Acaba de darse a conocer la noticia de la integración del Partido Feminista en Izquierda Unida, a través de una rueda de prensa en la que hemos podido ver a Cayo Lara junto a Lidia Falcón. Desde que leí La razón feminista siento una profunda admiración por la fundadora del Partido Feminista, que ha realizado […]
Acaba de darse a conocer la noticia de la integración del Partido Feminista en Izquierda Unida, a través de una rueda de prensa en la que hemos podido ver a Cayo Lara junto a Lidia Falcón. Desde que leí La razón feminista siento una profunda admiración por la fundadora del Partido Feminista, que ha realizado a lo largo de su vida una contribución difícil de igualar a los valores de la izquierda y el feminismo. Falcón es abogada, escritora, periodista y doctora en filosofía. Nuestro país tiene una deuda pendiente con ella, y con otras muchas mujeres, a las que no ha sabido, o no ha querido, reconocer su aportación al pensamiento y la cultura. Estoy convencido de que un hombre dotado de las mismas cualidades que ella hace tiempo que habría ganado el premio Príncipe de Asturias, aunque Falcón, tan republicana como es, quizás lo rechazaría, si es que algún día se acuerdan de ella. Son muchas las cosas que podríamos contar a su favor, pero tratándose de una noticia como esta, que llega en un ambiente preelectoral, creo que merece la pena centrarse en una sola.
Lo que tenemos que decir tiene que ver con la provocación del titular. Porque este no es un artículo a favor de IU, sino de Lidia Falcón. Quienes interpreten la entrada del Partido Feminista en IU como una claudicación de Lidia Falcón a favor de Cayo Lara se equivocan. Es al revés. Leamos la noticia con atención: «IU asume los planteamiento sobre la mujer del Partido Feminista«. Es decir, que si hay alguien a quien debamos felicitar, mucho más que a Cayo Lara, es a Lidia Falcón, por haber logrado que IU asumiera sus planteamientos políticos. Y la prueba más gráfica la encontramos en un artículo que Falcón publicó a principios de este año, «La Transición fue una traición«, un texto de dos páginas y media donde pone como hoja de perejil al coordinador general de IU por unas declaraciones en las que defendió que la Transición no fue un pacto de élites (se hizo lo que se pudo, vino a decir). Y aquí tenéis a Cayo Lara, varios meses después, sentado a la izquierda de Lidia Falcón, quién sabe si tragando sapos y culebras, o rezando en secreto para que el tema de la Transición no salga en la rueda de prensa. Porque a Falcón, que no tiene pelos en la lengua, si le preguntan, responde. Y el relato que tiene de la Transición se parece más al de Pablo Iglesias que al de Cayo Lara.
Muchos que lean esta noticia pensarán que el «fichaje» de Lidia Falcón dice mucho a favor de IU. Pero yo creo que es al revés. Lidia Falcón ha tenido 30 años para irse a IU, y si no lo ha hecho, ha sido porque desde el principio ha tenido claro que el feminismo no es algo que fiche por nadie, sino que muy al contrario, es el feminismo quien ficha a la gente. Lo que podemos decir a favor de IU es que algo ha tenido que hacer bien para que el Partido Feminista decida integrarse en ella, y que algo ha tenido que hacer mal para que tardara treinta años en hacerlo.
En fin. Todavía falta mucho para que los niños y niñas de nuestro país aspiren a ser de mayores como Lidia Falcón, y no como Piqué o Shakira. Pero no debemos perder la esperanza. Quizás algún día el partido de Lidia Falcón nos salve de la disputa por los «fichajes» entre Podemos e IU realizando una opa hostil sobre Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Quién sabe. A lo mejor la verdadera candidatura de unidad popular es presentarnos todos y todas bajo la bandera del Partido Feminista. Pero seamos sinceros. El «quién sabe» sobra. Lo sabemos. Y no lo hacemos.
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