El 29 de marzo de 2015, más de 500 personas protestaron contra el proyecto destructivo de represa de Ilisu en la ciudad de Dargecit (Turquía). Los manifestantes se planteaban dirigirse a la obra del embalse, pero se lo impidió la policía. Los manifestantes provenían de diferentes provincias afectadas por la represa. Se reunieron en la […]
El 29 de marzo de 2015, más de 500 personas protestaron contra el proyecto destructivo de represa de Ilisu en la ciudad de Dargecit (Turquía). Los manifestantes se planteaban dirigirse a la obra del embalse, pero se lo impidió la policía.
Los manifestantes provenían de diferentes provincias afectadas por la represa. Se reunieron en la pequeña ciudad de Dargecit desde donde querían marchar a las obras sitas a 12 km. Portaban pancartas con las consignas: «Vamos a comunalizar nuestra tierra, el agua y la energía y construir vida democrática y libre», «No a las hidroeléctricas y las represas», «Sin naturaleza, no hay vida» y «No queremos represas en Dargecit».
Los manifestantes exigieron que el Estado, las empresas y los trabajadores dejen de inmediato la construcción de la represa poque ésta sería un desastre social, ecológico y cultural para toda la región. Hatice Gevcan, copresidente de DBP de Dargecit, y un activista de la Iniciativa para Mantener Hasankeyf Viva, de Batman subrayaron además que la población de Dargecit y toda la región afectada está en contra del embalse de Ilisu y que en un período de negociaciones entre el movimiento político kurdo y el Estado turco este embalse tiene el potencial para aumentar el conflicto político y armado existente, como ya se ha probado en los últimos meses.
También un activista del Movimiento de la Ecología Mesopotámica destacó que el sistema capitalista considera a los seres humanos y a la naturaleza como objetos de explotación. Detrás de este enfoque se encuentra el Estado-nación que ha destruido por cientos de años la naturaleza y la cultura. En consecuencia, la lucha también debe estar contra el sistema político-económico existente.
Esta protesta fue parte de una jornada de acción contra las represas destructivas en el Kurdistán bajo dominio turco, coincidiendo con el día internacional contra los grandes embalses (14 de marzo) y fue coordinado por el Movimiento de la Ecología Mesopotámica de que es parte la Iniciativa para Mantener Hasankeyf Viva. En otros cinco lugares a miles de personas criticaron la política del Estado turco, que no toma en consideración la opinión de la gente de la región.
Antecedentes:
La presa de Ilisu, financiada por el BBVA a través de su subsidiaria GarantiBank, amenaza los medios de vida de hasta 80.000 personas, los sitios más ricos del patrimonio cultural, como el antiguo asentamiento de Hasankeyf de más de 10,000 años y el ecosistema fluvial del todavía vivo río Tigris. La construcción de la represa de Ilisu ha sido detenida en el pasado cuatro veces debido a diferentes razones, la última vez en el verano de 2014, pero el Estado turco ha continuado con la construcción y ha militarizado el lugar intensamente.
Iniciativa para Mantener Hasankeyf Viva