienda, Josep Maria Montaner, y la edil del distrito, Laura Pérez, explicaron claramente su acción y su mensaje: «rechazamos las operaciones especulativas que expulsan vecinos… La vivienda no es una mercancía, es un derecho». 2. El Ayuntamiento también ha aprobado una normativa -¡por fin!- por la que prohibe la circulación de patinetes eléctricos, segways, ruedas, plataformas eléctricos, triciclos y bicis de carga y descarga por las aceras de la ciudad, unas acercas cada más privatizadas, con menos espacio para los ciudadanos y con más peligros, sobre todo para las ciudadanas si están embarazadas, con niños (también para ellos en este caso) y, sobre todo, si son personas mayores con esteoporosis y con temor a golpes, atropellos o caídas.
Casi no hace falta comentar las citas. Tariq Alí da en la diana una vez más sobre un asunto que nos conmueve (e indigna) a todos (en la línea de Amy Goodman y Denis Moynihan). La de Juan Torres López pone los pelos de punta y ayuda a recordar el marco-estafa en el que nos han situado: ¡se han pagado medio billón de euros de intereses!
La tercera señala lo que usualmente es olvidado, una de las caras menos amables del catalanismo-secesionismo. Tampoco está nada mal este paso que va en la misma línea, vale su peso en oro, en tropelías y líos pujolianos. De Manel Pérez, «Negocios y secretos de Florenci y su hijo J.Pujol Soley»(http://www.lavanguardia.com/politica/20170528/422988309621/negocios-secretos-florenci-jordi-pujol.html?utm_campaign=botones_sociales
Efectivamente, si no lo sabía, Florenci no tuvo que pasar por el mal trago de ver en vida el laboratorio [Martín Cuatrecasas, más conocidos como Fides] en venta. Pero, y aquí viene uno de los episodios menos conocidos de la trayectoria económica del ex president, este lo vendió el mismo año en que lo heredó, 1980, a una firma extranjera que le pagó unos 400 millones. El acuerdo estipulaba cuatro pagos anuales de 100 millones cada uno, pero el del año siguiente no se incluyó en la declaración al fisco y la de 1982 no se presentó. Al final, Jordi Pujol tuvo que presentar en 1982 una declaración complementaria, algo excepcional en la época.
Remarco: ¡algo excepcional en aquella época!, no en la nuestra. Según fuentes fiscales consultadas, prosigue Manel Pérez, el de los «hombres a medio hacer» -él siempre fue un hombre muy hecho: això sí que és un home! – tenía uno de los mayores patrimonios de Catalunya y del resto de España
[…], en torno a los 2.000 millones, cifra que incluía además del dinero de la venta de Fides su importante participación accionarial en Banca Catalana, aún en pleno funcionamiento. Unos años antes, en el segundo documento, Florenci valoraba las acciones de su hijo en 220 millones.
Paso a la imagen, a la fotografía incorporada. Es una placa, la primera, en recuerdo de Francisco Fernández Buey, en Cans (Ourense), en una casa familiar. Se ha puesto hace muy pocos días, durante el festival de cine que allí, en Cans (casi Cannes), se celebra anualmente.
¿Cuántas placas en su honor en Barcelona, una de sus tres ciudades (más Palencia y Valladolid), hasta el momento? Ninguna. ¿Cuántas en el conjunto de Cataluña? Lo mismo. ¿Cuántas habrá en el futuro en .Cat? Espero equivocarme pero, casi con total seguridad, 0 placas o muy pocas (existen, según me cuentan, alguna iniciativa en la UPF, su última universidad). A él, por supuesto, al autor de Leyendo a Gramsci y La gran perturbación no le importaría un pimiento, nada de nada, como diría su amigo Jorge Riechmann. Estaba muy por encima de esas cosas.
Pero no es ese el punto. Es este: ¿cuántas placas pueden verse en Cataluña en honor del ex presidente defraudador, el que daba y sigue dando lecciones de ética? No digo que superen las 1.714 pero probablemente, contando bien, se acerquen a esa fecha histórica tan manipulada. ¿Quién ha hecho más por la sociedad, por la ciudadanía barcelonesa y catalana, por todos nosotros? ¿El ex presidente manipulador-nacionalista-cubierto siempre de banderas, el expropiador de bienes públicos, el del mando exclusivo en plaza y sin rechistar, el de construir un país a su medida y a la del más que avaricioso clan familiar, o, por el contrario, el internacionalista profesor de la UPF y de la UB, uno de los fundadores del SDEUB, represaliado varias veces por el fascismo, el ex militante del PSUC y de IU, un filósofo de una pieza, un escritor excepcional, un lector como pocos, un referente barcelonés de tantas y tantos ciudadanos, un pensador federalista que se la jugó en mil ocasiones y que ha estado siempre a favor de las luchas democráticas, radicales y solidarias y, sobre todo, de las gentes menos favorecidas, un verdadero maestro de muchos de nosotros? Pues no hay color me parece, desde luego que no hay color. Las comparaciones son odiosas en este caso. Luego entonces, si es obvia la respuesta, ¿qué pasa, qué nos sigue pasando?
