«Mi día comienza muy temprano en la mañana cuando verifico que las plantas no se hayan dañado durante la noche. Entonces comenzamos a desmalezar, escardar y plantar», dice Aliannis Bonne Urgellés (19), de Artemisa, provincia de Cuba. Aliannis, que obtuvo un diploma en agronomía, es la miembro más joven de la Cooperativa de Producción Agrícola […]
«Mi día comienza muy temprano en la mañana cuando verifico que las plantas no se hayan dañado durante la noche. Entonces comenzamos a desmalezar, escardar y plantar», dice Aliannis Bonne Urgellés (19), de Artemisa, provincia de Cuba.
Aliannis, que obtuvo un diploma en agronomía, es la miembro más joven de la Cooperativa de Producción Agrícola Waldo Díaz Fuentes (CPA) en Güira de Melena, municipalidad donde se cosechan vegetales y plantas medicinales. El cuidado que da Aliannis a las plantas es importante en un área que sufre los efectos del cambio climático.
El sector agrícola cubano se ve afectado por la frecuencia y creciente intensidad de las sequías, la aridez del clima y un pronunciado déficit de agua, lo que influye en la producción agrícola y la cría de ganado. El país se enfrenta en estos momentos a la peor sequía de los últimos 115 años, y se estima que continuará en 2016. Además, los embalses de Cuba están muy por debajo de su capacidad (alrededor de un 38%).
Artemisa es una de las tres provincias donde la iniciativa del PNUD «Bases Ambientales para la Sostenibilidad Alimentaria Local» (BASAL), financiada por la Unión Europea y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, ayuda a reducir los efectos adversos del cambio climático. Esto se lleva a cabo a través de la gestión sostenible de los recursos naturales, aplicando tecnologías innovadoras en la agricultura e intercambiando las mejores prácticas entre los productores agrícolas.
La cooperativa de Aliannis emplea a 18 mujeres que saben cosechar productos agrícolas sin dañar el medio ambiente. Ello incluye la puesta en práctica de medidas de adaptación, como el uso sostenible y eficiente de los recursos naturales, la rotación del suelo y las cosechas, el uso de energías renovables, la gestión integrada de las plagas y desechos, el uso de fertilizantes orgánicos y la gestión del medio ambiente.
Con el fin de mitigar los impactos del cambio climático, el proyecto BASAL entrega variedades de semillas resistentes a las condiciones adversas del clima, como altas temperaturas y escasez de agua, bio-estimulantes y fertilizantes para mejorar la condición de la tierra. Estas semillas reflejan las características y requisitos de los tipos de ambiente y suelo que existen. Por ejemplo, en las municipalidades costeras de Los Palacios y Güira de Melena, los investigadores han llevado a cabo estudios sobre el terreno y se han reunido con los interesados locales para analizar la dinámica local, el hábitat y las corrientes costeras para determinar cuáles son las semillas más apropiadas.
Además de las medidas de adaptación, el proyecto también mejoró los sistemas de gestión de la información y estableció centros para compartir los conocimientos medioambientales y de producción. La Red de Información Agrometeorológica y de Producción recopila información (como cosechas y cantidad de plagas) y difunde los datos meteorológicos y herramientas que pueden ayudar a la producción agrícola, como consejos en materia de irrigación y avisos tempranos de sequía.
La cooperación Sur-Sur entre Cuba y Brasil, Bolivia, República Dominicana, Nicaragua, Colombia y Chile, así como entre las municipalidades, ofrece una oportunidad de compartir buenas prácticas agrícolas y experiencias exitosas, y hacer intercambios y sesiones de capacitación. Estas nuevas medidas será de gran ayuda a la hora de mejorar el sector agrícola y la seguridad alimentaria en un país que importa una gran parte de sus alimentos – 80 por ciento desde 2009.
El proyecto fue implementado en tres municipalidades: Los Palacios (cultivo de arroz), Güira de Melena (varios cultivos) y Jimaguayú (productos lácteos y carne), y beneficia a 90.000 personas. En el futuro, el proyecto espera ampliarse para abarcar 30 municipalidades adicionales de las provincias vecinas.
«Me encanta mi trabajo. Si es necesario, vengo a trabajar también los domingos. Gano bien, lo que me hace independiente económicamente», dice Aliannis, quien continúa estudiando para convertirse en una especialista en protección de plantas.
Fuente original: http://www.undp.org/content/undp/es/home/ourwork/ourstories/adapting-cuban-agriculture-helps-increase-food-security.html