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Entrevista con Antonio Maira, cofundador y miembro del Colectivo militar Anemoi (y II)

«Reclamamos un proceso constituyente desde abajo, desde los sectores en lucha contra el Régimen de la Transición por su carácter antidemocrático y antipopular»

Fuentes: Rebelión

«Nos declaramos antifranquistas, antifascistas y antiimperialistas. Nuestro Manifiesto es el resultado de esa confluencia de análisis sobre nuestra historia y de una experiencia muy larga»

Leer la primera parte de esta entrevista: «La conquista pacífica de los cuarteles, en la que está trabajando intensamente Anemoi, debe culminarla el pueblo«, publicada ayer.

P.- ¿Cuáles son los principales objetivos de Anemoi?

Antonio Maira [1].- Están definidos claramente en el Manifiesto «Las Fuerzas Armadas con el pueblo» y en los comunicados anteriores. Reproduzco textualmente cuatro párrafos del Manifiesto: «Las Fuerzas Armadas con el pueblo». Las dos primeras resumen el primer objetivo fundamental:

«Se plantea pues, en primer lugar, la necesidad de neutralizar la posibilidad de intervención militar cuando la revuelta popular resulte irresistible, cuando el choque social se agudice».

«En situaciones como la actual, en las que existe un conflicto abierto entre las instituciones y las aspiraciones del pueblo, es preciso un proceso constituyente en el que descanse la legitimidad democrática. Este proceso debe ser absolutamente respetado y apoyado por la institución militar en su conjunto«.

Y las dos segundas avanzan los instrumentos que hacen posible ese objetivo:

«La obediencia de las FAS al Rey debe ser definitivamente quebrada. Únicamente es aceptable que la Jefatura de las Fuerzas Armadas recaiga en quien que haya sido democráticamente elegido. La III República es, pues, inaplazable.

«La defensa de la soberanía exige la salida de nuestro país de las alianzas militares -la OTAN y todo el sistema de alianzas ad hoc que los EEUU y sus aliados están utilizando para la realización de su política imperialista- y la eliminación inmediata de todas las bases e instalaciones extranjeras en nuestro territorio.

Bien analizado el Manifiesto es varias cosas a la vez: un «manifiesto llamada», un «manifiesto-garantía» y un «manifiesto-programa» con las condiciones mínimas para que sea posible el retorno de la soberanía al pueblo. Así que el propio Manifiesto orienta hacia objetivos posteriores al primero que hemos definido.

P.- Ustedes se reclaman republicanos ¿Qué tipo de República reivindican?

A.M.- Reclamamos una República Federal pero, advertimos: la soberanía de la que hablamos nosotros es de la soberanía popular. Son los pueblos que componen el estado los que acordarán la nueva estructura republicana. Tal vez habrá que recordar las palabras con las que Macià se dirigió a la multitud concentrada en la plaza de Sant Jaume y proclamó, el 14 de abril de 1931, en nombre del pueblo de Cataluña, «L’Estat Català, que amb tota la cordialitat procurarem intergrar a la Federació de Repúbliques Ibèriques«.

En primer lugar reclamamos un proceso constituyente desde abajo, no desde los poderes constituidos. Desde abajo quiere decir desde los sectores en lucha contra el Régimen de la Transición, con su carácter antidemocrático y antipopular. Desde abajo quiere decir desde las nuevas fuerzas populares, políticas o sociales, que están en proceso de «organización y convergencia en lucha contra el sistema». El nuevo estado tendrá que surgir desde la unidad de lucha y después de un proceso de negociación.

Por eso hemos manifestado nuestro apoyo a la Marcha de la Dignidad del 22 de marzo. También pensamos que es irrenunciable el derecho de autodeterminación de los pueblos para construir, desde la auténtica libertad un escenario político común. En las condiciones políticas actuales reivindicamos una República Federal construida desde abajo, como máxima expresión democrática.

P.- ¿Son ustedes una organización reconocida legalmente? ¿De dónde viene el nombre de Anemoi?

No somos una Asociación. Somos simplemente un colectivo. Las Asociaciones solo son legales para los militares en activo y para la defensa estricta de sus intereses profesionales: la AUME es la más numerosa de ellas y la que cuenta con mayor número de miembros: hombres y mujeres.

En los últimos tiempos la AUME ha alcanzado enorme notoriedad. La defensa de los intereses profesionales de sus miembros y la exigencia de libertad de expresión para los militares, ha llevado a varios de sus dirigentes a fuertes conflictos con el poder militar. Jorge Bravo su presidente ha sido varias veces arrestado y tratado como un delincuente.