Repito, lo haré también como dije en las entregas, nuestras coordenadas generales aquí, en .Cat. Conviene, es necesario insistir, porque los grupos hegemónicos -cada vez menos en mi opinión- en Cataluña no quieren oírlas o las interpretan a su antojo. Como les da la gana, para decirlo claramente.
La coordenada político institucional central: la derrota del secesionismo en la votación del 27S (Antonio Baños dixit, sin olvidar el 55% de David Fernández, ambos cupaires) ha sido transformada por el mundo político-cultural separatista, con la importante colaboración de la CUP (una organización -recuerdo- que dice ser de izquierda revolucionaria), en una victoria parlamentaria amparándose en una ley no proporcional de la que, supuestamente, esas mismas fuerzas, algunas de ellas cuanto menos, renegaban. Siguen ahí y nos quieren llevar a todos a desconexiones, referéndums o declaraciones unilaterales que no tienen ninguna justificación democrática. Chillan, se enrabietan, manipulan todo lo que tocan (recital final de Raimon por ejemplo). Se pongan como se pongan, sus procedimientos -no hablo ahora de sus finalidades- no son democráticos. Son «aatutos», se inventan trucos. Provocan en el Parlamento. Quieren levantar un muro-Estado sin apoyo ciudadano mayoritario. No, no en nuestro nombre debemos seguir diciendo y cada vez con más convicción.
La coordenada económico-social puede ser dicha de muchas maneras. De ésta forma por ejemplo: tomo pie en una nota de Camilo S. Baquero en El País del viernes 26 de mayo de 2017 [http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/05/25/catalunya/1495705516_479280.html]. La severidad de la pobreza no remite en Cataluña, señala Baquero. El 19,2% de la población están en riesgo de ser pobre (un porcentaje 0,2 puntos mayor que el registrado en 2015 según datos publicados el 25 de mayo por el Idescat). La Encuesta de Calidad de Vida ha preguntado por primera vez sobre las familias que se ven obligadas a recurrir a entidades sociales, amigos o familiares para acceder a bienes básicos, como comida o ropa: 192.000 hogares, el 6,5% del total, lo hizo en 2016. Estas cifras «le dan una vez más la razón a las entidades sociales y expertos en pobreza: la salida de la crisis no está siendo uniforme y la mejora económica sigue sin notarse en la calle». «Mientras que la media de ingresos aumenta para la población en general, tenemos la misma cifra de personas en situación de pobreza que el año pasado, 1,4 millones» (Mesa del Tercer Sector).
El indicador de riesgo de pobreza (mide la proporción de personas que tienen ingresos bajos en relación con el conjunto de la población) subió, como dijimos, 0,2 puntos respecto al año pasado. Por segmentos de la población, la subida ha sido desigual. En los menores de 16 años, la tasa mejoró en 3,9 puntos aunque sigue siendo muy alta: casi un 25% de los menores están en riesgo de ser pobres. En los mayores de 65, se registró un empeoramiento de 2,9 puntos. «La pobreza relativa habría bajado como lo han hecho otros indicadores como el Arope [indicador europeo] sino fuera porque hay un empobrecimiento de los adultos mayores» (Mercè Darnell, adjunta de Acción Social de Cáritas Barcelona).
Punto importante. Tras años en que las pensiones eran el sustento de muchas familias con hijos que volvían a casa de sus padres, la congelación y la subida de precios empieza a pasar factura también a los mayores. Una familia formada por dos adultos y un menor que tenga ingresos anuales inferiores a 16.087 euros está en riesgo de pobreza (el listón ha subido un 4% respecto al año anterior). Un dato que pone en evidencia, por ejemplo, el desfase con las ayudas sociales: la renta garantizada de ciudadanía que comenzará a concederse en septiembre si se aprueba en el Parlament -y no hay elecciones anticipadas- solo llegaría a una familia de tres miembros cuyos ingresos sean inferiores a 12.754 euros.
Un 4,4% de los hogares catalanes recurrieron a amigos o familiares para poder acceder a bienes básicos como ropa y comida. Otros 29.000 hogares (un 1% del total) pidieron ayuda a entidades sociales. Otro 1,1 % recurrieron a ambos: entorno y entidades.
La consejera de Trabajo y Asuntos Sociales Dolors Bassa aseguró que la encuesta señala -¿hacen falta más señales?- «la necesidad de luchar contra la precariedad del trabajo, ante el avance de la proporción de trabajadores que están por debajo del umbral de la pobreza». ¿Cómo luchan contra la precariedad del trabajo? ¿Lo saben ustedes? ¿Del trabajo de quién, de quiénes?
