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Por una Reforma Agraria genuina, integral y participativa

Fuentes: Alai-amlatina

Las organizaciones de la Vía Campesina, movimiento internacional de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, mujeres rurales, indígenas, sin tierra, jóvenes rurales y trabajadores agrícolas de Asia, África, Europa y el continente americano, consideramos de mucha importancia la realización de Conferencia de Reforma Agraria y Desarrollo Rural que se desarrollará del 7 al 10 […]

Las organizaciones de la Vía Campesina, movimiento internacional de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, mujeres rurales, indígenas, sin tierra, jóvenes rurales y trabajadores agrícolas de Asia, África, Europa y el continente americano, consideramos de mucha importancia la realización de Conferencia de Reforma Agraria y Desarrollo Rural que se desarrollará del 7 al 10 de marzo en Porto Alegre, Brasil.

Después de dos décadas de la última conferencia en 1979, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), en coordinación con el gobierno de Brasil, se plantean impulsar esta conferencia, en consecuencia reconocemos que su aporte nos indica que la Reforma Agraria viene de regreso, que es una de las más importantes tareas que deben promover los gobiernos, agencias internacionales y el movimientos social para erradicar el hambre y la pobreza.

¿Que Reforma Agraria exigimos?

Una Reforma Agraria genuina e integral, que incorpore una cosmovisión entre el espacio, el territorio, el agua y la biodiversidad, una Reforma Agraria que empiece por un amplio proceso de distribución de la propiedad de la tierra. La posesión y uso de la tierra deben estar subordinados al principio de que sólo tiene derecho a la tierra, quien en ella trabaja, depende de ella y en ella reside con su familia.

Una Reforma Agraria que ayude a la reinserción de los campesinos a su tierra y que regule la migración campo – ciudad y a terceros países.

La Reforma Agraria no es sólo reparto de tierras, su aplicación implica el desarrollo humano, la generación de empleos, la producción campesina de alimentos para abastecer el mercado local.

Defendemos el principio de la propiedad social de la tierra. No puede haber especulación, y se debe impedir que las empresas capitalistas (industriales, comerciales, financieras) se apoderen de grandes extensiones de tierra.

Toda reforma agraria genuina e integral se caracteriza por democratizar la estructura agraria, lo que presupone transformar las relaciones de poder económico y político, causantes de la reproducción de la concentración agraria.

Esta reforma agraria, debe prohibir la mercantilización del derecho a producir y a realizar un control de la producción que limite la producción especializada para la exportación y que garantice la soberanía alimentaria de sus respectivos pueblos.

Mientras la política redistributiva implica, antes que todo, la desapropiación obligatoria de tierras privadas que no cumplen su función social. Redistribuir tierra y poder, alterando las relaciones de fuerza en la sociedad en favor del campesinado y de las coaliciones que la apoyan, nada tiene que ver con las transacciones patrimoniales privadas financiadas por el Estado.

Un proceso que no excluye a pescadores, indígenas, campesinos sin tierra, pastores, pequeños y medianos productores, una Reforma Agraria que garantice el acceso total sobre la tierra y sus recursos.

Una Reforma Agraria que dé garantías legales a los y las campesinos que han recurrido a la toma de tierras para sobrevivir, una reforma agraria que garantice la propiedad real sobre la tierra y aleje el fantasma de la contrarreforma agraria.

¿Por qué nos oponemos a la Reforma Agraria que promueve el Banco Mundial?

Consideramos inaceptable la ingerencia que promueve el Banco Mundial para ejercer programas de política agraria en nuestros países, cuyas consecuencias son una política de liberalizar los mercados agrarios, una extensión de los planes de ajuste estructural que tiene a nuestros países en la extrema pobreza, aumentando la brecha entre pobres y ricos. Lleva a la mercantilización de los servicios básicos y de la tierra, el agua y la biodiversidad, disminuyendo el papel del Estado dejan ese control en manos de la oligarquía financiera, promoviendo paliativos focalizados de «alivio» de la pobreza.

La visión de una nueva política de Reforma Agraria y desarrollo rural pro-pobre que ha aparecido en una declaración anticipada de la conferencia mundial de Porto Alegre, nos parece un concepto lleno de trampas, una polisemia que su propósito es disfrazar ante la sociedad la injerencia del Banco Mundial.

No podemos aceptar una declaración, enmascarada entre la injerencia y la aparente ingenuidad de que si estamos hablando de una verdadera Reforma Agraria.

Es inaceptable que un organismo de la calidad de la FAO y el gobierno de Brasil hagan apología del fracaso, ya estudiosos del tema y la práxis misma reflejan que las Reformas Agrarias de mercado experimentada en Sudáfrica, Colombia, Brasil y en Guatemala quedaron muy por debajo de las expectativas; indicar que este modelo es exitoso es negar la Reforma Agraria.

