Un día quiso saber e inmediatamente fueron a por él. Nunca le van a perdonar haber puesto en peligro su estatus. Nunca le van a perdonar que a través de lo que alguno ha llamado pantomima de juicio, los juicios de la vergüenza», el mundo haya visto, oído y conocido quiénes son, cómo piensan y […]
Un día quiso saber e inmediatamente fueron a por él. Nunca le van a perdonar haber puesto en peligro su estatus. Nunca le van a perdonar que a través de lo que alguno ha llamado pantomima de juicio, los juicios de la vergüenza», el mundo haya visto, oído y conocido quiénes son, cómo piensan y qué pretenden ocultar. Nunca le van a perdonar, nunca. Por eso el juez Marchena quiere ser el que de la puntilla al desclasado que le considera rendido. El juez Marchena quiere dejar todo atado y bien atado. El juez Marchena está esperando en el tercer juicio, porque el objetivo es acabar con Garzón: piden 20 años de cárcel, ¿quién?: los representantes del franquismo. El juez Marchena no ha admitido ninguna prueba de la defensa. Dos años llevan sin empezar el juicio, pero dicen que la aportación de pruebas puede retrasar el comienzo, la aportación de pruebas debilitaría «el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas», es lo que ha dicho el magistrado. Pero claro, es que las pruebas hacen evidente que toda la acusación es falsa: la prueba de error de la página de la Universidad de Nueva York donde se determina la financiación de los cursos, en ella se deja claro que garzón no tiene parte alguna. Tampoco el juez Marchena admite el testimonio de quien hace la declaración de la renta al juez caído, que confirma que no hay nada perseguible porque es correcta, y una cuenta que separa ingresos e intereses. El juez Marchena no quiere ni oír hablar de ello.
«Qué Dios guíe todos sus pasos».
Eso es lo que dijo el presidente del Tribunal Supremo y alto numerario del OPUS DEI al nuevo fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce, el día 30 de enero. «Qué Dios guíe todos sus pasos» es la señal de que no puede haber fiscales que no respalden al franquismo en sus denuncias, porque el fiscal del juicio al juez caído en desgracia pide ¡¡la absolución!!, y declara que las acusaciones contra Garzón son infundadas.
El tercer juicio es el tercer asalto. ¿Decíamos atado y bien atado?. La primera parte del combate va a tres asaltos. ¿Alguien cree que se va a frenar la lucha por la Verdad, la Justicia y la Reparación?
Vea lo que han hecho en el primer día del juicio contra la investigación de los crímenes franquistas: 1. Al testigo Ángel Rodríguez no le facilitaron la asistencia. Permaneció a la espera de su llamada durante varias horas fuera de toda previsión, lejos, sin saber si debía o no acudir. 2. La segunda de las medidas que el Tribunal puso en marcha fue requerir la concentración de la prueba, para lo que se suspendió la emisión del juicio por RTVE, una segunda medida, reducir el número de testigos de 22 a 12, y la tercera medida, que las personas asistentes no sean víctimas directas.
¿Atado y bien atado? Hemos visto que se puede desatar y ellos también lo han percibido. El escándalo les ha saltado en la cara, y a la prensa oficial se le terminan los argumentos tras la exposición pública del terror franquista. Querían dar un escarmiento y comprueban que después del franquismo hay vida todavía, entonces suspenden la emisión del juicio por RTVE, que no se pueda seguir para que el escándalo sea lo menor posible, además eliminan 10 testigos de los 22 aceptados, reducen las palabras que piden justicia casi a la mitad, y, por si fuese poco, para que no siga saliendo la palabra del pasado, quienes asistan a tales asuntos no serán las víctimas directas. No pueden seguir asistiendo al relato del horror franquista, ¿cómo poner un castigo si continua el relato del terrorismo franquista? ¿Quién no quiere, quién no puede permitir que el juicio se vuelva contra el franquismo? Los vigilantes están se encuentran en un estado de confusión. Cuando en la primera sesión del juicio contra los crímenes del franquismo, en eso se ha convertido, me contaron que, algún magistrado bostezaba, pensé en el nivel del que partían. El resultado de la primera sesión con la eliminación de la transmisión por RTVE, la eliminación de testigos, y la prohibición de que los asistentes sean víctimas directas, nos indica que en un solo día su aburrimiento se ha cambiado por un sentimiento bien distinto. ¿Quién cree que se va a frenar la lucha por la Verdad, la Justicia y la Reparación? Unir la Judicatura a Dios («Qué Dios guíe sus pasos», dice el Presidente del Tribunal Supremo, el mismo tribunal que juzga a Garzón, al nuevo fiscal general) es propio de jueces en otro mundo. Cuando los jueces se atribuyen la justicia divina, cuando dicen que el rey es nombrado por dios y queda al margen de toda responsabilidad entre los seres humanos, cuando ellos dicen que su labor es obedecer a Dios y hacer cumplir su ley, es que los seres humanos somos vistos como enemigos y están dispuestos a zanjar la disputa por la verdad dejando todo atado y bien atado. Pero ha llegado el tiempo en el que se aprecia que el nudo se puede desatar. Los crímenes del franquismo no prescriben, son crímenes contra la Humanidad, y ahora saben de ellos en todo el mundo.
¿Quién juzga al juez?
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», edita Fundación Domingo Malagón y Asociación Foro por la Memoria ([email protected])