Anemoi es un simple Colectivo de militares sin estatuto jurídico alguno. En realidad somos un estado de opinión, el resultado informal de un proceso de identificación y de confluencia, algo evanescente pero muy penetrante: viento del pueblo.

Anemoi es una palabra griega que se refiere a todos los vientos. En principio distinguían los vientos de los cuatro puntos cardinales, cada uno con su nombre y sus características. Después incorporaron a esos cuatro vientos principales, cuatro vientos más de los cuatro cuadrantes. Ya eran ocho los vientos de Anemoi. Pero en cada lugar -los griegos eran un pueblo navegante pero también con una gran diferenciación territorial- los vientos tienen distintos nombres y características de modo que el número de vientos se multiplica casi indefinidamente. Así ocurre en nuestro país.

Para nosotros Anemoi son los vientos del pueblo. Los que nos empujan, los que nos arrastran, los que gritan o susurran: las voces olvidadas del pueblo. Hemos asumido el deber de recogerlos y soplarlos hacia los cuarteles. Por eso, junto a nuestro anagrama nos identificamos con el poema «Vientos del pueblo me llevan» de Miguel Hernández, del que solemos citar como lema la primera estrofa: «Vientos del pueblo me llevan,/vientos del pueblo me arrastran,/me esparcen el corazón/y me aventan la garganta«.

P.- ¿No temen infiltraciones?

A.M.- En realidad somos nosotros los que infiltramos. O, mejor dicho, el pueblo con un poco de ayuda de Anemoi.

Eso hace el viento, por todas las rendijas. Las «infiltraciones» las temen realmente ellos. El viento del pueblo les va a llegar por todas partes: como brisa imperceptible, con el aire que respiran o como viento huracanado. Les va a llegar con sus hijos desempleados, con sus familias precarizadas, con sus familiares más próximos multados, golpeados o fichados. Pueden combatir al viento con botes de humo, con mangueras de agua, pinchando las redes o los teléfonos, rodeando bases y cuarteles de alambradas. Da igual, el viento entrará de todas formas.

Tememos infiltraciones de otro tipo, aunque estamos aprendiendo a ser muy cuidadosos. Y tememos las provocaciones aunque cada vez nos sentimos más protegidos. En la presentación de Anemoi en el CAUM de Madrid intentó infiltrarnos una organización llamada Bandera Negra. Nos envió una oferta de «protección jurídica» de un grupo de abogados con un Manifiesto de tono libertario pero muy pasado de rosca. Les contestamos con cortesía (no sabíamos quienes eran). Volvieron a presentarse en el Acto público y firmaron la lista de organizaciones que querían recibir información sobre Anemoi. Dos días después Público.es y laRepública.es denunciaron quienes eran realmente el grupo B.N. y quienes sus dirigentes. Los denunciamos públicamente para proteger a nuestros invitados al acto. Ellos que firmaron la lista de direcciones en último lugar podrían intentar engañar a otros pequeños colectivos, tal como habían estado a punto de engañarnos a nosotros.

Hubo también otro intento de infiltración «de manual» en el que, estuvimos a punto de ponernos al alcance de los jueces militares. Es de explicación más compleja. Provocó diferencias de opiniones entre los responsables de leer, analizar y contestar nuestro correo electrónico. Las dos denuncias fueron colocadas y retiradas al cabo de unas horas. Trabajábamos en la gestión del correo electrónico del colectivo a cuatro manos. La segunda infiltración -más bien, provocación- estuvo montada, a mi juicio, por el CNI. Nos implicaba, como de pasada, en una oferta de trabajo de «proselitismo» dentro de las FAR. Había otras coincidencias en el texto muy sospechosas En todo caso yo soy el principal responsable de aquellas vacilaciones. Tengo más experiencia en la Red que mis compañeros, y más datos sobre este tipo de infiltraciones y sus posibles gravísimas consecuencias.

Quién no se acuerda del asesinato de Carlos Palomino, un joven de 16 años en el Metro de Madrid, y de las enormes movilizaciones populares que llevaron a la identificación del asesino, un militar profesional, por cierto.

P.- ¿Por qué han irrumpido en el espacio público en estos momentos? ¿Hay alguna cuestión que les preocupe especialmente?