Un amigo del alma, Xavier Pardo, sociólogo, historiador, ingeniero, hombre renacentista, me ha recordado esta cita de los Manuscritos – muy del gusto de Manuel Sacristán: recuérdese su «Karl Marx» de 1973- después de leer la magnífica sabatina de Gregorio Morán del pasado sábado sobre Asturias. Viene a cuento de las coordenadas económico-sociales que hemos comentado:
Cuando se reúnen los artesanos, los intelectuales y los artistas socialistas y comunistas, su objetivo es por de pronto la doctrina, la propaganda, etc. Pero, al mismo tiempo, al reunirse les nace una nueva necesidad, la necesidad de comunidad , y de este modo lo que parece ser un medio se les convierte en un fin. Se puede contemplar los resultados más espléndidos de ese encuentro de modo práctico, viendo una reunión de «ouvriers» y artesanos franceses. El fumar, el beber, el comer, etc., no son ya más que medios de unión, o medio unificador. Les basta ya con una compañía, una asociación, un entretenimiento que tienen, en realidad, por fin la compañía misma.Entre ellos la fraternidad del género humano no es palabrería, sino verdad, y desde estas figuras endurecidas por el trabajo nos ilumina la nobleza de la humanidad.» (Karl Marx, Manuscritos Económico-Filosóficos de 1844, II , p. 158)
Vayamos -¡por fin!- a nuestro tema. Me había quedado en la siguiente observación :
1. Representantes de las fuerzas soberanistas catalanas de izquierda no sólo han dicho (sin ninguna necesidad, el voto es secreto) haber votado SI-SÍ el día de la gran agitación nacionalista separatista del 9N sino que han acudido a manifestaciones independentistas (que no apelaban al derecho a decidir) en repetidas ocasiones. La última: el 11S secesionista de 2016, la alcaldesa de la ciudad incluida. Más aún: Podem-Podemos ha participado en concentraciones separatistas, a un tiempo que históricamente revisionistas, al lado de ERC y la CUP.
1 .1. Ahora apuestan por apoyar cualquier movilización a favor de un posible referéndum secesionista y apuntan, paradoja de paradojas, que una cosa es una movilización democrática y otra un referéndum. Añaden, además, que apoyarán cualquier movilización a favor del inexistente derecho a decidir (dividir) .
1.2.Lo mismo puede decirse de EUiA: sus líderes han llorado -o han hecho ver que lloraban- públicamente de emoción escuchando proclamas secesionistas de Carmen Forcadell, una de las máximas representantes del complejo secesionista-antiespañol, la misma que ha llegado a afirmar que los catalanes somos esclavos de los españoles. Es, como saben, la segunda autoridad del país. Aparte de la independencia-independencia, ¿conocen su pensamiento político?
1.3.¿Tan difícil es asumir para la izquierda soberanista catalana un eslogan como el siguiente: «¿Referéndum secesionista? No al derecho a dividir»? ¿Y para el resto de la izquierda española?
2. Digan lo que digan cuando toca quedar bien en ambientes-territorios comanches para ellos, el movimiento secesionista catalán, en sus sectores más hegemónicos, es profundamente antiespañol. Basta escuchar algunas de las «reflexiones» de Forcadell o las del anterior presidente del Òmnium Cultural, Joaquim Torrà. Hay muchos más ejemplos. España, para ellos, es una cárcel de pueblos y la guerra civil, tesis de alguno de sus historiadores, una guerra contra Cataluña. En el fondo, García Lorca (si se le conoce) es igual (exagero un poco) que Queipo de Llano. Ambos españoles.
2.1. ¿Cuántas veces ha denunciado esta barbaridad, plantando cara, de frente, las fuerzas de izquierdas de Cataluña? ¿Cómo podemos oír eso de que «los españoles son unos cazurros», como ha dicho un insigne catedrático de la UPF, y no levantarnos en pie de rabia e indignación?
2.2. ¿Conocen algo más ridículo que esto? Traducen «spanish rose» como «rosa latina» en Nashville: http://comunicacion.e-noticies.es/tv3-censura-la-palabra-espanola-en-una-serie-110359.html. ¿Qué les pasa?
3. El secesionismo catalán construye falsamente una línea de demarcación imposible de aceptar por la izquierda que no haya perdido sentido y orientación básica: quien no está con nosotros es un traidor, un botifler y un españolista (en ocasiones, fascista, neofranquista o profundamente reaccionario-carcamal). ¿Se imagina la izquierda del resto de España el trato que recibirían muchos ciudadanos catalanes no nacionalistas en una Cataluña con estado propio y a su aire? No es broma, no es broma, no exagero estúpidamente para crear mal clima. La inversa, por supuesto, no es cierta. En general, nadie atropella a nadie por defender sus sentimientos de catalanidad.
