14 organizaciones sociales y ecologistas demandan mayor ambición en la revisión de la Directiva de Calidad del Aire. La Directiva de Calidad del Aire, un instrumento crucial para poder reclamar acciones que mejoren la calidad del aire y por tanto, la salud de las personas, se encuentra en estos momentos a debate en el Parlamento Europeo, y en breve se debatirá en el Consejo de la UE. La posición del Gobierno de España en este debate es fundamental.
La Directiva de Calidad del Aire, un instrumento crucial para poder reclamar acciones que mejoren la calidad del aire y por tanto, la salud de las personas, se encuentra en estos momentos a debate en el Parlamento Europeo, y en breve se debatirá en el Consejo de la UE. La posición del Gobierno de España en este debate es fundamental.
En una carta promovida por Salud por Derecho y firmada por catorce organizaciones sociales, ecologistas y de promoción de la salud, se pide al ministro de Sanidad y a la Vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico un compromiso firme para alcanzar una Directiva revisada que proteja la vida de las personas y el medioambiente.
– Una directiva plenamente alineada con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de 2021 sobre los valores límites de calidad del aire y el cumplimiento por parte de los países en 2030. Los contaminantes incluidos en estas directrices de la OMS incluyen: partículas finas (PM2,5 y PM10), dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y ozono (O3), este último incorporado con valores límites y no valores objetivo.
– Apoyar valores límite jurídicamente vinculantes – evitando exposiciones medias -, para reconocer y abordar las desigualdades en salud y proteger especialmente a los más vulnerables.
– Incluir una definición exhaustiva de los grupos vulnerables y susceptibles de acuerdo con la OMS, teniendo en cuenta que los factores de vulnerabilidad a los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud son diversos y pueden ser acumulativos.
– Reforzar la información pública sobre la calidad del aire como medida de salud pública que previene y protege. La información sobre la calidad del aire debe ser accesible, transparente e incluir mensajes relacionados con la salud dirigidos a los grupos vulnerables.
– Evitar mecanismos que permitan retrasos en el cumplimiento de la futura norma y posibles exenciones con valores límite asociadas a las numerosas opciones de aplazamiento de la versión actual del texto.
– Aumentar la densidad y representatividad de las estaciones de control. Los criterios para la ubicación de los puntos de muestreo deben incluir la representatividad de las desigualdades sociales, así como la exposición de grupos vulnerables y susceptibles, como viviendas sociales, escuelas, hospitales o residencias de ancianos. Además, se deben de incorporar las revisiones independientes.
– Apoyar el derecho de las personas, en su defensa del derecho a la salud, a su resarcimiento en los tribunales y a un sistema de sanciones en caso de incumplimiento de la directiva.
Enlace a la carta enviada.