50 años de cárcel es el total de las condenas solicitadas por la fiscalía, recientemente hechas públicas, contra nueve personas detenidas en Madrid hace dos años en una movilización «por una vivienda digna». DIAGONAL : ¿Cómo y cuándo se produjeron las detenciones? CRISTINA CASTILLO SÁNCHEZ : Las manifestaciones por la vivienda digna comenzaron como sentadas […]
50 años de cárcel es el total de las condenas solicitadas por la fiscalía, recientemente hechas públicas, contra nueve personas detenidas en Madrid hace dos años en una movilización «por una vivienda digna».
DIAGONAL : ¿Cómo y cuándo se produjeron las detenciones?
CRISTINA CASTILLO SÁNCHEZ : Las manifestaciones por la vivienda digna comenzaron como sentadas convocadas por internet. Yo asistí a la segunda que hubo en Madrid, el 21 de mayo de 2006. Reunió en Sol a unas 2.000 personas. Desde el primer momento, todas las calles de salida de la plaza estaban cortadas por grandes filas de antidisturbios que negaban el paso. Pasaron un par de horas en las que permanecimos sentados de forma pacífica, manifestándonos. Desde el inicio, la policía se comportó de forma agresiva, llegaron incluso a tirar al suelo a un chaval, y a patearle todo el cuerpo, hasta la cabeza. Después de presenciar diversas agresiones de este tipo, la gente comenzó a ponerse nerviosa y a asustarse. El clima era de un desconcierto absoluto, sobre todo porque no hubo ningún ataque previo por parte de los manifestantes Días más tarde en otras movilizaciones hubo más detenidos -ocho y luego tres- pero las acusaciones en su contra han quedado en faltas. No existe justificación alguna para este trato dispar. Supongo que fuimos los primeros, y quisieron cortar de raíz una protesta, que de triunfar, podía tocar un tema muy sensible, donde hay mucho dinero e intereses en juego.
D. : ¿De qué se os acusa?
C.C.S. : A mí se me acusa de desórdenes públicos (dos años de cárcel de petición fiscal) y de atentado a la autoridad (tres años y dos meses). No estamos todos en la misma situación, hay dos compañeros a los que se le acusa de lo mismo, pero les piden un año más de condena. También nos impusieron medidas cautelares extremas, teníamos que ir los nueve a firmar cada 15 días a los juzgados. Después de un año firmando, nuestros abogados consiguieron que nos lo dejaran en una vez cada dos meses. Y así estamos desde hace dos años. El juez justificó esto en la posible fuga del país, sabiendo de sobra que era desproporcionado. El fiscal ha pedido lo máximo posible para tener con qué jugar en el juicio, pero supongo que no pisaremos la cárcel, ya que no tenemos antecedentes penales. Lo más probable es que tengamos que pagar multas cuantiosas.
D. : ¿Cómo os habéis organizado?
C.C.S. : No nos conocíamos de nada anteriormente, fuimos detenidos en diferentes lugares. Sólo había dos chicas de las tres que somos, que eran amigas. El resto nos conocimos en comisaría. A partir de la detención, nos unimos y nos organizamos, creando un grupo, y reuniéndonos en asambleas. Actualmente, el grupo de apoyo a los detenidos (detenidosporunavivienda. org) cuenta con la colaboración de gente no detenida, incluso madres y padres, y compañeros militantes en otras organizaciones. que trabajan junto a nosotros.
D. : Las manifestaciones de solidaridad con las personas detenidas no han sido masivas…
C.C.S. : En cierto modo es normal, el movimiento no ha alcanzado a estructurar una esfera pública propia sólida lo que implica que, pasado el tiempo tras las grandes movilizaciones, conseguir sacar a la calle a la gente por motivos represivos es una barrera añadida, puesto que se percibe como pura muestra de solidaridad, donde aparentemente no se ‘gana’ nada por acudir.
D. : Tras las sentadas ¿queda un movimiento por la vivienda?
C.C.S. : Precisamente tras las sentadas comenzó el movimiento por la vivienda como algo organizado políticamente, con asambleas periódicas. De eso hace dos años, llegó a la cumbre y tal vez volvió a caer. Ahora mismo no son muy visibles, pero si lo han sido, y tal vez lo vuelvan a ser. Su utilidad se encuentra en su capacidad de indagar en la temática de la precariedad.