4. Toda voz crítica contraria al nacionalismo es marginada en Cataluña y tildada inmediatamente de cualquier manera despectiva. A los federalistas nos llaman unionistas, no apelando a la historia de Estados Unidos del XIX sino a la relación Irlanda del Norte-Inglaterra. Nos insultan simplemente con la designación que nos otorgan. Las redes están llenas de descalificaciones. Algunas, que no son pocas, vomitan odio. Es así, no me paso de la raya.
5. Todos los medios de comunicación-intoxicación catalanes, todos sin excepción, están al servicio de la gran causa. Incluso en sus exitosos programas de humor, Polònia es un ejemplo (¿divertido?), su sectarismo es manifiesto. Las voces críticas o no existen o tienen una presencia testimonial (para aparentar diversidad y pluralismo). No hace falta comparar. No se trata de decir, como a veces se ha dicho, que la Televisión de Aguirre fue peor. Tal vez sí. Pero está no es neutral, ni equilibrada, ni sosegada ni nada de eso. Alimenta con toda su fuerza y programas la cosmovisión separatista, venga o no venga a cuento.
6. La cultura catalana, para ellos, para el mundo secesionista, excluye cualquier manifestación en castellano. Núria Feliu, por supuesto, es parte de esa cultura (ningún problema); no lo es, en cambio, Miguel Poveda. Gil de Biedma, Carlos Barral, Juan Marsé, Manuel Sacristán o Francisco Fernández Buey, en opinión de muchos de ellos, no digo de todos por miedo a equivocarme, no forman parte de la cultura catalana. Son cultura española, sin más matices.
7. Han cambiado la bandera del país: para ellos ya es la estelada, la bandera secesionista. La senyera es de federalistas, trasnochados o de gentes que no se enteran de nada. Ya no vale. Rige la primera. Algunos pueblos de Cataluña la muestran a la entrada. No por votación popular. Lo ha decidido el consistorio. Por sus narices, por su identidad sobrecargada y excluyente.
8.»España» es palabra prohibida en el lenguaje secesionista. Plou en Vic y nieva en el Estado español, se dice en los informativos. Los sectores de izquierda soberanista hablan del mismo modo; también, incomprensiblemente, líderes y cuadros de izquierda en numerosas ocasiones, especialmente cuando intervienen aquí y se dirigen a los ciudadanos de Cataluña. No hablan de España sino de Madrid o del Estado español, sabiendo que no son, desde luego, uno y lo mismo. ¿Cómo iban a serlo? No importa. Machacan y machacan una y mil veces. Jamás hablarían del mismo modo refiriéndose a Cataluña.
8.1. ¿Una izquierda española que se dice federal no ve con eso con fuerte desasiego?
9. En cambio, no hay problema aquí para hablar de los Países Catalanes, con la c de catalanes en mayúscula. ¿Por qué? ¿Se imaginan que alguien hablara de los Países Españoles (también con la mayúsculas)? ¿Cómo se puede hablar de Países Catalanes incluyendo País Valencià, les Illes, de Murcia incluso, de Aragón, del Sur de Francia? ¿Porque hay ciudadanos que viven allí y hablan catalán? ¿También incluimos Madrid o Sevilla entonces? ¿Y cómo es que hablan catalán en el País Valencià o en las Illes? ¿O incluso en L’Alguer puestos a preguntar? ¿No es una ciudad italiana? ¿De quiénes son descendientes los que hablan catalán? ¿Saben los secesionistas que las fuerzas de izquierda en Aragón defienden que el castellano, el catalán y la fabla, los tres, son idiomas propios de la comunidad?
10. Apenas nadie defiende hoy en Cataluña la República federal, la III República española. El troskismo por ejemplo, Revolta global, aunque no son los únicos, habla y es partidario de una República catalana independiente. Nada que ver con la tradición republicana española. Solos, según parece, se está mejor. Lo suelen argüir diciendo que aquí están en condiciones de golpear y avanzar; no, en cambio, en el resto de España. Un cuento para niños rebeldes que muchos se creen o aparentan creer. Si así fuera, ¿qué hacemos? ¿Dejamos al resto de compañeros de lado? ¿Que se les apañan como puedan? ¿Es eso?
10.1. El argumento de que muchos independentistas no son nacionalistas, algunos alardean de ello, sólo se puede entender bajo la consideración de que en Cataluña se viviría mejor -¿quiénes?- si fuera Estado propio. Luego por tanto, se concluye, viva la independencia. ¿No es algo supremacista o, cuanto menos, bastante insolidario el «argumento»? ¿Y si alguien señala que también se viviría mejor en Barcelona o en la Corporación Metropolitana si fuera un Estado propio? ¿Viva entonces la independencia de la ciudad de los prodigios y las poblaciones próximas, que también consciencia no nacional pero sí de comunidad singular?