-Crisis económica «catastrófica». Descarga de la crisis sobre los más pobres, pérdida de todos los derechos de los trabajadores y trabajadoras, pobreza e indigencia.

-Preparación sistemática de un conjunto de leyes represivas «integradas» que pretenden criminalizar, reprimir, levantar ficheros policiales de los dirigentes populares, encarcelar y anular toda posibilidad de resistencia.

-Saqueo del país e impunidad. El pueblo ha llegado a la conclusión de que la gestión pública es, en realidad, un acuerdo de intereses entre empresarios que ordenan y políticos que obedecen; y que todas las decisiones públicas determinan pagos de comisiones, irregularidades administrativas, dinero en negro. El estado se ha arruinado y los financieros, empresarios, políticos, miembros de los distintos poderes del Estado, con toda la cadena de gobiernos regionales, locales, etc. Se «han puesto las botas». No todos, naturalmente, pero si una cantidad tan enorme «que han hecho de la corrupción, virtud».

-Carencia de legitimidad de un estado que se ha convertido en un Régimen corrupto y antidemocrático. La Monarquía ha ejercido un papel básico en la estructuración de este Régimen y en la determinación de los «niveles aceptables» de corrupción, así como en el apoyo a la política internacional de Washington. Pero aquí, al revés que en Zalamea: «Del Rey abajo, todos». ¿Puede haber un diálogo más cínico que el que sostuvieron Artur Mas y Felipe González hace unos días, para «canalizar» el proceso soberanista de Cataluña?

-Aparición de amenazas, consentidas, de altos mandos militares sobre una inminente intervención de las FAR en Cataluña, si proseguía el «proceso soberanista».

En nuestro Manifiesto, Daniel, encontrarás un análisis de la situación, unas propuestas inmediatas para evitar el desastre social y económico en el que vive y vivirá nuestro pueblo, y, sobre todo, una llamada al «cambio radical pacífico» para que empiecen a resolverse las cosas. Puedo decirte que llevamos más de un año de trabajo público y continuo. Cada uno de nosotros ha aportado su experiencia y todos hemos aprendido. Pero eso no ha salido de la nada.

En mi caso concreto puedo decirte que antes de dar este paso, he participado durante tres años en el análisis de la situación económica, social y política, analizando posibles estrategias de lucha; casi dos años más volcado en un trabajo en Cádiz en el que participaban casi todos los colectivos sociales, organizaciones políticas y ONG’s. Finalmente, varios compañeros confluimos en la necesidad de trabajar en el «problema militar». Poco a poco fue surgiendo Anemoi. No somos fruto de un día. Somos el resultado de una reflexión muy larga y un compromiso muy serio con nuestro pueblo.

P.- Hablan ustedes de unas fuerzas armadas que deben estar con el pueblo ¿Qué significa eso para ustedes? ¿En qué autores, en que concepción de las fuerzas armadas se inspiran?

A.M.- Nos inspiramos en la historia de este país durante los últimos noventa años, por decir una cifra ampliable hacia atrás. Nos declaramos antifranquistas, antifascistas y antiimperialistas. Nuestro Manifiesto es el resultado de esa confluencia de análisis sobre nuestra historia y de una experiencia muy larga. Hablamos de la fusión del pueblo y de las FAR pero no se trata de un pueblo abstracto.

Hablamos de los militares que participaron en la defensa de la II República contra el franquismo y el fascismo, hablamos de la UMRA (Unión Militar Republicana Antifascista) que se formó para la defensa de la segunda República contra el inminente golpe militar y que integró a militares de distintas ideologías (todas de izquierda y republicanas), hablamos de los militares que encuadraron a las milicias populares y que fueron vitales para la formación del Ejército Popular; hablamos de la U.M.D., de su funesta disolución y de la larga lucha de muchos de sus miembros; hablamos de las condiciones internacionales en las que se desarrollará la lucha de los pueblos contra el neofascismo y el imperialismo de EEUU y sus aliados.

De todo eso y de la lectura o relectura de textos de historia; de la observación de lo que ha pasado en los últimos años y sigue pasando ahora mismo, surge y se va definiendo Anemoi. No ha habido nunca un Colectivo que nace en un momento preciso. Anemoi ha ido naciendo y sigue naciendo y creciendo. Eso sí, Anemoi no retrocede en sus concepciones, avanza, avanza con el pueblo.

