Más de 40 organizaciones de todo el Estado se concentraron ayer a las puertas del Teatro Fortuny de Reus (Tarragona) para mostrar su rechazo a la Sociedad Nuclear Española (SNE), invitada a un concierto junto con las autoridades, como parte del programa de su trigésima novena reunión anual que se celebra en estos días en […]
Más de 40 organizaciones de todo el Estado se concentraron ayer a las puertas del Teatro Fortuny de Reus (Tarragona) para mostrar su rechazo a la Sociedad Nuclear Española (SNE), invitada a un concierto junto con las autoridades, como parte del programa de su trigésima novena reunión anual que se celebra en estos días en la ciudad.
Los ecologistas denuncian la operación de marketing que supone este encuentro que trata de ocultar los graves problemas del sector nuclear en nuestro país. Una industria en decadencia desde hace décadas, acentuada a escala mundial con la crisis de Fukushima y que tan sólo se mantiene en nuestro país por el poder y la connivencia que mantienen empresas y organismos que, se supone, las vigilan.
«Volveremos a escuchar la retórica de siempre sobre los avances en seguridad, la necesidad de retomar los programas nucleares para responder a la crisis energética y su potencial para el crecimiento de nuestra economía y la generación de ocupación», señala Eloi Nolla, de Ecologistas en Acción, que añade «las mismas mentiras que durante años venimos desmontando con numerosos informes sobre la realidad de los hechos, sin ir más lejos, como los incidentes de las 3 centrales nucleares en Cataluña».
Contrariando el viejo discurso de energía moderna y de futuro de la SNE, las organizaciones ecologistas denuncian la decadencia tecnológica, social y económica de esta energía. No da respuesta a la gestión de los residuos radiactivos, ni a la seguridad, como es evidente, ni tampoco es rentable. La energía nuclear solo puede existir con la financiación masiva de fondos públicos, solo si la construcción corre a cargo de los Estados y si se le aseguran 30 años de funcionamiento, una vez amortizado el capital inicial. Solo entonces es «rentable».
El sector nuclear cita los 66 reactores en construcción en todo el mundo, dos tercios de los cuales se encuentran tan solo en 3 países (China, India y Rusia), con lo cual quieren mostrar la vigencia de esta tecnología cuando, en realidad, son proyectos que llevan varios años en marcha (algunos incluso más de dos décadas) con muchos retrasos y solo 3 se han llegado a poner en funcionamiento el año pasado.
No obstante, en la actualidad, las nuevas tecnologías renovables están ganando fuerza, lo cual demuestra un cambio fundamental en la política energética internacional y en las estrategias de inversión, también en China y en India. El cambio hacia las energías renovables ha estado especialmente promovido por las principales economías avanzadas en el mundo como es el caso de Alemania, donde la parada nuclear se ha complementado con la implementación acelerada de las energías renovables, con más de 3.000 MW de capacidad de energía solar fotovoltaica conectada con la red eléctrica en tan solo un mes. Como resultado, el precio por Kw solar instalado se ha reducido en tres cuartas partes en los últimos 7 años.
Los grupos concentrados ayer defienden las energías renovables como la única respuesta a los problemas de fondo de la actual crisis energética: el agotamiento de los combustibles fósiles, la contaminación y el cambio climático. Denuncian que el Gobierno Español cierra los ojos y toma la dirección contraria, autorizando el funcionamiento de las nucleares más allá de su vida útil, subvencionando los combustibles fósiles y autorizando nuevas exploraciones en la costa, por medio de la técnica de la fractura hidráulica, mientras da carpetazo a las políticas de energías renovables y limpias. La última «bomba» -en el extremo de lo absurdo-, el nuevo Decreto Real que penaliza el autoconsumo doméstico con energía solar fotovoltaica, retrato de la clara complicidad entre las grandes empresas eléctricas y el Gobierno.
Para los ecologistas, la retórica de estos días de la SNE no puede ocultar la «tozuda» realidad, ni el negocio de sus empresas permitir que nuestros Gobiernos incumplan sus obligaciones en relación a la seguridad y el avance urgente hacia un modelo de energía sostenible sobre fuentes renovables. Las centrales nucleares no tienen más futuro que su desmantelamiento inmediato.
Más de 40 organizaciones de todo el Estado se han concentrado ayer a las puertas del Teatro Fortuny de Reus (Tarragona) para mostrar su rechazo a la Sociedad Nuclear Española (SNE), invitada a un concierto junto con las autoridades, como parte del programa de su trigésimanovena reunión anual que se celebrar en estos días en la ciudad.
Los ecologistas denuncian la operación e marketing que supone este encuentro que trata de ocultar los graves problemas del sector nuclear en nuestro país. Una industria en decadencia desde hace décadas, acentuada a escala mundial con la crisis de Fukushima y que tan sólo se mantiene en nuestro país por el poder y la connivencioa que mantienen empresas y organismos que, se supone, las vigilan.
Traducido del catalán por Mariola Olcina
Fuente: http://www.radiostarterrassa.com/news.php?extend.1515.1