Confiar en futuras eliminaciones de carbono en lugar de recortes urgentes de emisiones ahora es como acercarse al borde de una cascada y en lugar de cambiar de rumbo y alejarse lo más rápido posible, confiar en que te va a recoger a mitad de caída una red que ni siquiera han construido.
Sequías, fuegos e inundaciones, olas de calor abrasador y malas cosechas, ya rozamos con los dedos la pesadilla climática. Sin embargo, la industria del petróleo y el gas, cual prestidigitador, se saca nuevos trucos de la chistera para mantener el flujo de combustibles fósiles. Un ejemplo es la influencia que ha tenido en los planes de la Comisión Europea para certificar las “eliminaciones de carbono”, una propuesta que se presentará el 30 de noviembre.
Una de las ideas fundamentales de la eliminación de CO2 es que podemos seguir extrayendo y quemando combustibles fósiles siempre que “eliminemos carbono” en una etapa posterior. La industria está utilizando esos planes para obtener aún más apoyo para la captura, almacenamiento y uso del carbono (CAUC), que es un componente clave de las fantasiosas tecnologías de eliminación de carbono que promueve la Comisión Europea.
Esto supone una distracción fatal que nos aleja de la acción climática real. La CAUC es una falsa solución tecnológica promovida por los grandes contaminadores, que les permite seguir contaminando, siempre que prometan capturar de alguna manera el CO2 que emiten de las centrales eléctricas fósiles o de las plantas industriales, y luego transportarlo y almacenarlo bajo tierra, o usarlo en otros procesos de producción. Sin embargo, tiene muchos y grandes riesgos, fallos y problemas, incluida la masiva cantidad de energía que requiere. Además del gran gasto público que supone.
La captura de carbono es una tecnología fallida que se ha presentado como una “solución futura” durante tres décadas, y todavía no existe a escala
En resumen, es una tecnología fallida que se ha presentado como una “solución futura” durante tres décadas, y todavía no existe a escala. Confiar en futuras eliminaciones de carbono en lugar de recortes urgentes de emisiones ahora es como acercarse al borde de una cascada y en lugar de cambiar de rumbo y alejarse lo más rápido posible, confiar en que te va a recoger a mitad de caída una red que ni siquiera han construido.
Presión del lobby fósil
Un nuevo informe publicado por Corporate Europe Observatory en colaboración con otros nueve grupos insta a la UE a rechazar la próxima propuesta sobre la certificación de la eliminación de carbono, ya que es otra manera que usa la industria del petróleo y el gas para mantener el flujo de combustibles fósiles.
The deadly climate gamble examina las respuestas de empresas como Repsol, Equinor, Eni y Shell, y lobbies como Eurogas y la Asociación Internacional de Productores de Petróleo y Gas (IOGP) a las consultas públicas de la Comisión Europea que allanaron el camino para la próxima propuesta. Estos grupos presionaron con éxito para obtener un apoyo masivo para la CAUC, como se ve en la comunicación de Ciclos de Carbono Sostenibles que canaliza grandes cantidades de dinero público, regulaciones favorables y da un lugar privilegiado a la industria a la hora de diseñar políticas.
Para poner un ejemplo de cuán inviable es esta “solución”, se estima que la industria de CAUC e infraestructura asociada necesitan ser en 2050 de dos a cuatro veces más grandes que la industria petrolera mundial actual
Esto es una locura, dados los enormes riesgos y costos ambientales, de salud y climáticos que conlleva la CAUC. Para poner un ejemplo de cuán inviable es esta “solución”, se estima que la industria de CAUC e infraestructura asociada necesitan ser en 2050 de dos a cuatro veces más grandes que la industria petrolera mundial actual.
Y el total de 28 instalaciones de CAUC operativas en el mundo tienen la capacidad de capturar solo el 0,1% de las emisiones de combustibles fósiles. Una cifra asombrosamente baja para algo que se presenta como una “solución climática”. Además, el 81% de ese carbono capturado actualmente se bombea para extraer petróleo que de otro modo sería inalcanzable.
El Tribunal de Cuentas Europeo criticó a la UE por canalizar 424 millones de euros en proyectos fallidos de CAUC. Sin embargo, la Comisión está ofreciendo generosos subsidios para nuevos proyectos.
Más economía fósil
Otro regalo que la legislación europea sobre captura de dióxido de carbono le hace a la industria de los combustibles fósiles son los planes para construir una red de infraestructuras para el transporte y almacenamiento de CO2, lo que nos atrapará aún más en una economía fósil. Además, la financiación pública para CAUC y para infraestructuras de CO2 es una pieza clave en los planesde la industria de hidrógeno ‘azul’, con los que también se aseguran mantener su modelo destructivo de negocio. Este hidrógeno se fabrica con gas fósil, con la promesa (siempre en el futuro) de que será “bajo en carbono” al capturar las emisiones.
Por todo ello es muy problemático que la Comisión haya puesto a la industria al frente de las políticas, por ejemplo a través del Foro de captura, almacenamiento y uso de carbono, que se reunirá en Oslo a finales de octubre. Dominado por la industria de los combustibles fósiles, el borrador del documento de visión sobre CAUC que el Foro está preparando para la Dirección General de Energía parece su lista a los Reyes Magos.
El último informe del IPCC es muy claro: la captura de CO2 “no puede servir como un sustituto de las reducciones profundas de emisiones”
Las empresas de petróleo y gas, y sus amigos responsables de la toma de decisiones en la UE, insisten en que necesitamos tecnologías de eliminación de carbono basadas en la CAUC para llegar al “cero neto” de emisiones. Sin embargo, el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático es muy claro: la captura de CO2 “no puede servir como un sustituto de las reducciones profundas de emisiones”, y solo los recortes rápidos de emisiones antes de 2030 pueden prevenir los efectos catastróficos de superar los 1,5 ºC.
Necesitamos que la UE adopte una política libre de combustibles fósiles, que la proteja de las demandas del lobby fósil. La Comisión debería abandonar los planes actuales de certificación de eliminación de carbono, no invertir fondos públicos en CAUC ni en la infraestructura que conlleva. Y la UE debe tomarse en serio el objetivo del ‘Cero Real’ de emisiones, con soluciones probadas, equitativas y reales, que pueden abordar de manera inmediata y justa la crisis que enfrentamos. Estas soluciones incluyen la eliminación gradual de la producción de combustibles fósiles, y la transformación de los sistemas energéticos.
Belén Balanyá. Corporate Europe Observatory