En el mundo hay 300 millones de indígenas que pertenecen a unos 5.000 pueblos. La mayoría de ellos han sido discriminados durante siglos y hoy en día se siguen violando sus derechos. Como consecuencia, muchos pueblos originarios viven en condiciones de pobreza y algunos, como los akuntsu que habitan en Rondonia (Brasil), están a punto […]
En el mundo hay 300 millones de indígenas que pertenecen a unos 5.000 pueblos. La mayoría de ellos han sido discriminados durante siglos y hoy en día se siguen violando sus derechos. Como consecuencia, muchos pueblos originarios viven en condiciones de pobreza y algunos, como los akuntsu que habitan en Rondonia (Brasil), están a punto de desaparecer. Según la ONG Survival, reconocer sus derechos colectivos es la clave para su supervivencia.
El Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que se conmemoró ayer, sirvió como cada año para poner de relieve las terribles condiciones de pobreza e injusticia que padecen estos pueblos. La ONG Survival constató ayer esta discriminación que dura ya siglos y que no tiene visos de desaparecer.
Ana Martín, responsable de Difusión de esta organización, recordó que incluso hay tribus que están en peligro de desaparecer, como los akuntsu y los sentineleses. De estos últimos sólo quedan 400 miembros en las Islas Andamán, en India. Pero la situación es más crítica para los akuntsu, cuyos únicos seis miembros viven en el estado brasileño de Rondonia.
Martín informó de que en la actualidad existen alrededor de 300 millones de indígenas en el mundo, que pertenecen a unos 5.000 pueblos diferentes, con sus respectivas lenguas, sistemas de relación y creencias. «Ello significa que este exiguo 6% de la población aporta el 90% de la diversidad cultural del mundo», precisó. Según Martín, 150 millones de indígenas viven en sociedades tribales y están distribuidos en más de 60 países.
En Guatemala, por ejemplo, cerca de la mitad de la población es indígena, la mayoría vive en la pobreza y el 40% en la extrema pobreza, informa la ONG Intervida. La tasa de analfabetismo entre estos pueblos supera el 48%, un porcentaje que duplica con creces al del resto de la población (20%). El 65% no tiene acceso a la red de agua, más del 80% carece de alcantarillado y la mitad no está conectada a la red eléctrica.
Ayer mismo, cinco indígenas de la comunidad awá fueron muertos en Nariño (Colombia).
No hay una pócima mágica para acabar con tantos años de discriminación, pero, en opinión de Survival, respetar «sus derechos colectivos sobre la tierra y los recursos sería un primer paso vital para la supervivencia de los pueblos indígenas». Visto que la mayoría de los gobiernos de los países en los que habitan los pueblos originarios no parecen dispuestos a colaborar, Survival pidió que la Asamblea General de Naciones Unidas apruebe la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, que fue aceptada en Ginebra el 29 de junio por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. «Si la Declaración se aprueba a finales de año, entonces se convertirá en el punto de referencia desde el cual pueda ser juzgado el tratamiento de los países hacia los pueblos indígenas y tribales», señaló. El documento, además de reconocer el derecho a la preservación de sus valores culturales, de su identidad étnica y a la protección ante cualquier intento de expulsión de sus territorios ancestrales, también establece la limitación de las actividades militares en esas tierras y reconoce su derecho a la libre determinación.