Por si algún ingenuo albergaba dudas acerca de lo que se esconde detrás del proceso eufemísticamente denominado reordenación del sistema financiero español, la excursión del presidente del gobierno a países de tan honda raigambre democrática como Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, donde se aplican con tanto rigor conceptos como igualdad, justicia social y derechos […]
Por si algún ingenuo albergaba dudas acerca de lo que se esconde detrás del proceso eufemísticamente denominado reordenación del sistema financiero español, la excursión del presidente del gobierno a países de tan honda raigambre democrática como Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, donde se aplican con tanto rigor conceptos como igualdad, justicia social y derechos laborales, para ofrecer a precio de ganga participaciones de nuestras Cajas de Ahorros (previo desguace financiado con fondos públicos) debería ser suficiente para dejar claro el nivel de falta de criterio con el que se ha procedido a desmantelar lo más parecido a una banca pública nacional con que contábamos.
Que las entidades que han representado el ahorro popular durante decenas de años sean liquidadas de esta forma vil y ominosa, con las complicidades políticas, sindicales y mediáticas conocidas y ofrecidas en almoneda a especuladores, fondos de inversión y tiranuelos varios es una demostración del nivel de deterioro social al que estamos llegando.
Que quienes desde dentro (y muy arriba) de las Cajas las han llevado a la situación actual se estén blindado en las alturas de los nuevos bancos creados a partir de dicha situación sin que se les pida cuentas de su gestión anterior muestra que la crisis económica ha dejado al descubierto un intolerable nivel de podredumbre en los organismos encargados de controlar y vigilar a quienes administran el dinero de todos.
Por nuestra parte, además de continuar en la pelea (con la modestia de nuestros medios y capacidades) contra el proceso de privatización de las Cajas confiamos en que del mundo árabe nos lleguen elementos mucho más positivos que los fondos de rapiña que nuestros gobernantes están mendigando por esos mundos de Allah. Esperamos que, más pronto que tarde, se nos contagie el coraje y la dignidad de quienes, mediante la lucha popular, están derribando a los tiranos de toda laya que durante décadas han privatizado sus países en beneficio propio. Ojalá o, para ir haciendo prácticas, Inshallah.
P. D.: Ahora vamos entendiendo en toda su magnitud el reciente pacto social, en el que, como se dice vulgarmente, el gobierno y los sindicatos del régimen nos pusieron a todos los trabajadores mirando a la Meca.