Solo el desierto del Sahara puede capturar suficiente energía solar para proveer toda la electricidad que necesita el planeta, pero su potencial está en riesgo a causa de la mala administración, alerta un informe divulgado en ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este lunes. «Los desiertos son una gran expansión de […]
Solo el desierto del Sahara puede capturar suficiente energía solar para proveer toda la electricidad que necesita el planeta, pero su potencial está en riesgo a causa de la mala administración, alerta un informe divulgado en ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este lunes.
«Los desiertos son una gran expansión de tierra, y tienen una enorme capacidad latente para proveer mucho, mucho más», señaló a IPS el vicedirector ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), Shafqat Kakakhel, durante la presentación en Londres del estudio «Global Desert Outlook» (Pronóstico Mundial de los Desiertos).
«El informe indica que un parque solar en el Sahara podría generar toda la energía que necesita el planeta. Por supuesto, hay muchas complicaciones, pero el potencial está allí», afirmó.
El estudio del Pnuma alerta que los desiertos están en riesgo por la mala administración de los gobiernos, el turismo, el cambio climático y, en especial, la acelerada caída de los niveles de agua.
«No hay duda que los niveles de agua en las reservas subterráneas de muchos desiertos están disminuyendo», dijo Kakakhel.
«Pero no sólo los niveles de agua en las reservas, sino también en los ríos que entraban a los desiertos y han sido desviados para ser utilizados en otros lugares (para irrigación), así como los glaciares que se derriten, ya que proveen un poco de agua ahora, pero cuando desaparecen es como cerrar el grifo. En verdad el agua se redujo de todos lados», añadió.
El informe hace una clara distinción entre los desiertos y la desertificación.
«No debemos confundir la desertificación, referida a las tierras áridas que están siendo degradadas, con los desiertos, ágiles y únicos ecosistemas con una gran diversidad de plantas y especies. Son dos temas separados», subrayó Kakakhel.
Por su parte, Andrew Warren, profesor de geografía en el University College London y uno de los autores del informe, dijo que por lo general hay una mayor preocupación por lo que se conoce como desertificación que por los desiertos en sí.
La desertificación «no es un gran problema. El tema es lo que sucede en los propios desiertos, que son ecosistemas muy sensibles y vastos, y son hogar de 500 millones de personas. No se trata necesariamente de desiertos que se propagan. El problema son las cosas que se agravan dentro del mismo desierto», explicó.
El peligro de la caída de los niveles de agua ya está sobre nosotros, alertó Warren.
«Pakistán está bajo una seria amenaza de (escasez de) agua, mientras el mayor lago en el (desierto estadounidense de) Colorado se está secando. Esto está ocurriendo ahora, y probablemente se pondrá peor», agregó.
Parte de esta degradación es consecuencia de la actividad humana. Los desiertos son cada vez más usados como zonas de entrenamiento militar, o para instalar prisiones o centros para refugiados.
Estas intrusiones hacen que muchas personas ingresen a las zonas desérticas, generando importantes ingresos y mejorando la infraestructura, pero dejando huellas en el ambiente, particularmente en lo referido al agua, ya que aumenta el consumo, señala el informe del Pnuma.
«En un mundo inseguro y competitivo, este tipo de inversiones continuarán, e incluso aumentarán», indica.
Para 2050, el crecimiento poblacional y el uso ineficiente del agua llevarán a algunos países más allá del límite de sus recursos hídricos, en particular Chad, Iraq, Níger y Siria.
En algunas áreas, los recursos renovables de agua estarán seriamente amenazados para 2025. Entre ellos se destacan los ríos Gariep, en África meridional, Grande y Colorado, en América del Norte, Tigris y Éufrates en Medio Oriente, y Amu Darya e Indus en Asia central.
«Una mejor administración de los recursos de agua será el gran desafío para el futuro de los desiertos «, indica el informe.
Por otra parte, el trabajo del Pnud destaca iniciativas como la instalación de centros para cultivo de peces y camarones en los desiertos de Arizona, en Estados Unidos, y de Negev, en Israel.
«Estas empresas ofrecen nuevos medios de sustento ambientalmente amigables para los habitantes locales», señala. http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=37681