Hay unas frases muy significativas en nuestro Manifiesto, que creo que responde a tu pregunta: «La soberanía corresponde al pueblo, comoquiera que ésta se exprese. Su defensa también. Las FAS son del pueblo, se deben al pueblo y obedecen al pueblo». «Las FAS están para defender la soberanía popular, nunca para condicionarla o doblegar su voluntad de cambio real. La criminalización de las legítimas protestas populares y la intervención represiva de las FAS son absolutamente inaceptables». «En situaciones como la actual, en las que existe un conflicto abierto entre las instituciones y las aspiraciones del pueblo, es preciso un proceso constituyente en el que descanse la legitimidad democrática. Este proceso debe ser absolutamente respetado y apoyado por la institución militar en su conjunto».

P.-¿No tienen miedo a la represión? El Régimen antidemocrático que ustedes denuncian no se va a quedar parado ante un intento como el suyo.

A.M.- La represión nos amenaza a todas las personas -hombres y mujeres- que luchamos por un mundo mejor. A nosotros también.

Estamos hablando de un Régimen autoritario y antidemocrático en marcha acelerada hacia el fascismo. En nuestro Comunicado: «Denunciamos la Ley de Seguridad Privada, como la instauración de ‘cuerpos parapoliciales’ al servicio de la oligarquía y de su Régimen antidemocrático«, hemos explicado cómo se va cerrando el sistema represivo hasta no dejar ninguna fisura.

La reforma del Código Militar va a incluir a civiles entre los posibles actores de delitos militares y no, en caso de guerra declarada aprobada por el parlamento, sino también en caso de «guerra no declarada». Así pues cualquier civil que ponga de manifiesto o denuncie actividades «irregulares de las tropas» podrá ser procesado por un Tribunal Militar por «colaboración con el enemigo», «poner en riesgo las operaciones militares» y delitos por el estilo.

Nosotros, militares jubilados, podremos ser juzgados por «traición» porque al delito anterior pude sumársele el agravante de que «criticamos las operaciones militares y además, como militares, proporcionamos información que puede ser útil al enemigo». Por ahí ronda el delito de traición, que no es ninguna broma.

Por cierto esa amenaza también ofende, humilla, y degrada a los militares profesionales en activo: ¿Quién puede olvidar el accidente del Yak, con 62 militares españoles muertos, irregularidades dantescas en la investigación y unas responsabilidades limitadas al mínimo?, pese al enorme esfuerzo de denuncia de amigos y familiares. ¿Qué se resuelve con el silencio? El máximo responsable de todo aquello está de embajador en Londres: Federico Trillo.

P.- Por cierto, déjenme retroceder un poco en el tiempo. ¿Qué opinión tienen ustedes del intento democratizador de la UMD? No era fácil hacer lo que hicieron en aquellos años.

R.- No, era muy difícil. En realidad los miembros de la UMD se jugaron la vida. Fue realmente un asunto circunstancial el que alguno de los detenidos en agosto de 1975 no la perdiese «accidentalmente», durante la «detención» o en un supuesto «intento de fuga».

La circunstancia principal fue la inmediata enfermedad de Franco. Otras circunstancias fueron la ignorancia del Régimen franquista sobre la verdadera entidad que tenía aquel movimiento. La presencia accidental de uno de los miembros de la U.M.D en París, en aquél momento, fue también providencial.

El entonces capitán Domínguez denunció las detenciones y provocó una inmediata reacción internacional a favor de los militares detenidos. Por supuesto la inmediata solidaridad que se creó en torno de Luis Otero y sus compañeros, entre todos los sectores sociales que ya se oponían decididamente al franquismo fue otro elemento clave. La fase previa al juicio y los largos meses de cárcel fueron realmente terribles.

El intento democratizador hubiese avanzado mucho más si los partidos de izquierda no hubiesen presionado a la U.M.D. para la «autodisolución». Aquello cercenó a un movimiento en fuerte crecimiento y nos condujo directamente al 23F. Fue una de las traiciones de las que hablábamos antes. Como el hecho de que los militares juzgados, condenados y encarcelados fuesen excluidos de la amnistía. Solo se les permitió volver a los cuarteles cuando ya no tenía ningún sentido. Les negaron mandos y destinos. Fue una verdadera infamia.

P.- En cuanto al 23-F. ¿Qué pasó realmente aquel febrero de 1981?

R.- Esencialmente lo que contaron en el programa de Jordi Évole «Operación Palas» del otro día. Évole está muy bien informado. Hace varias semanas apareció en la red un informe muy bien documentado y muy completo del Coronel Diego Camacho sobre el 23F, con vídeos, audios y documentos originales. En él aparecen los documentos manuscritos de la «Propuesta de Gobierno que Armada presentó a Tejero», y del «Pacto del capó» que firmaron Armada y el propio Tejero.