¿Qué esperamos de esta Conferencia Internacional sobre la Reforma Agraria y Desarrollo Rural (ICARRD)?

Que sea un espacio de interlocución entre los movimientos sociales, los gobiernos y agencias multilaterales para poner en perspectiva el tema de la Reforma Agraria en beneficio de los actores principales: los campesinos (as), pescadores, indígenas, trabajadores rurales, etc.

Que analice las causas que generan la pobreza en el campo y la imperante necesidad de construir verdaderos procesos de Reforma Agraria, base fundamental sobre la que se construye la Soberanía Alimentaria. No debemos aceptar paliativos, porque sus propósitos son promover el alivio a la pobreza, mientras los gobiernos ejecutan las recetas de las agencias internacionales.

Si bien es cierto aceptamos que hay desequilibrios en los procesos de desarrollo y un aumento en el hambre y la pobreza rural, es también cierto que el denominado desarrollo sostenible pasa por desencadenar procesos de Reforma Agraria; donde ya están en ejecución, luchar por mantenerlos y donde aún están vigente promoverlos sin someterse a condiciones mercantilistas.

Aceptamos el interés por garantizar la equidad de género en el acceso, tenencia, control y manejo de la tierra, el agua y otros recursos naturales, esto es crucial para la economía rural y el empoderamiento de la mujer, pero debemos empezar por reconocer en las legislaciones de los países signatarios de la FAO los mismos derechos a hombres y mujeres.

Esperamos postular una Reforma Agraria que camine de la mano con los Derechos Humanos, como elemento importante en la lucha por la tierra. Sí creemos en el rol importante de la justicia social, el estado de derecho y de los marcos legales adecuados para la reforma agraria y el desarrollo rural.

Creemos que tiene mucha importancia la agricultura familiar, siempre y cuando esté basada en la producción sustentable, con recursos locales y en armonía con la cultura y las tradiciones locales. Los productores usamos la experiencia acumulada y el conocimiento de nuestros recursos locales, y obtenemos óptima cantidad y la mejor calidad de los alimentos con muy pocos insumos externos. Nuestra producción es principalmente para consumo familiar y para la venta en los mercados locales.

¿Hacia donde vamos luego de Porto Alegre?

Primero fortalecer nuestra Campaña Global por la Reforma Agraria, como la principal iniciativa para apoyar y reforzar conjuntamente la lucha por una reforma agraria integral y genuina, por el acceso a la tierra, como una condición previa para cumplir el derecho a una alimentación adecuada de los campesinos sin tierra.

Lograr que nuestra Campaña sea la mayor red del movimiento social con el objetivo de convertir la reforma agraria en una prioridad de las agendas de los movimientos sociales, ONGs, agencias gubernamentales y gobiernos.

Después de Porto Alegre debe haber un compromiso por respaldar las iniciativas y los movimientos nacionales que luchan por la reforma agraria, el derecho al mar, al trabajo decente y a regularizar las formas pastoriles de crianza de ganado menor.

Luchar contra el avance de las ciudades y mega proyectos (represas) sobre tierras agrícolas.

Garantizar que se respete el derecho ancestral de las tierras de los pueblos indígenas, incluyendo el subsuelo y las selvas, promoviendo la recuperación de las tierras que le fueron arrebatados.

Denunciar los efectos de los programas del Banco Mundial en el campo, cuya estrategia es contraria a los intereses agricultores familiares, como por ejemplo el crédito fundiario, banco de tierras y cédula de la tierra

Estamos de acuerdo con acompañar una Plataforma de Acción del ICARRD siempre y cuando:

– Se garantice el rol del Estado para desarrollar e implementar políticas y programas más centrados en la construcción de una real y genuina Reforma Agraria, conforme a los conceptos antes señalados.

– Se promueva el apoyo a los procesos de reforma agraria a través de colaboraciones nacionales, regionales y globales, y la solidaridad internacional, para proveer asistencia y asesoría técnicas, inversión promoción de intercambios y monitoreo y evaluación del impulso de la Reforma Agraria y el desarrollo rural.

– Se fortalezca el papel del Comité Internacional de Planeación de ONG/OSC para la Soberanía Alimentaria (CIP) en el seguimiento de los acuerdos adoptados en esta conferencia.

– Se condene y se haga justicia para quienes criminalizan el pleno acceso a la tierra, el agua, el territorio y la biodiversidad.

Una plataforma para facilitar el proceso de la Reforma Agraria, con campesinos, que democratice la tierra y mejore las condiciones de vida en el campo, el mar y el territorio.

¡Globalicemos la lucha… Globalicemos la esperanza!

Fausto Tórrez es dirigente de la Campaña Global por la Reforma Agraria Vía Campesina