Recomiendo:
0

¿Qué tienen en común Haití, los países más sufridos y pobres de África y el área de la costa del golfo de México golpeada por Katrina?

Fuentes: Primera hora

En primer lugar, que la enorme mayoría de sus habitantes son negros. En segundo lugar, que la mayoría de esa población negra, pobre y marginada está compuesta de mujeres con niños. Una vez más queda confirmado, -esta vez, para vergüenza del llamado primer mundo, en su país más poderoso-, que la raza negra, el género […]

En primer lugar, que la enorme mayoría de sus habitantes son negros. En segundo lugar, que la mayoría de esa población negra, pobre y marginada está compuesta de mujeres con niños.

Una vez más queda confirmado, -esta vez, para vergüenza del llamado primer mundo, en su país más poderoso-, que la raza negra, el género femenino y la niñez siguen siendo las grandes víctimas de la injusticia social. Porque Katrina habrá sido un «fenómeno natural», pero lo que pasó en Luisiana y en Misisipi no fue natural. Fue el resultado de la indolencia y el prejuicio de los poderosos, que encontraron muy cara la inversión de $250 millones que faltaba para completar los proyectos del Cuerpo de Ingenieros en la zona, pero que se han gastado ya mucho más de $200 MIL millones en la guerra de Irak.

Y lo que pasó después de Katrina fue peor, mucho peor. Días enteros de inacción mientras la gente intentaba sobrevivir entre cadáveres y escombros, acorralada por el hambre, la sed y la desesperación.

Increíblemente, algunos de los países más chavaos, incluso de los afectados por el tsunami, han enviado u ofrecido ayuda a los iueséi. Y está cul que surja la solidaridad y que medio mundo quiera ayudar, pero, honestamente, ¿es necesario? Alguien que me explique por qué. ¿Por qué es necesario que el país más rico del mundo reciba ayuda económica de los países pobres para una emergencia, cuando está gastando cientos de millones semanalmente en una guerra que nadie entiende? ¿Por qué no se retiran de Irak y usan ese dinero, esos recursos humanos y tecnológicos, en la reconstrucción de Nueva Orleans y las otras zonas afectadas, en la rehabilitación de esas miles de personas que ya no tienen hogar, trabajo ni posesiones y en muchos casos perdieron a algún miembro de su familia? ¿Por qué se respondió tan tarde, si enviar aviones cazaguaréver y helicópteros de guerra al golfo Pérsico se hace en un santiamén?

A algunos medios de comunicación también se les vio la costura, y la búsqueda desesperada de comida y provisiones se convirtió en acto de «recuperación» para los blancos y en «saqueo» para los negros. Hubo muertes por el huracán y muertes por la falta de auxilio después del huracán, hubo agresiones, violaciones, asaltos, locura en ese almacén de almas olvidadas donde los metieron por más de una semana, sin aire, sin luz. Y como de costumbre, quienes más sufrieron el olvido, las vejaciones y las privaciones fueron las mujeres, los niños y los viejos, todos negros.

No estaban en Haití, ni en Somalia, ni en Etiopía, no estaban en la Ruanda, donde se cometió un genocidio que el resto del mundo ignoró. Estaban en los mismísimos Estados Unidos de América. Shéim on dem.