11. Se está dejando a la derecha vieja y nueva la defensa de las posiciones, sentimientos, creencias y vindicaciones de una parte muy importante, y ampliamente mayoritaria, de las clases populares y trabajadoras catalanas que, desde luego, no están por la ruptura de nuestro demos común, y a las que no se les puede tildar, sin más, como se hace una y mil veces, de reaccionarias o de españolistas (de mierda en ocasiones).
11.1.¿No es este, no debería ser éste un asunto central para la izquierda del resto de España? ¿No recuerda Pablo Iglesias la que le cayó encima cuando en la campaña de septiembre de 1975 hizo referencia a algo tan básico, tan elemental, tan esencial como los orígenes familiares o propios de muchos trabajadores catalanes?
12. El Pacto Nacional por el Referéndum es, como todo el mundo sabe o debería saber, una entidad fuertemente secesionista que intenta buscar apoyos donde puede. Con el mismo objetivo: extender, ampliar la base secesionista, uno de sus objetivos centrales porque saben que, por ahora, no son mayoritarios. Que figuras básicas, respetadas, admiradas, de la izquierda del resto de España y del mundo apoyen un referéndum nacionalista-secesionista, amparándose en argumentos «de democracia», provoca llanto y desesperación. Por si fuera necesario: hay referéndums y referéndums. Oponerse al referéndum secesionista no significa oponerse a todo tipo de referéndums sea cual sea la pregunta y las circunstancias. ¿Hay alguna duda de que el referéndum del que hablan es profundamente nacionalista y secesionista y tiene como objetivo esencial liarla y liarla?
13. La izquierda soberanista catalana (no sólo de Cataluña) y una gran parte del resto de la izquierda española piensan, mal piensan, por simple y reduccionista negación siempre o casi siempre: si el PP propone A por tales o cuales razones e intereses, A es rechazable de entrada y de salida, aunque las razones esgrimidas por otros colectivos para defender A sean muy, pero que muy diferentes. Curiosamente eso no ocurre cuando se habla de tesis y argumentos defendidos por Junts pel sí, o incluso por PDCat, la antigua CDC. ¿Por qué esa diferencia?
14. ¿Hay alguna duda de que durante el tricentenario, el mundo secesionista, con la ayuda de algunos reconocidos e intocables intelectuales orgánicos de izquierda, que jamás pueden ser criticados sin correr el riesgo de excomunión, intentó transformar una guerra de sucesión dinástica -¡dinástica!, ¡de realeza!- en una guerra de secesión (España versus Cataluña, Cataluña versus España)? Si no la hay, y es difícil que pueda haberla, ¿por qué no extraer conclusiones?
15 ¿Es necesario enviar una representación de la izquierda del más alto nivel a la conferencia impartida por el presidente Puigdemont en Madrid? ¿Por qué? ¿Es necesario rodearse de los diputados de la formación secesionista conservadora «Junts pel sí»? ¿Por qué? ¿A qué viene hacerse una fotografía con el diputado Lluís Llach (¡quién le ha visto y quién le ve!), con el mismo dirigente secesionista que amenazó con su estaca -no contra ella- a los trabajadores de la Administración que fueran díscolos con el «nuevo Estado catalán» y sus normas, leyes y ordenanzas? ¿Seguimos pensando que este Llach 2017 tiene algo que ver con el Llach antifascista de «Abril del 74» o de «Campanades a mort»? Pues estamos muy pero que muy equivocados.
15.1. ¿A qué viene también esa nueva fotografía de Iglesias con Puigdemont con un libro, con una biografía de Montserrat Roig en la mano? ¿Qué se quiere decir, qué se quiere señalar, qué se quiere indicar? ¿Qué tendrán que ver las cosmovisiones de Puigdemont y de Montserrat Roig, la autora de Catalanes en los campos nazis y La hora violeta? ¿Hasta allí ha llegado nuestra confusión?
16. Elisenda Alemany, coordinadora de comunicación de los comunes, alabó la nueva designación del grupo -«Catalunya en comú»- por tres razones: porque implica (¿implica?) la voluntad de hacer nueva política; porque incorpora la marca comú -¡la marca!- que evoca Barcelona en comú y, agárrense lo que estimen oportuno, por la izquierda, «porque lleva el nombre de Catalunya porque es el país queremos ganar». ¡El país que quieren ganar! ¿Alguna diferencia con aquel infame nombre de Iniciativa per Catalunya? ¿Alguna duda sobre el soberanismo excluyente implícito? ¿Queremos ganar un país? ¿Qué lenguaje es ese? ¿No lo podría formular cualquier cuatro o dirigente de PDCAT o ERC? ¿Qué lógica se esconde en esas «razones»?