La relación del «Gobierno Armada» es muy significativa y no me resisto a reproducirla completa:

Presidente del Gobierno: General Alfonso Armada

Vicepresidente para Asuntos Políticos: Felipe González (PSOE)

Vicepresidente para Asuntos Económicos: José María López de Letona (Banca)

Ministro de Asuntos Exteriores: José María de Areilza (Coalición Democrática)

Ministro de Defensa: Manuel Fraga (Alianza Popular)

Ministro de Justicia: Gregorio Peces Barba (PSOE)

Ministro de hacienda: Pío Cabanillas (U.C.D)

Ministro de Interior: General Manuel Saavedra.

Ministro de Obras Públicas: José Luis Álvarez (U.C.D.)

Ministro de Educación y Ciencia: Miguel Herrero de Miñón (UCD)

Ministro de Trabajo: Jordi Solé Dura (PCE)

Ministro de Industria: Agustín Rodríguez Sahagún (UCD)

Ministro de Comercio: Carlos Ferrer Sadat (CEOE)

Ministro de Cultura: Antonio Garrigues Walker (empresario)

Ministro de Economía: Ramón Tamámes (PCE)

Ministro de Transportes y Comunicaciones: Javier Solana (PSOE)

Ministro de Autonomías y Regiones: General José Antonio Sáenz de Santamaría.

Ministro de Sanidad: Enrique Mújica (PSOE)

Ministro de Información: Luis María Ansón.

Como puedes ver, explica por si sola, toda la historia de la Transición. Explica también, la formación del Régimen y el nuevo pacto de hierro para salvar la Constitución. Explica, por supuesto, la continuidad, sin pausas, de la guerra sucia en Euskadi, y la utilización de la «guerra del norte» como coartada para la perpetuación de un verdadero estado de excepción que es el que hemos tenido hasta ahora. Rajoy está continuando con el papel que le corresponde en esa comedia trágica con tantos centenares (o miles) de muertos.

P.- ¿Qué relación creen ustedes que existe entre las fuerzas armadas españolas y las norteamericanas? ¿No resulta excesiva la presencia de bases americanas en nuestro país?

A.M.-La relación, como ya he dicho, es de subordinación absoluta. Pero, hay que entender que éste es un proceso aceptado por todos los grupos políticos, más allá de verborreas ocasionales de cara al electorado. Las FAR han sido planificadas de acuerdo con las necesidades de Washington, como componentes «integrables» para incorporarse a sus operaciones militares. Los planes de armamento son absurdos si se ven desde una perspectiva de Defensa nacional.

El último ejemplo es el «Componente Naval del Escudo Antimisiles». Supone la ampliación de Rota como base de retaguardia de la OTAN, de los EEUU o de cualquier alianza ocasional (autorizada o no, normalmente no) por la ONU, para asegurar el control del Mediterráneo y de la costa norte del continente africano. Fue una salida de Zapatero (consensuada con Rajoy) para responder a la exigencia de los EEUU de aumentar los gastos de armamentos después del «desastre de la intervención en Libia.

No tiene nada que ver con una defensa antimisil contra Irán o contra Corea. Eso es una tomadura de pelo, que favorece Falsimedia, y que denigra a los que la emplean como justificación, sean militares o civiles. Se trata de imponer una superioridad indiscutible en el Mediterráneo e imponer el diseño estratégico de Washington. Los cuatro grandes buques, armados con misiles antimisiles, son una «pequeña guerra de las galaxias» en un escenario limitado. El problema es el aseguramiento de las materias primas esenciales: fundamentalmente petróleo y gas; y el acoso a Rusia y China, dos potencias importantes y en auge.

Los cuatro grandes buques están enlazados con un sistema de alerta y control aéreo que han activado en Torrejón, conectado a su órgano central de control aéreo que está en Alemania. La costa SE española tiene algunos radares de gran cobertura que también pertenecen al conjunto.

La instalación del sistema antimisiles tiene dos efectos importantes: el primero incorporar al estado español a un sistema global de agresión en la «guerra mundial, permanente, antiterrorista», esa enorme ficción para dominar el mundo. El segundo es incorporar el territorio español al escenario de combate global.

