¿Por qué se habla tanto de Cuba? Esta fue una de las frases con las que el periodista cubano Iroel Sánchez abría ayer en Gijón la presentación de su último libro, organizada por Izquierda Unida de Gijón y acompañado del concejal Jorge Espina. A través de un breve pero intenso recorrido por las más falaces […]
¿Por qué se habla tanto de Cuba? Esta fue una de las frases con las que el periodista cubano Iroel Sánchez abría ayer en Gijón la presentación de su último libro, organizada por Izquierda Unida de Gijón y acompañado del concejal Jorge Espina.
A través de un breve pero intenso recorrido por las más falaces y tópicas afirmaciones sobre Cuba, el escritor fue derribando -sin despeinarse y sin perder nunca la sonrisa-, una gran parte de ese credo popular que pinta a la isla como si fuera «el mismo infierno».
Iroel comenzó explicando la demonización que sufre Cuba y la «fiscalización» a la que se somete públicamente a quiénes defienden otros puntos de vista que contrastan con el «pensamiento único», cimentado en gran medida por los medios de comunicación de masas. Para ilustrar esto, la audiencia pudo ver la «entrevista» que se le realizó al cubano hace unos días en la televisión autonómica andaluza1.
Tras esto el periodista cubano mencionó tan sólo algunos casos en los que la manipulación, el uso tergiversado del lenguaje o sencillamente, la pura mentira, sirven a los mass media para atacar a la isla sin tregua. Como ejemplo citó el tratamiento de la información que se hace al hablar de temas como la emigración. «Según los medios, cuando uno se va de Cuba lo hace porque huye del socialismo o del comunismo, pero cuando uno se va de España es emigración. Y eso por no mencionar a quienes cruzan el estrecho para llegar a Europa, ¿de qué huyen ellos? Del socialismo seguro que no».
El periodista también habló de los medios de comunicación, llegando a interesantes conclusiones. «Los medios de comunicación funcionan hoy como la Iglesia durante el feudalismo: ambos marcan y regulan la conducta de las personas y dictaminan lo que está bien y lo que está mal».
El cubano se despidió con la esperanza de volver y ver su libro publicado bajo el sello de alguna editorial española, ya que de momento sólo se ha editado en Cuba.