1 7 .¿Cómo es posible que un poeta informado, un activista bregado en mil batallas como Luis García Montero, intervenga en un marco neta y fuertemente nacionalista-secesionista como el convocado por el Pacto Nacional por el Referéndum el pasado 19 de mayo? Cerró el acto Joan Ignasi Elena, un ex PSC nacionalista, defendiendo que «Esto no va de independencia sino de democracia», sabiendo perfectamente que esto sí que va de secesión, no de democracia; que lo importante, añadió, es el ejercicio del derecho a decidir (a dividir quieren decir seguramente), cuando también sabe que no es eso lo decisivo sino lo otro, la ruptura del demos, que eso incumbe, sostuvo, tanto a los partidarios de votar sí, como a los partidarios de votar no cuando, como es obvio, el tema, así planteado, es asunto exclusivo de los secesionistas, no de los que no los somos. Sus palabras finales: «Somos una nación porque así lo sentimos la mayoría de los catalanes. ¿Quién se atreve a contraponer derechos nacionales, sociales y solidaridad? Si son caras del mismo proyecto político. Y como somos una nación, somos soberanos, y queremos decidir. […] Ahora es la reivindicación mayoritaria del pueblo de Catalunya». ¿Está claro? ¿Alguna duda? ¡Mil dudas! Lo de mayoría y reivindicación mayoritaria son licencias poéticas. No es el caso. Y lo saben. ¿Qué derecho nacional es pisoteado en Cataluña en estos momentos? ¿Cuántos derechos sociales no han sido pisoteados por fuerzas políticas y los grupos que representan del mundo secesionista? ¿Solidaridad? ¿De qué solidaridad hablan?¿Qué soberanía asocian a su consideración de ser nación?
18. La izquierda ha interiorizado, crecientemente, valores y formas de decir del mundo nacionalista. Un ejemplo: 31 de mayo, 19:30, concentración en Barcelona a favor de la revolución bolivariana y en contra de la injerencia (la contra venezolana, acechado muy cerca). Encuentro con un compañero-amigo sindicalista, activista de largo recorrido en un sindicato de los no mayoritarios. Lleva una camiseta con un lema. El lema: «Yo no escogí nacer catalán. Tuve esta suerte». ¿Cómo le llamamos a eso? ¿Cómo se les ha quedado la cara?
19. ¿ Esto que sigue tiene algo que ver con la tradición federalista de izquierdas? ¿Podemos no es una fuerza federal? Veamos: » La dirección de Podem se decanta por apoyar un referéndum sin acuerdo con el Estado pero entendido como un «acto de movilización popular», aunque no sea vinculante, posicionamiento que su líder, Albano Dante Fachin, hará llegar a las bases de la formación morada mediante un vídeo. Podem ha propuesto a sus bases tres escenarios para debatir y fijar su posición ante la eventual convocatoria de un referéndum unilateral: el rechazo a un referendo sin acuerdo con el Estado, participar en su convocatoria pero entendido como un «acto de movilización popular» aunque no sea vinculante y, por último, reconocer el referéndum unilateral como vinculante y «válido» en «toda regla» si cuenta con una participación masiva». Ellos, la dirección apuesta por 2.
Inspirándose en el helenista Miguel Candel: o sea, no somos independentistas pero nos sumamos a su movimiento. No pero sí pero no pero sí. Viva la lógica y Aristóteles que la formuló.
En síntesis: ¿qué idea de España tiene la izquierda del resto de España y la izquierda catalana? ¿Estamos o no estamos por un demos común? ¿Lo rechazamos porque lo apoyan PP, PSOE o Ciudadanos? ¿Esa es la posición? ¿Vale hablar de España cuando se está en Sevilla pero no queda bien hacerlo cuando se está en Barcelona o Gerona? ¿No se habló de Patria común el pasado sábado 20 de mayo en el mitin de Madrid organizado por Podemos? ¿En qué quedamos?
Un ejemplo de lo que estoy intentado transmitir. Se le preguntó al teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona Gerardo Pisarello en una entrevista cómo les afectaba el debate nacional del proceso en Catalunya. Su respuesta:
«Nosotros siempre hemos criticado de manera muy contundente la política centralista y ciega del Partido Popular, que es en buena medida responsable de lo que está pasando
La pregunta sigue abierta: ¿por qué la izquierda del resto de España no escucha ni atiende a estas consideraciones de una izquierda a la que debería sentirse muy unida? ¿Por qué se alimenta en exclusiva del decir y pensar secesionista o nacionalista de colectivos de la izquierda soberanista catalana? Algunas conjeturas: 1. Por las dificultades para revisar un principio -considerado un axioma no revisable- tal central como el derecho de autodeterminación. 2. Por la facilidad con que solemos pensar vía negación (si el PP dice A, no-A es verdadero). 3. Por las alianzas políticas con el mundo soberanista catalán, lleno de ambigüedades y, también, de mucha voluntad de poder. Quieren mandar en Cataluña, lo más pronto posible; lo han dicho ellos, no lo digo yo. 4. Por el peso de los grandes líderes, precisamente cuando se habla de nuevo de «nueva política» o de «nuevas formas de hacer política». 5. Por el manifiesto olvido de la tradición republicana española. 6. Por los 40 años de dominio hegemónico cultural nacionalista sin apenas resistencia. 7. Por la marginación de las voces disidentes en la izquierda. 8. Por la narrativa que se ha ido imponiendo en estos últimos años. Podemos seguir, lo dejamos aquí.