Da verdadera pena escuchar el discurso de algunas organizaciones o ONG,s «pacifistas» que solo hacen hincapié en el «riesgo de ser blanco en un intercambio de misiles» (lo cual es una probabilidad muy lejana) y no en la participación en un sistema militar que causa continuas matanzas en el mundo.

Los militares atlantistas en comunicación directa y continua con sus «homólogos» norteamericanos actúan como cadena de transmisión para orientar la política exterior de España.

Sobre la presencia de bases o instalaciones extranjeras en nuestro territorio, el manifiesto: «Las Fuerzas Armadas con el pueblo» es terminante:

«La defensa de la soberanía exige la salida de nuestro país de las alianzas militares -la OTAN y todo el sistema de alianzas ad hoc que los EEUU y sus aliados están utilizando para la realización de su política imperialista- y la eliminación inmediata de todas las bases e instalaciones extranjeras en nuestro territorio».

«La «guerra contra el terror» constituye una burda manipulación propagandística, sembrada desde los centros de poder económico-financieros y militares, que justifica la represión contra la disidencia política legítima en todos los órdenes».

«El único principio que puede garantizar la paz y las buenas relaciones internacionales es el de buena vecindad y la solución negociada de los conflictos. El recurso a la fuerza está únicamente justificado en caso de agresión armada abierta o encubierta. Debe adoptarse como principio el consagrado en la Constitución de la Segunda República: España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional».

P.- ¿Existe armamento nuclear en alguna de estas bases? ¿Puede haberlo?

Hace mucho tiempo que se desechó la posibilidad de control del armamento que llevan buques, aviones o submarinos. Los equipamientos para el combate son ahora «multiusos».

Por otro lado la miniaturización de las armas nucleares ha roto con toda posibilidad de acuerdo de desnuclearización. Son las llamadas armas antibunker. Los EEUU, ante cualquier conflicto, cuando son preguntados sobre si van a utilizar o no armamento nuclear siempre responden lo mismo: «El presidente tiene todas las opciones sobre la mesa«. Por supuesto, Rota puede tener armas nucleares tácticas y, por supuesto estratégicas: eso, depende del escenario de combate previsto, hoy en día no es una clasificación militar. Por otro lado Washington está poniendo en funcionamiento nuevas bombas de enorme capacidad perforante y destructiva

P.- ¿Cuál es la función de la OTAN en lo que respecta al Estado español? ¿Qué papel debería jugar nuestro país en esta alianza no siempre pacífica?

A.M.- Salirnos de la OTAN y eliminar todas las bases e instalaciones militares extranjeras en nuestro territorio es la única opción de paz y de soberanía nacional.

P.- En uno de sus comunicados dicen que «el 22 de marzo serán la ocasión de mostrar la frontal oposición al sometimiento suicida a los dictados del capital», ¿qué les impulsa a adherirse a esa movilización?

Lo explicamos perfectamente en nuestro comunicado, ante el despojo del pueblo es necesario organizar la resistencia. Son los sectores que se están incorporándose a luchas concretas, y buscando la unidad en torno a esas luchas los que merecen la confianza del pueblo.

A mi juicio el Comunicado de apoyo a las Marchas de la Dignidad es el documento mejor elaborado que ha hecho Anemoi. Implica una alianza necesaria. En la gente que lucha encontramos nuestros aliados para cambiar este mundo terrible por otro más humano. Recomiendo la lectura de ese documento: Comunicado de adhesión del colectivo Anemoi a las Marchas de la Dignidad.

P.- ¿Quieren añadir algo más?

A.M.-Solo añadir algo para que conste: sin la casa-refugio que nos habéis proporcionado, Anemoi no hubiese podido existir, ni mucho menos adquirir la fuerza y la dimensión que ahora tenemos. Se hubiese diluido en la red.

«Rebelión en los cuarteles» ha sido y es nuestro centro informativo. Así pues amigo, compañero de lucha, tú eres, sin duda; con todo el equipo de dirección de Rebelión, una buena parte de Anemoi.

Empezamos pocos y terminaremos multitud. Empezamos desarmados de todo y terminaremos armados de pueblo, armados de revolución pacífica, indestructibles. Gracias.

Nota:

[1] Antonio Maira es cofundador y miembro del Colectivo Anemoi. Fue también uno de los representantes del Colectivo militar que participó en la presentación pública celebrada en el CAUM de Madrid el día 23 de enero de 2014.

José Daniel Fierro. Miembro del Consejo Editor del periódico Rebelion.org

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.