La realidad cotidiana, ya sea por habitual o por ser aceptada de forma rutinaria, suele llegar a difuminar en muchas ocasiones su verdadera cara, muchas veces terrible, y es necesario recurrir a lo exagerado o a lo caricaturesco para recapacitar sobre su esencia. Ramón María del Valle-Inclán utilizó el esperpento como método para mostrarla. Conocido […]
La realidad cotidiana, ya sea por habitual o por ser aceptada de forma rutinaria, suele llegar a difuminar en muchas ocasiones su verdadera cara, muchas veces terrible, y es necesario recurrir a lo exagerado o a lo caricaturesco para recapacitar sobre su esencia. Ramón María del Valle-Inclán utilizó el esperpento como método para mostrarla. Conocido principalmente por crear y popularizar esta forma de escritura la vida del gallego tuvo muchas más aristas y vertientes que esa.
Nacido en 1866, el 5 de enero del año actual se cumplen los 75 años de su fallecimiento. El hecho de pertenecer a una familia poseedora de títulos nobiliarios, aunque en franca decadencia por aquel entonces, es un detalle que tendrá importancia en la biografía del escritor y que marcará algunas de sus contradicciones vitales.
Al igual que sucede con otros muchos intelectuales, pasa su época estudiantil sin pena ni gloria y es en su fase universitaria, a la que llega obligado por presiones paternas para estudiar derecho en Santiago de Compostela, donde comienza a sentirse atraído por la vida bohemia, la literatura y sobre todo por las charlas y tertulias encendidas. Es la muerte de su padre la que le libera de sus obligaciones «estudiantiles» y se marcha a Madrid, cambiando las pacaterías de su Galicia natal por la francachela y supuesta libertad de la capital.
Será en su viaje fugaz por México el momento en que se acerque a los postulados del modernismo y cuando cree su reconocible personaje, con aspecto de dandy, larga barba y sobre todo una dialéctica particular con gusto por las discusiones y enfrentamientos (a raíz de una de ellas quedaría manco). De nuevo en España recorre las tertulias y cafés desarrollando su obra y haciéndose un hueco entre la intelectualidad de la época.
A pesar de haber sido adscrito a la, ya de por sí heterodoxa, generación del 98, es más como consecuencia de compartir una misma época, unas compañías comunes y cierta idea a la hora de reflexionar sobre España que por sus características literarias, que irán evolucionando con el paso de los años.
Su primera época esta ligada al modernismo e ideológicamente al carlismo tradicional. Su trabajo con el lenguaje y su pasión por la forma y por la belleza «per se» se deja ver en su creación poética y sobre todo en sus «sonatas» («Sonata de otoño», «Sonata de estío», «Sonata de primavera» y «Sonata de invierno»). A lo largo de todas ellas se representa la vida de un marqués ficticio, relatando a través del transcurso de las estaciones su sentimientos y deseos.
Entre esta época y las más reconocida suya, en la que utilizará el esperpento, hay un momento de transición. Durante esos años intermedios varios son los acontecimientos vitales que sufre, desde el matrimonio con la actriz Josefina Blanco hasta la muerte de uno de sus hijos. La llegada de la I Guerra Mundial también hace mella en la conciencia del autor decantándose claramente por el bando aliado y escribiendo un ensayo sobre lo que sucedía en el campo de batalla (estuvo algún tiempo como observador). Sus obras en este periodo se van alejando del formalismo y la preocupación total por la estética y paulatinamente se va acercando a una forma más social que más tarde desarrollará del todo. Así se demuestra en las trilogías «La Guerra Carlista» y «Comedias bárbaras».
El periodo «esperpéntico» de Valle-Inclán será el más famoso y en el que se encuadran sus obras más conocidas y de mayor interés. «Farsa y licencia de la Reina castiza» y «Divinas palabras » sirven de prólogo a la que será una de las obras de teatro de mayor éxito, «Luces de Bohemia», protagonizada por uno de los personajes más carismáticos, Max Estrella, un bohemio que vaga por la ciudad de Madrid reflexionando sobre su entorno y topándose con todo tipo de personajes descritos bajo el tamiz de los espejos cóncavos de la calle del gato. En el ámbito de la novela será «Tirano Banderas» la que sea representativa de esta época estilística. Un libro complejo, dificultoso y en la que describe a un dictador latinoamericano de forma furibunda. Uno de sus últimos proyectos, y el más ambicioso pero inacabado, es «Ruedo Ibérico», que pretendía aglutinar la historia de España desde el mandato de Isabel II.
El cambio en su forma de entender la literatura también tuvo su prolongación en lo referente a su compromiso político que se manifestó, a su manera cáustica, en su oposición al régimen de Primo de Rivera. Más tarde participaría en la creación de Alianza Republicana y todo ello derivaría en su apoyo total a La República, llegó a tomar parte de las listas del Partido Radical de Lerroux. Además también mostró su solidaridad internacional creando asociaciones como la de Amigos de la Unión Soviética.
Ramón María del Valle-Inclán moría el 5 de enero de 1936. Un autor difícil de encuadrar tanto en lo artístico como en lo personal. Contradictorio en alguno de sus episodios vitales (nunca pudo ni quiso deshacerse de su pasado aristócratico), su evolución artística e ideológica junto a su fuerte personalidad le llevó a ser una de las miradas más originales de una España decadente y reaccionaria contra la que el escritor gallego se enfrentó en multitud de ocasiones.
Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article21085