¿Qué caminos se nos abren? Probemos pensando en algo que parece muy alejado pero que, de hecho, no lo está. En Hipercor y en nuestras prácticas. A título de ejemplo y aunque nos duela.
Un texto que creo que merece su atención para ir finalizando. De la esfinge serenísima, se titula «Comunes»
El viejo Aristóteles (no tan viejo como yo, desde luego, pero el año pasado se cumplieron 2.400 años de su nacimiento, ¡casi nada!, aunque muchos profesores de filosofía ni se hayan enterado) decía que el ser humano solo llega a serlo de verdad como parte de una comunidad. Y no una comunidad cualquiera, sino una lo bastante desarrollada como para cubrir todas sus necesidades. Él la llamó «ciudad», en griego polis (de ahí lo de política). Si hemos de creer al viejo, habremos de concluir que esto del individualismo, que tan de moda está desde hace un tiempo, no lleva a ninguna parte. (Bueno, sí: lleva a la guerra de todos contra todos, que sólo pueden ganar cuatro, y de manera bien efímera, por cierto.)
Por eso es de agradecer que haya gente que se dedique a enaltecer lo común como valor supremo de la «ciudad», cosa que parece ocurrir desde hace algún tiempo en el triángulo nororiental de la península ibérica.
Lástima que los que últimamente más llevan esa palabra en la boca (hasta el extremo de autodenominarse -o dejarse denominar- «comunes») demuestren tener un concepto tan peculiar de lo común y la comunidad.
Para empezar, llamarse «comunes» invita a pensar que: a) Se consideran gente corriente (el «común», como se decía cuando la gente aún sabía hablar). b) Se ponen a disposición de todo el mundo, como las calles, las plazas, el aire, etc. (el agua, ya no, claro: que le pregunten a Agbar). c) Se oponen a la creciente privatización de la economía. d) Se oponen a los particularismos excluyentes.
En cuanto al punto a): No parece que una pléyade de titulados superiores (con alguna excepción notable, aunque no porque no intentara en su momento titularse) sea demasiado representativa del «común» de las gentes, por mucho que el porcentaje de universitarios haya aumentado considerablemente entre el final del franquismo y la adopción de las nefastas «directrices de Bolonia»; ahora bien, eso no es ninguna excepción dentro del panorama de las organizaciones políticas existentes, incluidas las consideradas de izquierda: diga lo que diga la letra de la gloriosa «Internacional», puede que dioses y reyes vayan a menos, pero los tribunos, ni por asomo. En cualquier caso, conviene llamar a las cosas por su nombre y no confundir demagógicamente un desiderátum («el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo») con la mucho más modesta realidad de una limitada representación (con suerte) del pueblo en el gobierno (realidad, por otro lado, que difícilmente se superará nunca en una comunidad tan compleja como la sociedad industrial, por mucha informática que se le eche al asunto; de hecho, me parece que aún está por inventar algo mejor que la vieja asamblea del pueblo reunido físicamente en un mismo espacio).
El punto b), si refleja un deseo sincero de hacerse eco del sentir popular, bienvenido sea. Pero también se presta a desviaciones demagógicas: es imposible que quien se dedica a gestionar asuntos tan complejos como los que ocupan a los gobernantes pueda estar con un pie en el despacho y otro en la calle. Más realista sería que quienes están habitualmente con los dos pies en la calle tuvieran un acceso lo más libre y frecuente posible a los despachos.
Nada que objetar al punto c), aunque expresiones como «economía democrática» precisan de una concreción mucho mayor si no quieren quedarse en meros brindis al sol. Y puestos a concretar, ya que antes hemos hablado del agua, ¿qué tal un plan de desprivatización de su suministro? Hic Rhodus, hic salta.
Pero donde los «comuneros» (¿no sería más exacto llamarlos así, visto que la ciudad en la que ha nacido su invento político tiene ya una calle dedicada a Padilla?) pierden aceite es en lo tocante al punto d). ¿Por qué, si no, limitan la comunidad que propugnan al mencionado triángulo de la península ibérica? ¿Es propio del celo por lo común pretender decidir solitos sobre lo que afecta a muchos más? ¿Basta acaso como prueba de estar en contra de la excluyente particularidad aspirar al control de la Generalidad?
Alguien lo tenía que decir.
Una nota final de Andrés Martínez Lorca:
Os reenvío este comunicado que aclara las cosas más allá del buenismo de quien desde la alcaldía deja en la estacada a sus concejales más luchadores y honestos como Carlos Sánchez Mato y Celia Mayer (al PP le ha faltado tiempo para presentar una querella contra ellos), trata con guante blanco a la Aguirraca y afirma con elegancia que ella «no es política». Recular no ha sido nunca buena estrategia para la izquierda.
Informamos que, siguiendo acuerdo del pasado lunes en la Coordinadora de Ganemos Madrid, acaba de enviarse a la prensa el siguiente comunicado sobre el Open de Tenis que podéis ver y descargar en:http://ganemosmadrid.info/gane mos-madrid-pide-una-comision- de-investigacion-para-el-open- de-tenis/
PS. Petición y recomendaciones.
Si tienen tiempo lean esta crítica informada al montaje del Instituto de Nueva Historia, otro de los disparates (subvencionados) del mundo secesionista: http://www.ventdcabylia.com/2017/05/ja-nhi-ha-prou-de-fallacies-bilbenyianes.html?m=1
También esta aproximación a la Iglesia católica, con neta participación de las jerarquías catalanas: http://mesadecatalunyanoticies.blogspot.com.es/2017/05/vuitanta-unena-concentracio-veritat.html
Esta recomendación es también del arabista gramsciano Andrés Martínez Lorca:
Mucho se habla de Venezuela mientras se acelera el golpe y todos los buitres están al acecho, desde el Departamento de Estado USA hasta los presidentes derechistas latinoamericanos pasando por la OEA, el parlamento europeo y Mariano Rajoy, el presidente del partido más corrupto de Europa.No se habla, sin embargo, de Brasil. A lo más, se filtra alguna protesta popular que acaba reprimida por el gobierno de «la ley y el orden». Como ya se no les vale el corrupto e ilegítimo presidente Temer, la oligarquía criolla quiere cambiar de caballo pero manteniendo la dirección política del país y sobre todo el neoliberalismo económico que ya ha arrasado las conquistas sociales promovidas por Lula da Silva y Dilma Rousseff.
Os adjunto un artículo sobre Brasil que puede ayudar a comprender mejor lo que está pasando y por lo que lucha ya en las calles el sufrido pueblo brasileiro». http://ctxt.es/es/20170524/Politica/12946/brasil-corrupcion-temer-rouseff-impeachment.htm
Otro comentario suyo:
Con solo verle la cara, inspira poca confianza. Con oírle, se confirman los peores presagios. El diputado canario Pedro Quevedo, que figuraba en las listas del PSOE, defendió en la campaña electoral un cambio político que sacara de escena a Mariano Rajoy, un derechista consumado según él. Ahora ha sido el diputado 176 que ha hecho posible que a Rajoy le aprueba el Congreso de Diputados el presupuesto y, por tanto, siga al frente del gobierno fumándose un puro mientras la corrupción de su partido inunda todas las instituciones en que se ha instalado. Buen ejemplo de político oportunista este tal Quevedo que ahora se disfraza de salvador de las Islas Canarias, una comunidad siempre en la cola por sus elevados índices de paro y precariedad. Que haya sido elegido en las listas del PSOE significa toda una garantía de «honradez», como decía su viejo slogan («100 años de honradez… y 40 de siesta»). ¿O no? http://www.publico.es/tremending/2017/05/31/facebook-el-video-que-muestra-la-hipocresia-del-diputado-que-permitira-que-se-aprueben-los-presupuestos-de-rajoy/
No está mal este comentario sobre un recorte del 40% en el tratamiento de la diabetes http://cronicaglobal.elespanol.com/vida/comin-recorta-40-presupuesto-diabetes_74095_102.html
Tampoco esta nota sobre el proceso kafkiano en la CCMA, en la Corporación Catalana de Mitjans Audiovisuals: http://www.sindicatperiodistes.cat/content/kafka-la-corporaci%C3%B3
Ni estas dos sobre Mossos y AN: «La Audiencia Nacional tumba por segunda vez la investigación de los Mossos contra colectivos anarquistas» http://www.eldiario.es/catalunya/politica/Audiencia-Nacional-investigacion-Mossos-anarquistas_0_649185743.html y http://www.eltriangle.eu/es/notices/2017/05/el-archivo-del-caso-pandora-retrata-a-los-mossos-y-a-espadaler-8124.php
Conviene acabar con Raimon, con este artículo de Josep M. Cortés, «Llach versus Raimon: el resentimiento frente a la obra». http://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/navaja-ockham/llach-raimon-resentimiento-obra_74083_102.html
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